40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital

612 Las Retractaciones
en Tagaste, años 388-91, sobre La música y el ritmo para
ayudar a remontarse al número inmutable que es Dios. Como
buen clásico conocía los hechos de la historia y de las artes
que vienen en los grandes autores de la cultura griega y romana,
que él había enseñado y comentado continuamente a los
alumnos con nombres, lugares, fechas, como ejemplos reconocidos
y aceptados en la antigüedad. Por otra parte, su inquietud
por conocer y llegar hasta el fondo de las cosas despertaba
su espíritu de observación para valorar las personas y sus
actos, las costumbres, los fenómenos, los hechos. Y el agudo
sentido crítico y dialéctico, en el que es maestro, le lleva a
fijarse hasta en los más mínimos detalles, que luego, según le
brinda la oportunidad, va reflejando en sus escritos. Con todo,
como sabe que el cristianismo y la Iglesia aparecen y se desenvuelven
dentro de la historia humana, apoya todo cuanto
escribe en hechos comprobados. Por eso las Retractationes
apenas señalan observaciones insignificantes en una obra tan
inmensa como La Ciudad de Dios, que abarca la historia entera
de la humanidad. A veces tiene sutilezas o trae curiosidades
con mayor o menor interés, pero si conoce que son inexactas,
rectifica y retracta, porque ante todo exige siempre la verdad.
De ahí su rigor y exactitud en las investigaciones históricas,
v.gr. con el donatismo, para que haya claridad en todo, porque
no consiente una equivocación cuando la ha advertido. En
realidad, para San Agustín tanto las artes como la ciencia o la
historia son instrumentos para combatir el error y defender la
verdad.
18. Las obras filosóficas en las «Retractationes». Todas
son obras de juventud, que escribe después de su conversión
y antes de su ordenación sacerdotal, años 386-391, en Casiciaco,
Milán, Roma y Tagaste; y plantea los grandes problemas
filosóficos, como sobre la certeza y la esperanza de encontrar
la verdad (Casiciaco 386, Contra los Académicos); la felicidad
y el conocimiento de Dios (ibid.). La vida feliz; la existencia de
Dios, la providencia, el orden (ibid.). El orden; la inmortalidad
del alma por la presencia de la Verdad inmortal en ella (ibid.).
La inmortalidad del alma. Milán, Roma 387: La dimensión del
alma, espiritualidad, ascensión gradual a la contemplación;
Roma-Hípona 387-395: El libre albedrío y el origen del mal;
Tagaste 388-391: El maestro interior, que es Dios. Pero en las
Retractationes San Agustín no investiga, sino que juzga el lenguaje
y las fórmulas que ha empleado en cuanto pueden ofender
a la palabra de Dios y a los oídos cristianos. Por eso, sin
condenar la filosofía, y reconociendo su importancia y el bien
Introducción 613
que la sabiduría antigua le hizo a él para encontrar la verdad
por medio del Hortensio de Cicerón, de Pitágoras, Platón,
Aristóteles y neoplatónicos, que le descubrieron el mundo
espiritual y le acercaron al conocimiento de la verdad cristiana,
con todo juzga severamente la filosofía pagana y a sus sabios
por no haber puesto al servicio de Dios lo que tienen de
racional y moral como resplandor y brillo de la verdad y del
bien. San Agustín pastor, más que detenerse en profundizar
sobre el valor metafísico de las cuestiones o en la doctrina
humana, él va a la enseñanza de la vida práctica en conformidad
con la revelación. No pretende nunca ser un filósofo, sino,
como convertido, quiere ser el buen cristiano a quien los filósofos
neoplatónicos ayudaron a encontrar a Cristo, y desde ese
momento su razón es para profundizar, por encima de toda
humana sabiduría, en Cristo, que es la Sabiduría que da la
verdadera felicidad. Así se entiende que en las Retractationes
se detenga a reprochar el escepticismo filosófico como inseguridad
de la razón 73 , y para valorar su solidez examina las
teorías de los platónicos a la luz de la revelación, como el
origen del alma o la teoría de la iluminación 76 ; y corrige las
expresiones incorrectas, v.gr. sobre la actividad de los sentidos
del cuerpo mortal 77 , la felicidad y las cosas corruptibles 78 , el
bien supremo 79 . San Agustín reconoce el valor de la razón
natural, las grandes ideas de los buenos filósofos, pero no se
siente atraído por ninguno de ellos si sus doctrinas son irreconciliables
con la verdad revelada. En las Retractationes atiende
más a la literatura filosófica que a las ideas, porque no le
interesa ni la filosofía, ni la ciencia, ni las artes, ni la retórica...
por sí mismas, sino como medios que le ayuden a llegar a Dios.
19. Las obras apologéticas en las «Retractationes». Son
las obras escritas por San Agustín defendiendo la fe contra los
paganos y contra los racionalistas negadores de la fe, sobre
todo: La verdadera religión (Tagaste 390), defendiendo a la
Iglesia católica, única ortodoxa, como depositaría íntegra de la
verdad 80 ; La utilidad de la fe (Tagaste 391), y La fe en lo que
no vemos (Hipona 399), análisis entre la fe y la razón, demostrando
la fe católica con argumentos 81 ; La adivinación de los
demonios (Hipona 406-408), comparándola con las profecías 82 ;
Cuestiones contra los paganos (Hipona 406) o Epist. 102, objeciones
del filósofo Porfirio que San Agustín contesta en La
75
Ibid., 1,4.
76
Ibid., 8,2.
77
Ibid., 1,2; 4,2; 5,3; 11,3.
78
Ibid., 4,3; 1,2.
7
' Ibid., 1,4; 4,2.
80
Ibid., 13.
sl
Ibid., 14.
S2
Ibid., 56.