12.06.2013 Views

40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital

40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital

40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

506 La utilidad del ayuno<br />

hacer tal cosa, incluso si, viviendo él, se disminuyera nuestra<br />

herencia. Ahora bien, como lo que vamos a recibir no puede<br />

dividirse, al no poder disminuir por la multitud de los herederos,<br />

¿no le voy a levantar, mal que le pese, para que esté en<br />

vela, y, libre del sueño de la vetustísima costumbre, se alegre<br />

conmigo en la herencia de la unidad? Sí, yo lo haré; si estoy<br />

despierto, yo lo haré; si no lo hago, también yo estoy dormido<br />

6 .<br />

CONCLUSIÓN: Los herejes despedazan la Iglesia<br />

Capítulo XI: NUESTRA HERENCIA ES COMÚN E INDIVISIBLE<br />

13. Carísimos, el Señor, hablando a las turbas, fue interpelado<br />

por uno del público, que le dice: Señor, dile a mi<br />

hermano que reparta conmigo la herencia. Y el Señor le responde:<br />

Hombre, ¿quién me ha nombrado repartidor de la herencia<br />

entre vosotros? No, a bien seguro que El no rehusaba<br />

reprimir la codicia, sino que no quería constituirse en juez<br />

por un reparto. En cuanto a nosotros, queridos, no invoquemos<br />

al Señor como juez de tales cosas, porque no es así<br />

facerem, nec si illo vivo nostra angustaretur hereditas. Nunc vero cum illud<br />

quod accepturi sumus dividí non possit, cum, possessore multiplicato angustari<br />

non possit; non eum erigam vel molestus ut vigilct, ct carens somno<br />

vetustissimi erroris me[716]cum in hereditate gaudeat unitatís? Prorsus faciam;<br />

si vigilo, faciam: si non fació, et ego dormio.<br />

XI. 13. Carissimi, Dominus interpellatus est a quodam, cum turbis loqueretur,<br />

et ait illi: Domine, dic fratri meo ut dividat mecum hereditatem. Et<br />

Dominus: Dic, homo, quis me constituit divisorem hereditatis ínter vos?<br />

(Le 12,13-14). Non, utique dedignabatur compescere cupiditatem, sed nolebat<br />

fieri iudex ad divisionem. Nos autem, carissimi, non eum rerum talium<br />

iudicem requiramus, quia nec talis est hereditas nostra; pura fronte, bona<br />

6 La misma idea, y casi con las mismas palabras en el Sermón 539: «Si a tu padre<br />

le atacase la enfermedad del letargo entre tus brazos, y tú, joven, asistieses al anciano<br />

enfermo, si el médico te dijera: "Tu padre se halla en peligro; este sueño es una pesadez<br />

mortal; estáte atento a él y no le dejes dormirse; si ves esto, que se duerme, despiértalo;<br />

si es preciso, pellízcalo; y, si aun esto es poco, pínchale, para que tu padre no muera".<br />

Sí estuvieses a su lado, serías un joven pesado para el anciano. Él se entregaría decidido<br />

al dulce mal y cerraría los ojos, oprimidos por esta pesadez. Tú, por el contrario, le<br />

dirías: "No te duermas". El replicaría: "Déjame en paz; quiero dormir". Y tú: "Pero el<br />

médico me dijo: No le dejes dormir aunque quiera". Y él: "Te lo suplico, déjame; quiero<br />

morir". "Pero no quiero yo", dices como hijo a tu padre. ¿A quién? A quien ciertamente<br />

desea morir; y, a pesar de todo, tú quieres diferir su muerte y vivir por más tiempo con<br />

tu anciano padre que ha de morir. El Señor te grita: "No te duermas, para no dormir<br />

para siempre; mantente despierto, para vivir conmigo, para tener un padre a quien<br />

nunca abandones". Pero te haces el sordo. ¿Qué he hecho yo, el vigía?» (Sermo 339,8-<br />

9 y Sermo 87,15).<br />

Capítulo 11 507<br />

nuestra herencia; nosotros interpelamos al Señor con la frente<br />

pura, con buena conciencia, y que cada uno de nosotros le<br />

diga: Señor, dile a mi hermano, no que divida, sino que posea<br />

conmigo la herencia. En efecto, ¿qué es lo que tú quieres<br />

dividir, hermano? Porque lo que el Señor nos ha dejado no<br />

puede dividirse. ¿Es oro para presentar una balanza de reparto?<br />

¿Es plata, es dinero, son esclavos, son animales, árboles,<br />

campos? Todo esto puede ser dividido. No puede dividirse: la<br />

paz os dejo, mi paz os doy. Finalmente, hasta en las mismas<br />

herencias terrenas el reparto hace menor la hacienda. Supon<br />

a dos hermanos de un mismo padre: cuanto tiene el padre es<br />

de los dos, todo de uno y todo también del otro. Así pues,<br />

si le preguntas a cualquiera de los dos por sus cosas, te responderá:<br />

por ejemplo, ¿de quién es aquel caballo? Y si se lo<br />

preguntas a cualquiera de ellos: es nuestro, responde. ¿De<br />

quién es ese campo, aquel esclavo? A todo responderá: es<br />

nuestro. Pero si lo dividen, ya responderá otra cosa. ¿De<br />

quién es aquel caballo? Mío. ¿De quién es ése? De mi hermano.<br />

Ved lo que te ha hecho la división. No has adquirido<br />

uno, sino que has perdido uno. Luego si nosotros vamos a<br />

tener también una herencia tal que puede dividirse, nosotros<br />

no deberíamos dividir las riquezas para que no disminuyan<br />

las nuestras. Y, por cierto, nada tan importuno para los hijos<br />

como querer dividirlo todo, viviendo el padre. Finalmente, si<br />

maniobran para hacerlo, si se empeñan en pleitos y riñas para<br />

reclamar cada uno para sí su parte, el buen viejo exclama:<br />

¿Qué es lo que hacéis? Todavía estoy vivo. Esperad un poco<br />

a mi muerte, y entonces repartid mi casa. Pero nosotros te-<br />

conscientia interpellemus Dominum nostrum, et dicat ei unusquisque nostrum:<br />

Domine, dic fratri meo, non ut dividat, sed ut teneat mecum hereditatem.<br />

Quid enim vis dividere, frater? Quod enim dimisit nobis Dominus non<br />

potest dividí. Aurum est enim, ut stateram divisionis proferat? Argentum est,<br />

pecunia est, mancipia sunt, pécora sunt, arbores sunt, agri sunt? Omnia enim<br />

ista dividí possunt. Non potest dividí: Pacem meam do vobis, pacem meam<br />

dimitto vobis (lo 14,27). Postremo in ipsis etiam terrenis hereditatibus divisio<br />

minorem facit: constitue dúos fratres sub uno patre; quidquid possidet pater,<br />

amborum est, totum illius, totum et illius. Proinde si de rebus suis interrogetur,<br />

sic respondet: Cuius est, verbi gratia, equus ule? Et si uni eorum dixeris:<br />

Noster est. Cuius ule fundus, Ule servus? In ómnibus respondet: Noster est.<br />

Si autem dividant, iam aliud respondetur. Cuius equus ille? Meus. Cuius iste?<br />

Fratris mei. Ecce quid tibi fecit divisio. Non unum acquisisti, sed unum<br />

perdidisti. Si ergo et talem hereditatem haberemus, quae dividí posset; dividere<br />

tamen non deberemus, ne nostras dividas minueremus. Et certe nihil tam<br />

importunum filiis quam vivo patre velle dividere. Denique si hoc faceré<br />

moliantur, si litibus et contentionibus studeant ad vindicandas sibi quisque<br />

partes suas, exclamat senex: Quid facitis? Adhuc vivo. Exspectate paululum

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!