Epale - Ciudad Caracas
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un beatboxing nos lanzó: “Pa-pa-razzis en<br />
la piiiistaaaa”.<br />
La locura por Chávez hacía el ambiente de<br />
funeral parecido al de un concierto de una<br />
estrella pop. Cosa que tampoco le falta razón<br />
de ser: ya Chávez era una estrella pop. El que<br />
no sepa quién era (es) Chávez es como el que<br />
no sabe quién era Michael Jackson. Todo el<br />
mundo, hasta el perro de la casa, sabe quién<br />
es Chávez. Y el que durante los diez días, del<br />
5 al 15 de marzo, no estuvo en Los Próceres,<br />
no era chavista. Si no pregúntenle a Jairo.<br />
*<br />
Fue mala idea llegar a Los Próceres a las nueve<br />
de la mañana sin una gota de bloqueador<br />
solar ni un termito de agua en el bolso.<br />
La salida del carro fúnebre estaba pautada<br />
para las diez de la mañana, pero no fue sino<br />
a las dos de la tarde que arrancó la ceremonia<br />
del traslado. Antes de eso, miles de personas<br />
aguardaban en las gradas del Patio de<br />
Honores de la Academia Militar. De vez en<br />
cuando alguien gritaba: “¡Chávez vive!”, y el<br />
grupo que lo rodeaba respondía: “¡La lucha<br />
sigue!”, y así ocurrió algunas decenas de veces<br />
en las cuatro horas de espera.<br />
El catire arrecho: como siempre. Más vertical<br />
y más blanco que amarillo que nunca. Los<br />
pobres guardias patrimoniales —y es primera<br />
vez que me compadezco por unos uniformados—<br />
que custodiaban la salida del cortejo<br />
fúnebre tenían horas parados bajo el sol sin<br />
una gota de agua. Del otro lado, la gente tenía<br />
hasta sombrillas tricolores, unos usaban<br />
el <strong>Ciudad</strong> CCS de techito.<br />
La gente iba y venía. Viendo, buscando.<br />
Algunos reconocían a los periodistas y fotógrafos<br />
y pedían que los entrevistaran, como<br />
Laura Rivas, quien sostenía en alto y sin flaqueo<br />
cuatro cosas: una foto de Jesucristo; una<br />
foto de Chávez cargando a una bebé que, según<br />
la señora Rivas, era su hija; una pañoleta<br />
que, aunque parecía nueva, ella juraba<br />
Jamaica Hernández parecía estar en plena meditación<br />
<strong>Caracas</strong>, 24 de marzo de 2013.<br />
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Edición Número Veintitrés. Año 01. ÉpAle ccs