40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
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70<br />
Ochenta y tres cuestiones diversas<br />
C U E S T I Ó N 7<br />
PROPIAMENTE HABLANDO, A QUÉ SE LLAMA ALMA<br />
EN EL SER QUE ANIMA<br />
(Testimonios de esta cuestión: S. Auc, Retract. 1,26,8; S. POSSID.,<br />
Indic. 10,3.)<br />
Respuesta: A veces se habla del alma de modo que se entiende<br />
junto con la mente. Por ejemplo, cuando decimos que<br />
el hombre consta de alma y cuerpo 20 ; otras veces, de modo<br />
que queda excluida la mente. Pero cuando se dice que está<br />
excluida la mente, se entiende el alma por esas operaciones<br />
que tenemos en común con las bestias. Porque las bestias<br />
carecen de razón, que es siempre propio de la mente.<br />
C U E S T I Ó N 8<br />
¿EL ALMA SE MUEVE POR SÍ MISMA? 21<br />
(Testimonios de esta cuestión: S. Auc, Retract. 1,26,9; S. POSSID.,<br />
Indic. 10,4.)<br />
Respuesta: Todo el que se da cuenta de que en él hay<br />
voluntad, se da cuenta de que el alma se mueve de por sí.<br />
Efectivamente, si nosotros somos quienes queremos, no quiere<br />
otro distinto de nosotros. Este movimiento del alma es espontáneo,<br />
porque se lo ha dado Dios 22 . Sin embargo, ese movimiento<br />
no es local, de un lugar para otro como el del cuerpo,<br />
ya que moverse localmente es propio del cuerpo. Y cuando el<br />
alma por la voluntad, es decir, mediante ese movimiento que<br />
dicatur. Sed cum excepta mente dicitur, ex üs operibus intellegitur quae<br />
habemus cum bestiis communia. Bestiae namque carent ratione, quae mentís<br />
semper est propria.<br />
VIII<br />
UTRUM PER SE ANIMA MOVEATUR<br />
Moveri per se animam sentit, qui sentit in se esse voluntatem. Nam si<br />
volumus, non alius de nobis vult. Et iste motus animae spontaneus est; hoc enim<br />
ei tributum est a Deo: qui tamen motus, non de loco in locum est, tanquam<br />
corporis. Localiter enim moveri corporis proprium est. Et cum anima volúntate,<br />
20 Cf. S. AUGUSTINUS, Soliloq. 1,12,21; De Tnnitate 15,1,11. Cf. Cuestión 27. Cf. Nota<br />
complementaria n.5: Alma, espíritu, mente (Cuestión 7), p.S91.<br />
21 Cf. MACROBIUS, Somnum Scipionis 2,13-16. El alma se mueve por el querer, y el<br />
alma puede conocer e intuir este movimiento suyo mediante la reflexión sobre sí misma<br />
22 Cf. PLATO, Phedrus 245c; CICERO, De República 6,27-28.<br />
Cuestiones 8-9 71<br />
no es local, mueve sin embargo localmente el cuerpo, no se<br />
demuestra por eso que también ella se mueva localmente 23 ,<br />
como vemos que un gozne mueve algo en un gran espacio sin<br />
que él se desplace del lugar 24 .<br />
C U E S T I Ó N 9<br />
¿LOS SENTIDOS CORPORALES PUEDEN PERCIBIR LA VERDAD? 25<br />
(Testimonios de esta cuestión: S. Auc, Retract. 1,26,10; S. POSSID.,<br />
Indic. 1,8.)<br />
Respuesta: Lo que percibe el sentido corporal, y que se<br />
llama también sensible, está sujeto a cambios sin interrupción<br />
de tiempo 26 ; por ejemplo, cuando crecen los cabellos de nuestra<br />
cabeza, o cuando el cuerpo camina hacia la vejez o luce<br />
florecido en la juventud, esto se hace continuamente sin la<br />
menor interrupción. Ahora bien, lo que no es estable no puede<br />
percibirse. Porque se percibe aquello que la ciencia entien-<br />
id est, ilío motu qui localis non est, corpus suum tamen localiter movet, non ex<br />
eodem monstratur et ipsa localiter moveri. Sicut videmus a cardine moveri<br />
aliquid per magnum spatium loci, et tamen ipsum cardinem non moveri loco.<br />
IX<br />
UTRUM CORPOREIS SENSIBUS PERCIPI VERITAS POSSIT<br />
Omne quod corporeus sensus attingit, quod et sensibile dicitur, sine ulla<br />
intermissione temporis commutatur: velut cum capilli capitis nostri crescunt,<br />
vel corpus vergit in senectutem, aut in iuventam efflorescit, perpetuo id fit, nec<br />
omnino intermittit fieri. Quod autem non manet, percipi non potest; illud<br />
enim percipitur quod scientia comprehenditur. Comprehendi autem non<br />
potest quod sine intermissione mutatur. Non est igitur exspectanda sinceritas<br />
veritatis a sensibus corporis. Sed ne quis dicat esse aliqua sensibilia eodem<br />
modo semper manentia, et quaestionem nobis de solé atque stellis afferat, in<br />
23<br />
Agustín ha desarrollado esta cuestión en De quantitate animae 14,23, estando en<br />
Roma (387-388); la toca también en la Cuestión 83 y en otros pasajes de sus obras. Por<br />
supuesto que Agustín se está refiriendo al movimiento espiritual en contraposición al<br />
materialismo maniqueo.<br />
24<br />
Ibíd., De quantitate animae 14,23; De vera religione 14,28; De duabus animabus 14;<br />
De Genesi ad litt. 8,21,40; 8,22,43.<br />
25<br />
Cf. CICERO, Accad. 1,19. Cf. Nota complementaria n.6: El conocimiento por los<br />
sentidos, p.891.<br />
26<br />
Ibid., Retract. 1,26,10, donde Agustín aclara que eso «ciertamente no es verdadero<br />
en los cuerpos incorruptibles de la resurrección; pero ahora ningún sentido de<br />
nuestro cuerpo lo alcanza, a no ser que tal vez por revelación sea manifestado algo<br />
semejante». Los sentidos, en efecto, no pueden llegar a la verdad de los sensibles que<br />
conocen, porque la verdad es inmutable. Agustín lo explica en De libero arbitrio 2,8,22<br />
por las verdades matemáticas y los números, porque las verdades de razón son propias<br />
de la razón. Cf. E. GILSON, Introduction a l'étude de saint Augustin (Paris 1929), 19-20.