40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
646 Las Retractaciones<br />
LIBRO PRIMERO<br />
1. CONTRA LOS ACADÉMICOS, TRES LIBROS (1)<br />
Título: Contra Acad., 1. S. POSSIDIUS, Indiculus 1,1 (1); algunos mss.<br />
De Acad.<br />
1. Después de haber abandonado cuanto había conseguido<br />
o ambicionaba conseguir en las vanidades de este mundo,<br />
y haberme retirado al ocio de la vida cristiana, escribí en primer<br />
lugar Contra los Académicos o De los Académicos, cuando<br />
aún no estaba bautizado 4 , para disipar de mi espíritu con<br />
cuantas razones pudiese, porque todavía me preocupaban sus<br />
argumentos, que llevan a muchos la desesperación de poder<br />
encontrar la verdad, e impiden asentir a cosa alguna, y que el<br />
sabio apruebe lo más mínimo como evidente y cierto, con el<br />
pretexto de que todo les parece oscuro e incierto. Esto lo hice<br />
con la misericordia y la gracia del Señor.<br />
2. Pero en estos tres libros míos no me agrada haber<br />
(11) LÍBER PRIMVS<br />
I. Contra Académicos, libri tres (I) *<br />
DE ACADEMICIS LIBRI TRES a<br />
1. Cum ergo reliquissem, vel quae adeptas fueram in cupíditatibus huius<br />
mundi, vel quae adipisci volebam, et me ad christianae vitae otium contulissem,<br />
nondum baptizatus, contra Académicos vel de Academicis primum scripsi,<br />
ut argumenta eorum, quae multis ingerunt veri inveniendi desperationem,<br />
et prohibent cuiquam rei assentiri, et omnino aliquid, tanquam manifestum<br />
certumque sit, approbare sapientem, cum eis omnia videantur obscura et<br />
incerta, ab animo meo, quia et me movebant, quantis possem rationibus<br />
amoverem. Quod miserante atque adiuvante Domino factum est.<br />
(12) 2. Sed in eisdem tribus libris meis, non mihi placet toties me appe-<br />
y mostrar en un librito, compuesto con tal fin, todo lo que con razón me desagrada de<br />
mis libros. Entonces verán los hombres cuan poca acepción tengo para mi persona»<br />
(Epist. 143,2; año 412). Y, en lo posible, sigue el orden cronológico, como lo reafirma<br />
en Retract. 50,1, imitando a GALENO, De ordine librorum^propriorum 2. Aunque, a veces,<br />
es imposible, como en las obras De Trinitate, De Civitaie Dei, Confesiones, porque su<br />
composición le llevó <strong>varios</strong> años, y también trabajaba en varias obras a la vez. Las fechas<br />
muchas veces son sólo aproximadas, y emplea a propósito fórmulas vagas como «por la<br />
misma época o tiempo», «en tiempo de...»; otras veces hay que interpretarlas o deducirlas<br />
de referencias en otras obras, de viajes, actividades, etc.<br />
4 Cf. Confesswnes 9,1,1; 9,4,7; CICERO, Academícete quaestwnes 2,9.20-21.24; GE-<br />
LLIUS, Nortes atticae 11,5-6. Ver Nota complementaria n.41: Los Diálogos de Casiciaco.<br />
Los libros contra los académicos, p.927.<br />
* Ponemos a la derecha la numeración en capítulos del CSEL, dado que es distinta.<br />
a] Sic CCL, CSEL.<br />
Libro l, 1 647<br />
nombrado tantas veces la fortuna"'; aunque haya querido designar<br />
con este nombre no a una diosa, sino los acontecimientos<br />
fortuitos, tanto para los bienes y males de nuestro cuerpo<br />
como para los de fuera. De ahí las diversas palabras que ninguna<br />
religión prohibe decir, como: tal vez, quizás, por casualidad,<br />
por fortuna, fortuitamente, que deben ser referidas a la<br />
Providencia divina. Esto no lo he omitido aquí cuando digo:<br />
«Por cierto, tal vez lo que vulgarmente se llama fortuna (suerte)<br />
está regido por un orden secreto, y lo que nosotros llamamos<br />
casualidad en los acontecimientos, no es otra cosa que su<br />
causa y razón desconocidas» 6 . Esto es lo que dije; sin embargo,<br />
me arrepiento de haber hablado así en ellos de la fortuna,<br />
sabiendo que los hombres tienen la pésima costumbre de<br />
decir: ha sido una suerte, la fortuna lo ha querido, en vez de<br />
Dios lo ha querido.<br />
En cuanto a lo que he dicho en otro lugar: «Así está determinado,<br />
bien por nuestros méritos, bien por exigencias de la<br />
naturaleza, que un alma divina apegada a las cosas mortales<br />
nunca alcanza el puerto de la filosofía, etc.» 7 , no debí decir<br />
ninguna de las dos expresiones, porque aun así el sentido<br />
podría estar completo y bastaría con decir: «por nuestros propios<br />
méritos», porque, en verdad, lo heredamos de la miseria<br />
de Adán; sin añadir «por exigencia de la naturaleza», ya que<br />
llasse Fortunam (I 1, 1 7)**; quamvis non aliquam deam voluerim hoc nomine<br />
intellegi, sed fortuitum rerum eventum, vel in corporis nostri, vel in<br />
externis bonis aut malis. Unde et illa verba sunt, quae ñufla religio dícere<br />
prohíbet: Forte, forsan, forsitan, fortasse, fortuito, quod tamen totum ad divinam<br />
revocandum est providentiam. Hoc etiam ibi non tacui, dicens: Etenim<br />
fortasse, quae vulgo fortuna nominatur, occulto quodam ordine regitur; nihilque<br />
aliud in rebus casum vocamus, nísi cuius ratio et causa secreta est. Dixi quidem<br />
hoc, verumtamen paenitet me sic illie nominasse fortunam, cum videam nomines<br />
habere in pessíma consuetudine, ubi dici debet: Hoc Deus voluit,<br />
dicere: Hoc voluit fortuna. Quod autem quodam loco dixi: Ita comparatum est,<br />
sive pro (8) meritis nostris, sive pro necessitate naturae, ut divinum animum<br />
mortalibus inhaerentem nequáquam philosophiae portus accipiat, etc. (Ib.), aut<br />
nihil horum duorum dicendum fuit, quia etiam sic sensus posset esse integer;<br />
aut satis (13) erat dicere: pro meritis nostris, sicut verum est ex Adam tracta<br />
miseria (cf. Rom 5,12); nec addere: sive pro necessitate naturae, quandoquidem<br />
naturae nostrae dura necessitas mérito praecedentis iniquítatis exorta est.<br />
' Cf. Contra Académicos 1,1,9; 2,1,1; 2,3,9; 3,2,2; 3,2,4.<br />
6 Ibid., cf. CICERO, Acad. 1,29.<br />
' Ibid., 1,3. La expresión «sentidos corporales» como percepción corporal, la retracta<br />
San Agustín, porque dice con precisión que, aunque el alma también tiene su sentido<br />
o capacidad de percepción, que es la razón, no es corporal<br />
** Aquí remitimos a la numeración de PL, señalada en nuestra edición de BAC<br />
aunque allí usemos el texto del CSEL (cf. t. III).