40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
344 La adivinación diabólica<br />
atmósfera que le son conocidas y a nosotros se nos escapan,<br />
puede prever las tempestades que van a venir? 18 . También<br />
conocen a fondo y con toda facilidad las disposiciones humanas,<br />
no sólo las manifestadas de viva voz, sino también las<br />
concebidas sólo con el pensamiento, puesto que se exteriorizan<br />
algunos signos desde lo íntimo del alma a través del cuerpo<br />
19 . En consecuencia, predicen también muchas cosas que<br />
van a suceder, por supuesto maravillosas para los demás que<br />
no llegan a conocer tales secretos. En efecto, lo mismo que se<br />
reflejan en el rostro las emociones más vivas del alma, de<br />
manera que hasta los hombres conocen por fuera algo de lo<br />
que pasa por dentro, de igual modo tampoco debe parecer<br />
increíble si hasta los más leves pensamientos reflejan por<br />
medio del cuerpo algunos signos que no puede percibir la<br />
sensibilidad embotada de los hombres, y en cambio sí lo puede<br />
la agudeza de los demonios.<br />
CAPITULO VI<br />
LA ADIVINACIÓN DIABÓLICA DISTA MUCHO DE LA SUBLIMIDAD<br />
DE LA PROFECÍA DIVINA<br />
VI. 10. Los demonios engañan y son engañados. Con<br />
esta facultad tan prodigiosa los demonios predicen muchas<br />
cosas, a pesar de que esté bien lejos de la sublimidad de la<br />
profecía de Dios, que obra por medio de sus santos ángeles y<br />
praeuidet tempestates? Aliquando et hominum díspositiones non solum uoce<br />
prolatas, uerum etiam cogitatione conceptas cum signa quaedam ex animo<br />
exprimuntur in corpore, tota facilítate perdiscunt atque hinc etiam multa<br />
futura praenuntiant, alus uidelicet mira, qui ista disposita non nouerunt. Sicut<br />
enim adparet concitatior animi motus in uultu, ut ab hominíbus quoque<br />
aliquid forinsecus agnoscatur, quod intrinsecus agitur, ita non debet esse<br />
incredibile, si etiam leuiores cogitatíones dant alíqua signa per corpus quae<br />
obtuso sensu hominum cognosci non possunt, acuto autem daemonum possunt.<br />
VI. 10. Hac atque huius modí facúltate multa daemones futura praenuntiant,<br />
cum tamen ab eis longe sit altitudo illius prophetiae, quam Deus per<br />
sanctos angelos et prophetas operatur. Nam si quid de illa Dei dispositione<br />
Ibid., 22,10: «Habitan el aire, vecinos de los astros, y en contacto con las nubes,<br />
los demonios pueden conocer los fenómenos que se preparan en el cielo y predecir, por<br />
ejemplo, la lluvia que ellos ya están sintiendo»; ATENÁGORAS, Legat., 25. Cf. Retract. 2,30<br />
y C. Academ. 1,6-7,16-21.<br />
No hay duda que hay cosas misteriosas a las que no se les ve una explicación<br />
natural, y por otra parte tampoco pueden venir de una causa buena; entonces surge la<br />
incógnita, ¿de dónde y cómo? Ver Nota complementaria n.22: ¿Cómo conocen los demonios?,<br />
p.904.<br />
P.II. Capítulo 6 345<br />
profetas. Efectivamente, cuando predicen algo sobre los designios<br />
de Dios, lo oyen para predecirlo; y cuando predicen lo<br />
que oyen de ese modo, ni engañan ni son engañados, porque<br />
los oráculos angélicos y proféticos son infalibles y veraces.<br />
Ahora bien, hay quienes llevan a mal el que los demonios<br />
oigan y predigan algunos oráculos semejantes, como si fuese<br />
indigno lo que se comunica para manifestarlo a los hombres,<br />
y que no solamente los buenos, sino hasta los malos no lo<br />
callen, cuando estamos viendo entre los mismos hombres que<br />
los preceptos de una vida buena son celebrados lo mismo por<br />
los justos que por los perversos 20 ; y que no perjudica en nada,<br />
sino más bien ayuda a un conocimiento mayor y al prestigio de<br />
la verdad, cuando hablan de ella lo que conocen hasta esos<br />
que la contradicen con su conducta perversa.<br />
En cambio, los demonios se engañan y engañan con las<br />
otras predicciones suyas la mayoría de las veces. Se engañan<br />
ciertamente, porque al predecir sus propios designios, desde<br />
arriba algo se ordena de improviso que trastorna todos sus<br />
planes. Así como cuando los hombres sometidos a otras autoridades<br />
disponen algo que creen que sus jefes no lo van a<br />
prohibir, y entonces prometen que ellos lo van a hacer; pero<br />
los que tienen un poder mayor, por una decisión superior,<br />
prohiben de repente todo eso ya dispuesto y preparado. También<br />
son engañados cuando adivinan algunas cosas por las<br />
causas naturales, como los médicos, los marineros, los agricul-<br />
praenuntiant, audiunt, ut praenuntient; et cum ea praedicunt, quae inde<br />
audiunt, non fallunt ñeque falluntur; ueracissima enim sunt angélica et prophetica<br />
oracula. Sic autem indignanter accipitur, quod aliqua etiam talia daemones<br />
audiant et praedicant, (587) quasi aliquid indignum sit, ut quod ideo<br />
dicitur, ut hominibus innotescat, hoc non solum boni, uerum etiam mali non<br />
taceant, [609] cum in ipsis hominibus etiam uitae bonae praecepta uideamus<br />
pariter a iustis peruersisque cantari, non obesse aliquid, immo etiam prodesse<br />
ad maiorem notitiam famamque ueritatis, cum de illa etiam hi quidquid<br />
nouerunt dicunt, qui ei peruersis moribus contradicunt, in ceteris autem suis<br />
praedicationibus daemones plerumque falluntur et fallunt. Falluntur quidem,<br />
quia, cum suas dispositiones praenuntiant, ex improuiso desuper aliquid iubetur,<br />
quod eorum consilia cuneta perturbet. Velut si aliquid disponant quilibet<br />
nomines quibusque potestatibus subditi, quod non prohibituros suos praepositos<br />
arbitrentur idque facturos se esse promittant, at illi, penes quos maior<br />
potestas est, ex alio superíore consilio hoc totum dispositum atque praeparatum<br />
repente prohibeant. Falluntur etiam in causis naturalibus —sicut medici<br />
et nautae et agricolae, sed longe acutius longeque praestantius pro aerii cor-<br />
20 En efecto, dice San Agustín: «¿Qué hombre, por injusto que sea, no se pone a<br />
hablar fácilmente de la justicia?, o ¿quién hay que preguntado por lo que es justo no<br />
indique con prontitud, a menos que tenga interés en contra, qué es lo que realmente<br />
es justo?» (Enarrat. in Ps. 57,1).