40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
280 Ochenta y tres cuestiones diversas<br />
tribulación produce paciencia; la paciencia, virtud probada; la<br />
virtud probada, esperanza; y la esperanza no defrauda, porque<br />
la caridad de Dios ha sido derramada en nuestros corazones por<br />
el Espíritu Santo que nos ha sido dado 12b .<br />
CUESTIÓN 80<br />
RÉPLICA A LOS APOLINAEISTAS<br />
(Testimonios de esta cuestión: S. Auc, Retract. 1,26,80; S. POSSID.,<br />
Indic. 9.)<br />
Respuesta: 1. La herejía. Como algunos herejes, llamados<br />
apolinaristas, según dicen, por un tal Apolinar su fundador,<br />
afirmaron que nuestro Señor Jesucristo, en cuanto que se<br />
dignó hacerse hombre, no tuvo mente humana, siguiéndolos<br />
algunos y escuchándolos con atención, se regodeaban por cierto<br />
de tamaña perversidad, con que disminuían la humanidad<br />
en Dios, diciendo que El no tuvo mente, es decir, el alma<br />
racional, por la que el hombre se diferencia de los animales<br />
según el espíritu 727 . Pero si es así, cuando reflexionan consigo<br />
mismos tendrán que reconocer que el Hijo unigénito de Dios,<br />
Sabiduría y Verbo del Padre 728 , por quien todo fue hecho,<br />
según ellos creen, había asumido una especie de animalidad<br />
con la figura del cuerpo humano, se disgustarán de sí mismos,<br />
si bien no para corregirse y volver al camino de la verdad, y<br />
tribulatío patientiam operatur, patientia probationem, probatio vero spem, spes<br />
autem non confundit; quia caritas Dei diffusa est in cordibus nostris per Spiritum<br />
Sanctum qui da tus est nobis (Rom 5,3-5).<br />
LXXX<br />
ADVEESUS APOLLINARISTAS<br />
1. Cum quidam haeretici, qui Apollinaristae ex Apollinari quodam auctore<br />
suo dicti esse perhibentur, assererent Dominum nostrum Iesum Christum,<br />
in quantum homo fieri dignatus est, non habuisse humanam mentem,<br />
inhaerentes eis nonnulli, et eos studiose audientes, delectad sunt quidem ea<br />
perversitate, qua ille hominem in Deo minuebat, dicens eum non habuisse<br />
mentem, hoc est rationalem animam, qua homo a pecoribus secundum animum<br />
diífert. Sed cum secum ipsi cogitarent, fatendum esse, si ita est, ut<br />
unigénitas Dei Filius, Sapientia et Verbum Patris, per quod facta sunt omnia,<br />
belluam quamdam cum figura humani corporis suscepisse credatur; displícuerunt<br />
sibi, non tamen ad correctionem, ut redirent ad veritatís viam, totum-<br />
726 Cf. S. Auc, De Trin. 3,7,12-3,11,21; 4,11,14.<br />
727 Cf. S. Auc, De agone chr. 19,21; In Ev. lo. 1,26,80.<br />
728 Cf. 1 Cor 1,24; lo 1,3.<br />
Cuestión 80 281<br />
confesar que la Sabiduría de Dios había asumido la humanidad<br />
entera sin disminución alguna de la naturaleza 729 , sino que<br />
llevaron más lejos su audacia, y, quitando de El hasta la misma<br />
alma y todo lo característico del hombre, dijeron que había<br />
asumido únicamente el cuerpo humano, aduciendo incluso el<br />
testimonio del Evangelio; más aún, al no entender ese texto, se<br />
atreven los perversos a combatir la verdad católica, afirmando<br />
que está escrito: El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros,<br />
porque en estas palabras ellos creen que el Verbo se unió y se<br />
identificó con la carne de tal modo que en El no tiene sitio no<br />
sólo la mente, pero ni siquiera el alma humana 73 °.<br />
2. Refutación. Es necesario responderles en primer lugar<br />
que eso está escrito en el Evangelio, porque esa asunción<br />
de la naturaleza humana fue hecha por el Señor hasta la carne<br />
visible, y que en toda esa unidad de la asunción el Verbo es<br />
lo principal, y la carne la última y más humilde. Queriendo de<br />
este modo el evangelista resaltar para nosotros el amor excesivo<br />
de la humildad de Dios, que llegó a humillarse, y, al<br />
expresar hasta qué punto llegó a humillarse, ha nombrado el<br />
Verbo y la carne, sin decir nada de la naturaleza del alma, que<br />
es inferior al Verbo, pero superior a la carne. En efecto, él<br />
pone más de relieve la humildad con la expresión: El Verbo se<br />
hizo carne, que si dijese: El Verbo se hizo hombre. Porque, si<br />
que hominem a Sapientia Dei susceptum esse confiterentur, nulla diminutione<br />
naturae; sed ampliore usi audacia, ipsam etiam animam totumque utüe hominis<br />
alienantes ab eo, solam carnem humanam eum suscepisse dixerunt, adhibentes<br />
etiam testimonium ex Evangelio; immo illam sententiam non intellegendo,<br />
perversi confligere audent adversus catholicam veritatem, dicentes<br />
scriptum esse: Verbum caro factum est, et habitavit in nobis (lo 1,14). Sub his<br />
enim verbis ita Verbum volunt carní esse copulatum atque concretum, ut nulla<br />
ibi non solum mens, sed nec anima humana intersistat.<br />
2. Quíbus primo respondendum est, ideo síc esse íllud in Evangelio<br />
positum, quia usque ad visibilem [94] carnem assumptio illa humanae naturae<br />
a Domino facta est, atque in tota illa unitate susceptionis principaliter Verbum<br />
est, extrema autem atque ultima caro. Volens itaque Evangelista commendare<br />
pro nobis deiectionem humilitatis Dei, qui sese humiliaverit, et quousque<br />
humiliaverit exprimens, Verbum carnemque nominavit, praetermittens animae<br />
naturam, quae Verbo inferior est, carne vero praestantior. Magis enim<br />
commendat humilitatem, quia dictum est: Verbum caro factum est (lo 1,14)<br />
729 Cf. 1 Cor 1,24. Porque «lo que no ha sido asumido, no ha sido sanado».<br />
7,0 Cf. ORIG., De princ. 2,6,3; S. Auc, In Ps. 29; Sermo 2,2-3; In Evang. lo. 47,9; De<br />
Haeres. 5,5; De agone cbrist. 21,23; Con/ess. 7,19,25. En el Símbolo de San Epifanio de<br />
Salamina (año 374), en su forma larga, se dice explícitamente: «Creemos... que se hizo<br />
hombre, es decir, que tomó la naturaleza humana completa, alma, cuerpo y mente, y<br />
todo aquello que es humano, excepto el pecado» (DENZ.-SCHONMETZER n.44 y Fie [BAC<br />
446] 396).