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40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital

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324 La adivinación diabólica<br />

reunidos en quince libros, de extensión y contenido muy desigual.<br />

Estos versos se cree que contienen las predicciones o<br />

adivinanzas de profetisas de la antigüedad pagana conocidas<br />

como Las Sibilas. En realidad, se trata de un género literario<br />

de interés muy relativo y difícil de aceptar, pero que ha entrado<br />

en la historia del cristianismo por los grandes escritores que<br />

han confirmado sus argumentos irrefutables sobre la verdadera<br />

religión con citas de estos Libros de las Sibilas; entre otros lo<br />

han hecho Teófilo y Clemente de Alejandría, Lactancio y<br />

Commodiano, y también San Agustín S5 . De este modo los<br />

Oráculos o Libros sibilinos, cuya procedencia es desconcertante<br />

y se pierde en la memoria del mundo helénico, han llegado<br />

hasta nosotros como producto cercano al judaismo y al cristianismo,<br />

porque respiran siempre el monoteísmo, sin que aparezca<br />

para nada el politeísmo.<br />

La Colección de los Oráculos es un resumen de dichos o<br />

predicciones imposible de determinar a quiénes pertenece.<br />

Según la crítica histórica y literaria, no hay duda de que en el<br />

mundo helénico circulaban ya desde el siglo vi a. de C. colecciones<br />

de Oráculos más o menos auténticas de célebres<br />

profetisas paganas diferentes. Hablan de ello Heráclito de<br />

Efeso y luego Platón y Aristófanes. Normalmente son predicciones<br />

de ruina de alguna ciudad o país, indicando el remedio<br />

para evitarlo. En la Colección actual son muchos los ejemplos<br />

que se pueden sacar, sobre todo en el libro tercero. Pero la<br />

mayoría son oráculos dirigidos al culto de un solo Dios y al<br />

deseo y esperanza de un Salvador. Las sibilas con sus mensajes<br />

pretendían la difusión y proselitismo entre los pueblos, y a la<br />

vez sostener la creencia y elevar la moral religiosa entre los<br />

paganos. Por este motivo se plantea la razón crítica de si estas<br />

colecciones no serán obra más bien de los judíos de la Diáspora;<br />

al menos, no se puede negar su influencia muy clara en<br />

cuanto a la unidad divina, la falsedad de los ídolos, las disputas<br />

del evemerismo, la literatura apocalíptica e incluso la influencia<br />

política de cada momento, como el de la época macabea y<br />

el del gnosticismo judío para explicar la religión con la mentalidad<br />

y términos helénicos. De hecho, la defensa y proclamación<br />

del monoteísmo por las profetisas paganas es un argumento<br />

muy interesante para defender la religión ante el mundo<br />

idólatra y politeísta, y sirvió a los judíos para difundir y propagar<br />

las profecías de la Sagrada Escritura. Luego, los apologistas<br />

cristianos aprovechan esos testimonios como pruebas<br />

para defender el cristianismo y combatir el paganismo. Así lo<br />

Ibid.<br />

Introducción 325<br />

hicieron San Justino, Atenágoras, Taciano, Clemente y Teófilo<br />

de Alejandría, que utilizaron estos oráculos difundidos por los<br />

judíos. El moralista Plutarco, del siglo i d. de C, educador<br />

del emperador Adriano y sacerdote de Apolo Pítico, escribió<br />

sobre esta Colección, y recoge la tradición siguiente entre los<br />

paganos: «Los hombres de esta época lejana tenían un temperamento<br />

naturalmente dotado de una feliz propensión a la<br />

poesía. Sus almas eran prendidas fácilmente de ardores de<br />

ímpetus, de inspiraciones, y había en ellas una disposición que<br />

para manifestarse no tenía necesidad sino de un estímulo pequeño<br />

o sobresalto de la imaginación. No eran sólo los filósofos<br />

y los astrónomos los que eran prontamente arrebatados<br />

hacia su lenguaje habitual, la poesía, sino bajo el influjo de una<br />

ebriedad, de una emoción viva, o con la acción repentina de<br />

un sentimiento de dolor o de una alegría, cada uno se dejaba<br />

llevar, en un círculo de amigos, a la improvisación poética» 86 .<br />

Pero hasta el siglo ni d. de C. no se utilizaron los Oráculos<br />

como apoyo del carácter mesiánico de Cristo y de su divinidad;<br />

y en este sentido, los cristianos continúan la labor anterior de<br />

los judíos. Está comprobado que desde el siglo n d. de C. las<br />

colonias de judíos helenísticas utilizaron a la sibila o vidente<br />

para propagar el judaismo entre los paganos; y entonces, para<br />

mayor atracción, introdujeron en sus escritos los Oráculos<br />

paganos favorables, como las sentencias de la Sibila de Eritrea.<br />

Y este mismo método siguen después los cristianos. En consecuencia,<br />

desde el siglo n d. de C. comienza la composición<br />

de estos libros o Colección de Oráculos sibilinos de diversas<br />

formas y con materiales también diversos: histórico, político,<br />

religioso. De hecho, los cristianos utilizan los Oráculos de la<br />

Sibila desde el siglo II, porque Orígenes se refiere a la afirmación<br />

que Celso hace en torno al año 177 o 178 de que los<br />

cristianos han interpolado los Oráculos sibilinos 87 .<br />

Pero ¿cómo se realiza esta continuidad? De dos formas: o<br />

interpolando las colecciones anteriores con mentalización cristiana,<br />

como antes la judía; o rehaciendo por entero, como una<br />

refundición, las colecciones o parte de ellas, y de esta forma van<br />

apareciendo los Libros de los Oráculos de las Sibilas a finales del<br />

siglo iv, que es cuando escribe Lactancio y ya está circulando<br />

la Colección de los ocho primeros libros. Ahora bien, diferenciar<br />

qué es lo primitivo y pagano de lo que es judío y cristiano,<br />

y, sobre todo, fijar la cronología de cada parte, es tarea difícil<br />

para la crítica literaria. Con paciencia e imparcialidad se ha<br />

De Pitiae oraculis 23.<br />

Contra Cehum 7,53.

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