40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
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18 Ochenta y tres cuestiones diversas<br />
El estilo. Aparentemente, esta obra es un libro sin elaboración<br />
cuidada, porque está formada de piezas sueltas, cada<br />
una con su tema sin referencia a las otras en general, aunque<br />
a veces repita textos. Con todo, en cada cuestión el estilo es<br />
directo, expositivo y profesoral, como quien, al contestar a las<br />
preguntas, está dictando una lección o exponiendo un problema,<br />
si bien con formas y estilo muy distintos, según la época<br />
en que las dicta, porque reflejan claramente el progreso que va<br />
adquiriendo en su formación cultural y madurez cristianas.<br />
El método. Agustín ha preferido en esta obra el método<br />
didáctico, en vez del coloquial, aunque sea muchas veces silogístico,<br />
enfrentando opiniones para exponerlas y superarlas<br />
con un saber que sea verdad. De esta forma se aparta del<br />
método socrático de los Diálogos y primeras obras donde la<br />
conversación está tejida de preguntas y respuestas, incluso<br />
consigo mismo, generalmente concisas y agudísimas. Tal vez<br />
en esta obra de las Ochenta y tres cuestiones diversas esté aún<br />
muy presente en Agustín la sofística maniquea, predominantemente<br />
retórica, como agilidad dialéctica, cual si Agustín quisiera<br />
rescatarla de los falsos derroteros por donde los gnósticos,<br />
maniqueos y herejes en general, imbuidos de falsa<br />
sabiduría, pretendían conducir la revelación, y retrotraerla así<br />
al horizonte de la verdad, de donde ellos la habían desviado.<br />
O tal vez le está influyendo la lectura de los Platónicos, sobre<br />
todo Porfirio, que trata también temas diversos en las famosas<br />
«quaestiones commixtae» con ese método.<br />
Agustín aquí habla, dicta, para formar, y sabe que sus<br />
respuestas son escuchadas, que no caen en el desierto, sino<br />
que resultan fecundas. Ahí están para confirmarlo el interés<br />
con que las copian para que no se pierdan, el sentido misional<br />
con que las propagan para ganar a los extraviados, y el cuidado<br />
que ponen en transcribirlas como herencia espiritual que<br />
custodian y consultan en las bibliotecas.<br />
Con todo, como los temas son diferentes, también es diferente<br />
el tratamiento que Agustín les da, teniendo además en<br />
cuenta las distintas etapas en que los dicta. Porque el alma de<br />
la antigüedad pagana no podía contemplar la verdad como<br />
realidad trascendente, existencia apasionada, problema palpitante,<br />
y mucho menos la verdad como vida que compromete,<br />
Agustín, cuando alcanzó a verla y valorarla con la conversión,<br />
se comprometió desde entonces a comunicarla. Por eso, se<br />
esto, además del catálogo de Agustín con todas sus obras, había otro de cuestiones que<br />
andaba o disperso o simplemente suelto como fichero para su fácil manejo en la consulta<br />
y elaboración de temas para charlas, conferencias, predicación.<br />
Introducción 19<br />
entiende muy bien su esfuerzo por repensar y rehacer materias,<br />
cuestiones, temas que él resume, como exprimiendo los<br />
valores de la razón natural para recoger la esencia que encuentra<br />
en las flores del paganismo.<br />
Luego, la compilación que manda hacer, y el método que<br />
emplea para formar un libro, aparecen como novedad desconcertante,<br />
porque, por una parte, conserva la frescura de la<br />
improvisación, del entusiasmo, honradez y riesgo en esa aventura<br />
que es investigar e inquirir para conocer la verdad, y, por<br />
otra, aparentemente no se le ve unidad y cohesión como libro.<br />
Eso sí, siempre es sugerente apuntando temas, que desarrolla<br />
o va a desarrollar en libros perfectos y magistrales, con la<br />
destreza del maestro, aunque el artificio de la composición les<br />
quita el encanto que tienen las cuestiones sueltas, por ese<br />
temblor valiente y generoso ante el riesgo de no reflejar en un<br />
modo adecuado la verdad que va descubriendo, y que luego,<br />
en las Retractaciones, pule y aclara.<br />
TIEMPO DE SU COMPOSICIÓN<br />
Los dos puntos de apoyo seguros los da San Agustín en las<br />
Retractaciones: el comienzo es «desde el primerísimo momento<br />
de mi conversión y vuelta al África». Por tanto, desde el año<br />
386 al 388, el principio. Y el final: su consagración episcopal<br />
", entre mayo-junio del año 395 M y el 28 de agosto del<br />
397 ". Interesa entonces seguir a Agustín cronológicamente<br />
para ver cuándo pensó y comenzó a dictar con la mayor probabilidad<br />
las Cuestiones, teniendo en cuenta la correlación con<br />
otros escritos suyos de cada época.<br />
Si acompañamos la vida de Agustín en este período de<br />
tiempo, desde el año 386 al año 395, distinguimos fácilmente<br />
tres etapas decisivas en su formación y progreso espiritual: del<br />
386 al 388, su conversión total; del 388 al 391, su vida monástica<br />
como laico; del 391 al 395, su vida monástica y ministerial<br />
como sacerdote de Hipona. En cada una de estas etapas bullen<br />
en Agustín preocupaciones doctrinales distintas, que de alguna<br />
manera han quedado reflejadas en este libro de las Ochenta y<br />
tres cuestiones diversas.<br />
Así en la primera etapa, años 386-388, le preocupan de un<br />
33 Retractationes 1,26,1.<br />
M Por la Epist. 29 a Alipio, escrita el año 395, aún como presbítero de Hipona.<br />
" Porque en esta fecha asiste al III Concilio de Cartago (397) y firma las Actas<br />
como obispo, dándose como más probable para su consagración episcopal la fecha de<br />
mayo-junio del 395.