40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital

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En efecto, este códice tiene resonancias muy llamativas con la liturgia
española mozárabe, como se ve claramente comparándolo con el Rituale
Antiquissimum de Silos (M. FÉROTIN, Le Líber mozarabicus sacramentorum
et les manuscrits mozarbes, 775), como, por ejemplo, al incorporar en el
Ordo femenino los términos «laudes» y «tres clausulae litterarum» que se
corresponden perfectamente con la liturgia mozárabe, entendiendo por las
«tres cláusulas» la división del salmo 118 en tres partes iguales según el
alefato hebreo, repetido tres veces, etc. (cf. L.-M. VERHEIJEN, La Regle de
saint Augustin. II. Recherches bistoriques [Paris 1967], 209-210).
[36] La Regla femenina de San Agustín o la «Regularis Informatío»,
cf. p.561, nota *. La Regla femenina de San Agustín se llama Regularis
Informatio porque es la presentación de la Regla masculina adaptada
para los monasterios femeninos, que hace San Agustín en la segunda parte
de la Carta 211, desde el n.5 al n.16. Es, por tanto, el mismo Praeceptum
masculino; y en la práctica y tradición, la Regula recepta o Regla a los siervos
de Dios, pero en su redacción femenina, incluida la primera frase del
Ordo Monasterii. Es en femenino la misma Regla masculina.
LA TRADUCCIÓN. La presente traducción está hecha directamente
sobre el texto adaptado para las monjas de la Carta 211, 5-16, según la
edición crítica de CSEL 57,359-371 y MIGNE: PL 33,960-965. Ha sido
confrontada también con la edición crítica del Ordo Monasterii y del
Praeceptum según el P. Lucas Melchior VERHEIJEN O.S.A., La Regle de
Saint Augustin (Paris-Etudes Augustiniennes 1967); Ordo Monasterii
p.148-152; del Praeceptum p.417-437 y de los códices Turicensis p.53-66
y Scurialensis p. 140-142. Además está revisada por las traducciones francesa
(ed. Bar-le-Duc 1864,3), italiana (ed. Nuova Biblioteca Agostiniana,
Roma 1974,23), y contrastada con las traducciones españolas impresas de
la Regla, que traen las Constituciones de las Agustinas Recoletas desde
1648, 1850, 1889, 1908, 1928, 1988, así como con las Constituciones de
los Agustinos (Madrid 1979), y, sobre todo, con las Constituciones de los
Agustinos Recoletos de 1627, 1745, 1928, 1965, 1983 y 1987, sin olvidar
las traducciones de A. MANRIQUE en Teología Agustiniana de la vida religiosa
(El Escorial 1964), 363-389; de A. TRAPE, La Regla de San Agustín,
versión de Santamarta (ed. Religión y Cultura, Madrid 1978) y la de
T. VAN BAVEL, Agustín de Hipona, Regla para la comunidad, trad. cast. de
J. van Zuijlekom y H. van den Berg (OALA, Iquitos 1986).
LA CARTA 211. Esta famosa Carta 211, hasta los Maurinos fue la 109;
recogida por MIGNE: PL 33,958-965 y por CSEL 57,356-371, fue escrita
por San Agustín en Hipona poco después del año 411 para apaciguar a
las monjas del monasterio de Hipona, del que había sido superiora muchos
años la hermana de San Agustín, como lo dice él mismo en el
número 4 de la Carta: «Todas las que vinisteis al Monasterio, la encontrasteis
(a la nueva priora) o como subdita obediente y servicial de la santa
superiora, hermana mía, o también siendo ella la superiora que os recibió».
Cuando escribe esta Carta, la hermana de San Agustín ya había
fallecido. San Posidio, en La Vida de San Agustín 26, dice también; «Su
hermana carnal (de San Agustín), que viuda y consagrada al Señor durante
mucho tiempo, hasta su muerte, fue superiora de las siervas de Dios».
Esta Carta se divide claramente en dos partes: la primera parte (n.l-
4) se llama también Obiurgatio o reprensión, porque reprende a las monjas
desobedientes y revueltas, como puede verse en BAC n.99b (Madrid
1991), 246-250. La segunda parte (Regularis Informatio) (desde el n.5 al
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n.16) contiene el librito de la Regla para las monjas, que es una adaptación
de la Regla a los siervos de Dios, que escribió mucho antes. Por esta
razón, la Regla para las monjas o siervas de Dios, en su adaptación femenina,
tiene alguna frase y párrafo distintos, que van señalados en las notas.
PRINCIPIO Y FINAL. Algunos códices manuscritos, sobre todo el Corbiense,
por lo menos de finales del siglo VI o principios del vil, traen al
principio un Incipit regula... o comienzo, y al final un Explicit regula o
final, v.gr. el Turicensis: «Incipit (Explicit) regula monialium a beato
augustino edita» (cf. ed. VERHEIJEN, Regle... I, 36 y 53); el Scurialensis:
«In nomine domini nostri Iesu Christi. Incipit (Explicit) regula domini
Augustini episcopi sanctis virginibus Christi in monasterio consistentibus.
De regula puellarum (domni Agustini)» (cf. ibíd., p.42). En las Constituciones
impresas de la Familia Agustiniana hasta 1965 se ha venido transmitiendo
el Incipit y el Explicit de la Regularis Informatio con las fórmulas
siguientes:
«Incipit Regula sancti Patris nostri Augustini, Hiponensis Episcopi et
Ecclesiae Doctoris eximii» (Comienzo de la Regla de N.P.S. Agustín,
Obispo de Hipona y Doctor eximio de la Iglesia).
«Explicit Regula sancti Patris nostri Augustini, Hiponensis Episcopi et
Ecclesiae Doctoris eximii, qui semper oret pro nobis. Amen» (Final de la
Regla de N.P.S. Agustín, Obispo de Hipona y Doctor eximio de la Iglesia,
el cual ruegue siempre a Dios por nosotros. Amén).
Se apoya en códices antiquísimos de la tradición monástica, de donde
la han venido tomando las Constituciones, tanto de religiosos como de
religiosas de la Familia Agustiniana, prácticamente hasta nuestros días. Es
inmemorial su veneranda tradición.
LA PRIMERA FRASE. NUMERACIÓN Y TITULACIÓN DE LOS CAPÍTULOS. LO
mismo ocurre con la primera frase, que no figura en la edición crítica,
pero que viene en el antiquísimo códice Corbiense, recogido en las ediciones
críticas de los Maurinos y de Migne, aceptado plenamente por las
Constituciones como un texto agustiniano, demostrado en la edición crítica
del Ordo Monasterii (cf. L. VERHEIJEN, Regle... 148).
[37] La clasificación de las obras de San Agustín, cf. p.599,
nota 23. Parece que San Agustín había numerado las obras que tenía
clasificadas en su Catálogo de libros y cartas del que habla en Retractaciones
68, sin mencionar los tratados o sermones, como lo hace en el Prólogo
1, donde cuenta entre sus obras, para retractar los libros, las cartas
y los tratados o sermones. Y, según esto, San Agustín tenía dos clasificaciones:
una de libros y cartas (Retract. 68); otra de libros, cartas y sermones
(Retract., Prólogo 1). Más aún, el Catálogo que utilizaba San Agustín
debió de anotar en cada obra datos con toda precisión sobre el motivo,
origen, contenido, destinatarios, y los sermones con el lugar donde los
había predicado, etc., porque en el Comentario literal al Génesis trae una
cronología tan detallada de esos libros que supone unas fichas muy precisas
(Retract. 51), las cuales le servirían para desarrollar en todo momento
cualquiera de los temas según las circunstancias. Clasificación y Catálogos
que conoció San Posidio (Vita 31), y que utilizó para componer su
Catálogo o Indículo de todos los libros, tratados, sermones y cartas, con
fines apologéticos, porque toda la vida de San Agustín fue lucha contra
el error, y él mismo hace esa clasificación en etapas muy concretas de su
vida, como se ve en las Retractaciones: apologética, contra los maniqueos
y filósofos (paganos) en las primeras obras principalmente hasta el sacer-