Epale - Ciudad Caracas

Solo en revolución fue posible, por primera
vez, tener un programa de televisión transmitido
en señal abierta con presentadoras y presentadores
representantes de la diversidad sexual
y de género, enfocados en la divulgación
de perspectivas y temáticas en la defensa de su
soberanía y sus derechos humanos (Entrompe
de Falopio). Solo en revolución pudo existir
un sistema de medios públicos que abriera
paso a la diversidad cultural, étnica, de clase
social, de género y sexual, cambiando el
juego del antiguo monopolio Cisneros-1BC.
En Radio Nacional de Venezuela contamos
con el programa Diversos no perversos de temática
sexo-género diversa.
Aunque nos queda un largo recorrido para
alcanzar metas más altas —como el reconocimiento
jurídico a las parejas no heterosexuales—,
debemos reconocer las luchas
ganadas como trincheras que mantener,
desde las cuales fomentar nuevas conquistas.
Solo la Revolución Bolivariana inició
el proceso histórico de visibilización jurídica
de las personas sexo-género diversas.
Hoy contamos con una Ley Orgánica del
Poder Popular que observa “la igualdad de
condiciones para que todos y todas desarrollen
libremente su personalidad, dirijan
su destino, disfruten los derechos humanos
y alcancen la suprema felicidad social; sin
discriminaciones por motivos de origen étnico,
religioso, condición social, sexo, orientación
sexual, identidad y expresión de género,
idioma, opinión política, nacionalidad u
origen, edad, posición económica, condición
de discapacidad (...) que tenga por resultado
anular o menoscabar el reconocimiento,
goce o ejercicio de los derechos humanos
y garantías constitucionales”. Nuestra
Ley para la Regularización y Control de los
Arrendamientos de Vivienda exige “prohibir
la discriminación y brindar protección
a quienes se encuentren en especial situación
de vulnerabilidad, o susceptibles de ser
discriminados(as) por: orientación sexual,
identidad de género, origen étnico, preferencia
política y religiosa, condición económica,
estado civil, edad, clase social...”.
Estos y otros logros son pruebas contundentes
de cooperación, que no son opacadas por las
ocasionales marcas androcéntricas del discurso
criollo (considerando lo masculino
como superior). El machismo en la oralidad
cotidiana se encuentra por doquier; incluso,
entre amigos(as) se llaman “marico” de
la misma forma que se dicen “güevón”; decir
“yo sí soy hombre y me gustan bastante las
mujeres” es una expresión que podemos escuchar
de cualquier persona. La homofobia,
sin embargo, es el odio expreso en contra de
las personas de sexualidad diversa, y no es
comprobable por un simple desliz del discurso
consuetudinario. Además, en la 9 a Feria
Internacional del Libro 2013 escuchamos las
palabras inaugurales de Nicolás Maduro, en
las que mandó un saludo a los hermanos diversos
sexuales, dijo que todos tenían derecho
de amar a la persona que les dictara su
corazón y que si él mismo hubiera sido homosexual
lo hubiera asumido con dignidad, ya
que no había peor ser que aquél que siéndolo
es capaz de discriminar a los suyos.
La lesbiana, el homosexual, los transexuales
y bisexuales chavistas deben tenerlo presente:
en ninguna otra época se había avanzado
en la lucha sexo-género diversa como
en la Revolución Bolivariana. En la escuela,
barrio, pueblo, en el parampampán donde
nos llaman maricones, cachaperas y transformistas
están los y las valientes que con
el Comandante Chávez y la bandera de la
revolución sexual decretamos: nos resteamos
con Maduro.
Caracas, 24 de marzo de 2013.
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Edición Número Veintitrés. Año 01. ÉPALE CCS