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40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital

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354<br />

La adivinación diabólica<br />

todo esto se cumpliera. Y nosotros tampoco debemos inquietarnos<br />

de que algunos pocos paganos, que han quedado, se<br />

atrevan todavía a hacer ostentación de sus doctrinas fanfarronas,<br />

y a motejar a los cristianos de perfectos ignorantes, cuando<br />

estamos viendo que se cumplen en ellos las profecías 29 . Por<br />

cierto que esa aparente ignorancia y, por así decir, locura de<br />

los cristianos es lo que se revela a los humildes, a los santos,<br />

a los que la estudian con amor, como la excelsa y única verdadera<br />

sabiduría; esa, repito, locura de los cristianos ha reducido<br />

a los paganos a una ínfima minoría, porque como dice el<br />

Apóstol: Dios ha hecho necia la sabiduría de este mundo. Y<br />

añade después una reflexión magnífica, para el que la entienda,<br />

y sigue así: Mirad que el mundo no conoció a Dios en la<br />

sabiduría de Dios a través de la sabiduría; plugo a Dios salvar<br />

a los creyentes por medio de la locura de la predicación. Porque<br />

los judíos piden ciertamente signos, y los griegos buscan sabiduría,<br />

pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos<br />

un escándalo, y para los paganos una locura; en cambio, para los<br />

llamados a Cristo, lo mismo judíos que griegos, poder de Dios y<br />

sabiduría de Dios. Porque lo necio de Dios es más sabio que los<br />

hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.<br />

inpleantur haec [617] omnia; nec quod adhuc audent ipsi pauci, qui remanserunt,<br />

uaniloquas suas ostentare doctrinas et christianos tamquam imperitissimos<br />

inridere, moueri debemus, dum in eis inpleri ea, quae praedicta sunt,<br />

uideamus, ipsa quippe uelut inperitiae stultitia christianorum, quae humilibus<br />

et sanctis eiusque diligenter studiosis adparet excelsa et sola uera sapientia,<br />

ipsa, inquam, uelut stultitia christianorum eos ad istam paucitatem redigit,<br />

quoniam, sicut dicit apostolus, stultam fecit Deus sapientiam huius mundi.<br />

Deinde subiungit rem mirabilem, si quis intellegat, et ita sequitur: Nam quoniam<br />

in Dei sapientia non cognouit mundus per sapientiam Deum, placuit Deo<br />

per stultitiam praedicationis sainos faceré credentes; quoniam quidem ludaei<br />

signa petunt et Graeci sapientiam quaerunt, nos autem praedicamus Christum<br />

crucifixum, ludaeis quidem scandalum, gentibus autem stultitiam, ipsís uero<br />

uocatis, ludaeis et Graecis, Christum Dei uirtutem et Dei sapientiam; quoniam<br />

quod stultum est Dei, sapientius est homini(591)bus, et quod infirmum est Dei,<br />

fortius est hominibus (1 Cor 1,20-25). Inrideant ergo, quantum possunt, tam-<br />

29 Es la consabida acusación de siempre, desde los judíos. Por una parte, San Pablo<br />

(1 Cor 1,26-27) dice claramente a quiénes ha llamado Dios: «No a muchos intelectuales...<br />

todo lo contrario: lo necio del mundo lo escogió Dios para humillar a los sabios».<br />

Y los paganos siempre lo echan en cara. Los Apologistas, Santos Padres y teólogos<br />

enseguida replican aclarando que se trata de oponer la sabiduría de Dios (que es la<br />

verdadera) a la sabiduría de los hombres. Y, por otra, siempre se repite que los hombres<br />

sabios y racionalistas según el mundo se cierran y rechazan la revelación cristiana<br />

porque se recibe por la fe, que fue el problema de Agustín para la conversión. Con todo,<br />

esa necedad, que los demonios se encargan de presentar a los hombres para no creer,<br />

ha transformado el mundo y salva; algo que en su perversidad no quieren aceptar ni<br />

reconocer.<br />

Vil. Capítulo 10 355<br />

i Que se mofen, pues, en cuanto puedan, de nuestra aparente<br />

ignorancia y locura, y que se vanaglorien de su doctrina y sabiduría!<br />

Yo sé que esos burlones nuestros son en este año menos<br />

que los que eran el año pasado 30 . En efecto, desde que han<br />

bramado las naciones, y los pueblos han tramado vanos proyectos<br />

contra el Señor y contra su Cristo, puesto que ellos derramaban<br />

la sangre de los santos, y devastaban la Iglesia, hasta<br />

nuestros días, y en lo sucesivo, ellos van disminuyendo día a día.<br />

A nosotros, en cambio, nos hacen muy fuertes contra las afrentas<br />

y las burlas orgullosas los vaticinios de nuestro Dios, que vemos y<br />

tenemos la alegría en este punto de que se van cumpliendo. Ciertamente<br />

que nos hable así el profeta: Escuchadme los que conocéis<br />

la justicia, pueblo mío, en cuyo corazón está mi ley: no temáis<br />

la afrenta de los hombres ni os dejéis abatir por sus calumnias ni<br />

tengáis en mucho el que ahora os desprecien. Porque como el<br />

vestido, así serán consumidos por el tiempo, y como la lana serán<br />

comidos por la polilla; pero mi justicia dura para siempre.<br />

Con todo, que lean estas reflexiones mías, si es que se<br />

dignan hacerlo. Y cuando sus réplicas hayan llegado a mi<br />

conocimiento, les daré la respuesta con la ayuda del Señor.<br />

quam inperitiam et stultitiam nostram et iactent doctrinam et sapientiam<br />

suam, Illud scio, quod isti inrisores nostri pauciores sunt hoc anno, quam<br />

fuerunt priore anno. Ex quo enim fre[b\S\muerunt gentes, et populi meditati<br />

sunt inania aduersus Dominum et aduersus Christum eius (cf. Ps 2,1-2),<br />

quando ab eis fundebatur sanguis sanctorum et uastabatur Ecclesia, usque ad<br />

hoc tempus et deinceps cotidie minuuntur. Nos autem aduersus eorum obprobria<br />

et superbas inrisiones fortissimos reddunt oracula Dei nostri, quae de hac<br />

quoque re uidemus et gaudemus inpleri. Sic enim loquitur propheta: Audite<br />

me, qui scitis iudicium, populus meus, in quorum corde lex mea est; obprobrium<br />

hominum nolite metuere, et detractatione eorum ne superemini, nec quod uos<br />

spernant, magni duxeritis. Sicut enim uestimentum ita per tempus absumentur<br />

et sicut lana a tinea comedentur, iustitia autem mea in aeternum manet<br />

(Is 51,7-8). Legant tamen haec nostra, si dignantur, cum ad nos contradictiones<br />

eorum peruenerint, quantum Dominus adiuuat, respondebimus.<br />

30 Refleja la liquidación del paganismo y sus manifestaciones idolátricas, siempre<br />

dificultosísimo de erradicar de las costumbres de los pueblos; y peor todavía cuando<br />

esas prácticas son milenarias y, aunque sean horripilantes, se las considera como raíces<br />

ancestrales de la cultura autóctona, que siempre dejan resabios fijos en hechos y dichos<br />

supersticiosos. Y, a veces, surgen rebrotes muy peligrosos en la sociedad, como suele<br />

ocurrir en las etapas de transición, v.gr. en la Edad Media, en el Renacimiento, en<br />

nuestra época actual, que obliga a defenderse de la banalidad del paganismo y sus<br />

prácticas, aunque se las disfrace de cultura y de folclore. Testimonio de la reacción en<br />

la Edad Media contra sortilegios, adivinanzas, maleficios, ariolos, augures, magos, arúspices,<br />

encantadores, etc., idólatras son los textos tomados de las obras de San Agustín<br />

para formular leyes muy graves, que descubren la profundidad del mal. Cf. Decretum<br />

Gratiani, causa 26, q.5, canon 1-14, en AEMILIUS FRIEDBEEG, Corpus Iuris Canonici (Graz<br />

1959), 1,1027-1036. Y luego en las legislaciones posteriores hasta nuestros días, contra<br />

determinadas sectas en cada momento.

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