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40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital

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14 Ochenta y tres cuestiones diversas<br />

San Simpliciano es considerada como un verdadero Tratado<br />

sobre la gracia u , y, en cambio, las respuestas a Ocho cuestiones<br />

de Dulcido son citas largas de obras anteriores, mientras que<br />

estas Ochenta y tres cuestiones diversas son respuestas de San<br />

Agustín como apuntes o guiones de conferencias o coloquios<br />

desarrollados o para explanar según las circunstancias. Y San<br />

Agustín manda recogerlas por su interés y las utiliza; y quiere<br />

que otros también las puedan utilizar cómodamente 14 .<br />

Segundo, si estas Ochenta y tres cuestiones diversas como<br />

libro son la selección que hizo San Agustín de las cuestiones<br />

más importantes del fichero puesto al día. Lo cual parece deducirse<br />

de la conclusión final del Indiculum de San Posidio 15 .<br />

¿Por qué esta obra? Como en las Confesiones, cabe preguntarse:<br />

¿por qué recoge en un libro las Ochenta y tres cuestiones<br />

diversas? Y, como allí, la respuesta de Agustín es ante<br />

todo: por amor de tu amor hago esto lé . Y con San Posidio en<br />

el proemio de su Vida: para alabar a su Señor por las mercedes<br />

que el Señor le había hecho, por las que le venía haciendo, y<br />

por otros favores que deseaba recibir " para perfeccionarse .<br />

¿Qué fruto pretende con este libro? Enseñar aquello que<br />

debe conocerse, la verdad, y amar aquello que debe amarse, el<br />

bien, que en definitiva es Dios, con espíritu de fraternidad.<br />

¿Con qué medios lo hace? Con todos los que tiene a<br />

mano. El caudal vastísimo de su cultura humanística, la curiosidad<br />

sana de conocer la verdad, en especial al hombre y su<br />

pensamiento, las obras, las ciencias, las cosas, a su Hacedor y<br />

Reparador; los recursos inagotables de forma potenciados con<br />

su inmenso ingenio, el hechizo personal de su estilo retórico,<br />

la magia de su lenguaje...<br />

Siempre la Verdad como centro. Porque estas Ochenta y<br />

tres cuestiones diversas son como el éxodo de su pensamiento<br />

en el camino hacia Dios. Sí, los libros de los Diálogos de<br />

Casiciaco fueron la alborada de la ciencia cristiana, siempre<br />

con la aventura de buscar la verdad, pero sin hallarla, sin darle<br />

nunca alcance 19 . Y como en la vida biológica, cada etapa de<br />

niñez —infancia, puericia, adolescencia, juventud— va muriendo<br />

sucesivamente, pero continúa la misma persona, que va<br />

penetrando cada vez un paso más adentro en la convivencia<br />

B Mons. SALGUERO, La doctrine de Saint Augustin sur la gráce d'aprés le traite a<br />

Simplicien (Porto 1925), 14-15.<br />

14 Retractationes 1,26,1; 1,23,1.<br />

" Cf. PL 46,22.<br />

16 Confess. 2,3.<br />

17 Vita S. Augustini, prólogo.<br />

18 Epist. 231 (a Darío, año 429), 6.<br />

19 Contra Académicos 1,4,11.<br />

Introducción 15<br />

humana, así Agustín ha ido madurando en su peregrinación<br />

trágica tras el vacío de aquella verdad que llenaba de luz y de<br />

esperanza y de seguridad la casa materna que él perdidamente<br />

despreciaba. Pero este período desde su lectura del Hortensio,<br />

vagabundeando en la lejanía y la oscuridad por los derroteros<br />

de la inseguridad, lo ha acercado al conocimiento de los Platónicos<br />

hasta introducirlo con San Ambrosio en el atrio de la<br />

Verdad, que ilumina su espíritu 20 . Y centra su vida de modo<br />

definitivo.<br />

La amistad leal como ambiente. Elemento imprescindible<br />

en su vida ha sido siempre la amistad leal, como ambiente<br />

que hizo posible el círculo familiar de estudiosos que buscaban<br />

sinceramente la verdad y la sabiduría. Trataban muchas<br />

cosas entre ellos, viviendo juntos amigablemente, en especial<br />

Agustín, Alipio y Nebridio (a quien en Roma sustituye Evodio)<br />

21 . «Y en Milán estábamos los tres. Tres bocas famélicas<br />

de tres indigentes comensales y particioneros de nuestra hambre<br />

y de nuestra penuria; y vueltos a Vos boqueábamos esperando<br />

que nos dieses el bocado en tiempo oportuno» 22 . Entonces<br />

discutían entre ellos sobre el sumo bien y el sumo<br />

mal 23 ; buscaban su origen, pero buscaban mal 24 ; examinaban<br />

toda la creación: la tierra y el mar, el aire y las estrellas, los<br />

árboles y los animales, el firmamento del cielo con los ángeles<br />

y seres espirituales; indagaban sobre Dios y las cosas que ha<br />

creado el Dios bueno, inmenso 25 . Todo lo escudriñaban. Y sin<br />

embargo, ya a sus treinta años, se encontraban cercados aún<br />

del sombrío escepticismo. Y entonces se creen satisfechos con<br />

lo vulgar, como otros filósofos soñadores y epicúreos aspiraban<br />

a una finca de campo con una regadera de manantial y un<br />

montecillo de bosque donde vivir en común el ocio tranquilo<br />

y el amor a la sabiduría 2 '\<br />

¿Quiénes influyeron en las «Ochenta y tres cuestiones<br />

diversas»? En esta etapa primaveral, en que Agustín trata la<br />

mayor parte de los temas que ha recogido en las Ochenta y tres<br />

cuestiones diversas, tres hombres pasan por el alma de Agustín<br />

y de sus amigos, y dejan sus huellas en el grupo: Cicerón,<br />

Platón y San Pablo, que templaron sus almas estremecidas y<br />

resonantes. Estos tres nombres van a marcar los pasos que<br />

20 TEODORO C. MADRID, Agustin y el Hortensio, en Revista Agustiniana, vol. XXXIII<br />

(Madrid 1992), 169-224.<br />

21 Confess. 6,6,10; 6,7,11.<br />

22 Ibid., 6,10,17.<br />

23 Ibid., 6,16,26.<br />

24 Ibid., 7,5,7.<br />

25 Ibid., 7,5,7.<br />

26 Ibid., 6,14,24.

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