Los Rios. 238 - Misiones Diocesanas Vascas

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13.06.2013 Views

Juanjo Goenaga Ventana a otros Continentes Beste kontinenteera zabalduriko leihoa 18 IMPRESIONES DE UNA EXPERIENCIA EN MOZAMBIQUE PEMBA MIRA AL FUTURO CON ESPERANZA Juanjo Goenaga es párroco de Herrera en Donostia y director del grupo de refl exión de ética política y social. Comparte para nuestra revista lo que ha supuesto para él su visita a Pemba (Mozambique). Hay un pequeño lugar en el mundo llamado Silva Macua, en Mozambique, provincia de Cabo Delgado. Silva Macua es algo así como un cruce de caminos, donde se han instalado unas cuantas chozas y plantado árboles. Mozambique es pobre. Pero mientras el Sur con su capital Maputo aún conserva resquicios de mundo civilizado, la provincia norteña de Cabo Delgado (aquí se enmarca la diócesis de Pemba) es de una pobreza indescriptible. D. Ernesto Maguengue es su obispo, un hombre joven, amante de su país y orgulloso de ser el pastor de su empobrecida diócesis. Nunca pensé ir a Mozambique. Pero un cru- Juanjo Goenaga ha pasado un mes en Mozambique. ce de circunstancias como fue el conocer al obispo Ernesto y a la comunidad de Mercedarias del Stmo. Sacramento que residen en Herrera y trabajan como misioneras en Pemba, me animó a pisar por primera vez África. Pemba es una diócesis sufrida. Aquí comenzó la guerra de liberación en los años 60. El año 1975 se declaró la independencia de Mozambique. El “Frelimo” tomó el poder con su ideología marxista-leninista y proclamó la constitución del mismo signo. Calvario para la Iglesia, confi scación de muchas de sus propiedades y control de la práctica religiosa. Esa constitución hizo surgir a su antagonista, la “Renano”. Siendo Pemba una diócesis joven (año 1957), el primer obispo, que era portugués, tuvo que presentar la dimisión cuando la toma del poder del Frelimo. A continuación fueron nombrados obispos nativos; el primero de ellos fue raptado por las fuerzas guerrilleras. La diócesis estuvo casi cinco años sin pastor. D. Ernesto, al frente de una parroquia en Maputo y profesor del seminario, fue nombrado obispo de Pemba a los 39 años. Fue enviado allí para dar espíritu, aliento y fortaleza a una diócesis casi exhausta. Dispone de 20 sacerdotes seculares y una docena de religiosos que en su mayoría son extranjeros, para una extensión de 82.000 kms2 y 558.000 católicos. La presencia de catequistas ha hecho posible el mantenimiento de las comunidades cristianas, desde 1975 hasta 1992, años en los que el Frelimo en el poder impidió el trabajo normal de los sacerdotes, expulsados algunos y amenazados otros. Los acuerdos de paz (año 1992) promovieron la pacifi cación entre el Frelimo y la Renano.

Ventana a otros Continentes Beste kontinenteera zabalduriko leihoa Estos acuerdos ayudaron a la proclamación de la nueva constitución, homologable a las democracias de su alrededor, respetuosa de los derechos humanos, de tal forma que la situación de la Iglesia cambió y en estos momentos está normalizada. La presencia de catequistas ha hecho posible el mantenimiento de las comunidades cristianas, desde 1975 hasta 1992. Algunas conclusiones Aunque la diócesis de Pemba sea pobre, puede tener un futuro prometedor si se conjugan inversiones, relaciones de justicia económica y un inmenso trabajo de formación. Es una diócesis sencilla pero con un programa pastoral consensuado en asamblea por los agentes de pastoral. El obispo fue el promotor de ese plan de trabajo. Desde hace tres años está en marcha una escuela de ética y convivencia. Es la primera experiencia que lleva adelante la Iglesia en Mozambique con este objetivo. Quieren entrar en el organigrama de la Universidad católica del país. La directora es Pilar Puertas, de Bilbao, una monja joven y efi caz. 19

Juanjo Goenaga<br />

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18<br />

IMPRESIONES DE UNA EXPERIENCIA EN MOZAMBIQUE<br />

PEMBA MIRA AL FUTURO CON<br />

ESPERANZA<br />

Juanjo Goenaga es párroco de Herrera en Donostia y director del grupo<br />

de refl exión de ética política y social. Comparte para nuestra revista lo<br />

que ha supuesto para él su visita a Pemba (Mozambique).<br />

Hay un pequeño lugar en el mundo llamado<br />

Silva Macua, en Mozambique, provincia de<br />

Cabo Delgado. Silva Macua es algo así como<br />

un cruce de caminos, donde se han instalado<br />

unas cuantas chozas y plantado árboles.<br />

Mozambique es pobre. Pero mientras el Sur<br />

con su capital Maputo aún conserva resquicios<br />

de mundo civilizado, la provincia norteña<br />

de Cabo Delgado (aquí se enmarca la diócesis<br />

de Pemba) es de una pobreza indescriptible.<br />

D. Ernesto Maguengue es su obispo, un<br />

hombre joven, amante de su país y orgulloso<br />

de ser el pastor de su empobrecida diócesis.<br />

Nunca pensé ir a Mozambique. Pero un cru-<br />

Juanjo Goenaga ha pasado un mes en<br />

Mozambique.<br />

ce de circunstancias como fue el conocer al<br />

obispo Ernesto y a la comunidad de Mercedarias<br />

del Stmo. Sacramento que residen en<br />

Herrera y trabajan como misioneras en Pemba,<br />

me animó a pisar por primera vez África.<br />

Pemba es una diócesis sufrida. Aquí comenzó<br />

la guerra de liberación en los años 60. El año<br />

1975 se declaró la independencia de Mozambique.<br />

El “Frelimo” tomó el poder con su ideología<br />

marxista-leninista y proclamó la constitución<br />

del mismo signo. Calvario para la Iglesia,<br />

confi scación de muchas de sus propiedades<br />

y control de la práctica religiosa. Esa constitución<br />

hizo surgir a su antagonista, la “Renano”.<br />

Siendo Pemba una diócesis joven (año<br />

1957), el primer obispo, que era portugués,<br />

tuvo que presentar la dimisión cuando la toma<br />

del poder del Frelimo. A continuación fueron<br />

nombrados obispos nativos; el primero de<br />

ellos fue raptado por las fuerzas guerrilleras.<br />

La diócesis estuvo casi cinco años sin pastor.<br />

D. Ernesto, al frente de una parroquia en Maputo<br />

y profesor del seminario, fue nombrado<br />

obispo de Pemba a los 39 años. Fue enviado<br />

allí para dar espíritu, aliento y fortaleza a una<br />

diócesis casi exhausta. Dispone de 20 sacerdotes<br />

seculares y una docena de religiosos<br />

que en su mayoría son extranjeros, para una<br />

extensión de 82.000 kms2 y 558.000 católicos.<br />

La presencia de catequistas ha hecho posible<br />

el mantenimiento de las comunidades cristianas,<br />

desde 1975 hasta 1992, años en los<br />

que el Frelimo en el poder impidió el trabajo<br />

normal de los sacerdotes, expulsados algunos<br />

y amenazados otros.<br />

<strong>Los</strong> acuerdos de paz (año 1992) promovieron<br />

la pacifi cación entre el Frelimo y la Renano.

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