40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
40. Escritos varios - Biblioteca Católica Digital
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
94 Ochenta y tres cuestiones diversas<br />
mismos seres racionales insensatos. Como tampoco puede usar<br />
de una cosa si ignora el fin para el que ha sido ordenada, y<br />
nadie puede saberlo si no es sabio. Por lo cual suele decirse<br />
con toda razón que abusan los que no usan correctamente. En<br />
efecto, lo que se usa mal no aprovecha a nadie, y lo que no<br />
aprovecha, evidentemente, no es útil. Pues todo lo que es útil,<br />
es útil para usarlo, y así nadie usa sino lo que es útil. Luego<br />
no usa todo el que usa mal.<br />
En consecuencia, la razón perfecta del hombre, que se llama<br />
virtud 94 , en primer lugar usa de sí misma para conocer a Dios,<br />
de manera que goce de Aquel que también la hizo a ella; además,<br />
se sirve de los otros animales racionales para formar la sociedad,<br />
y de los irracionales para ejercer su autoridad; incluso<br />
ordena la propia vida a ese fin para gozar de Dios, pues así ella<br />
es feliz. Ella usa también de sí misma. Que inaugura ciertamente<br />
la miseria por medio de la soberbia, si se ordena a sí misma y no<br />
a Dios. Usa también de algunos cuerpos para animarlos y hacer<br />
el bien —así usa, por ejemplo, de su propio cuerpo—, de otros<br />
para aceptarlos o desecharlos por la salud, bien para tolerarlos<br />
por la paciencia, bien para ordenarlos por la justicia, bien para<br />
investigarlos cuidadosamente por alguna enseñanza de la verdad.<br />
También usa de todo eso de lo que se abstiene por la templanza.<br />
Ella, pues, usa de todo, tanto de lo sensible como de lo<br />
no sensible, sin que haya una tercera categoría. Además juzga de<br />
todo lo que ella usa. Únicamente no juzga de Dios, porque juzga<br />
de todo según Dios. Tampoco usa de Dios, sino que goza de<br />
quam potest scire nisi sapiens. Quare abuti rectius, díci solent, qui non bene<br />
utuntur. Non enim [20] cuiquam prodest id quo male utitur; et quod non<br />
prodest, non utique utile est. Utile autem quidquid est, utendo est utile: ita<br />
nemo utitur nisi utili. Non ergo utitur, quisquis male utitur. Perfecta igitur<br />
hominis ratio, quae virtus vocatur, utitur primo se ipsa ad intellegendum<br />
Deum, ut eo fruatur a quo etiam facta est. Utitur autem ceteris ratíonalibus<br />
animantibus ad societatem, irrationalibus ad eminentiam. Vitam etiam suam<br />
ad id refert, ut fruatur Deo: ita enim beata est. Ergo et se ipsa utitur; quae<br />
profecto inchoat miseriam per superbiam, si ad se ipsam, non ad Deum<br />
referatur. Utitur etiam corporibus quibusdam vivificandis ad beneficentiam;<br />
sic enim utitur suo corpore: quibusdam assumendis vel respuendis ad valetudinem,<br />
quibusdam tolerandis ad patientiam, quibusdam ordinandis ad iustitiam,<br />
quibusdam considerandis ad aliquod veritatis documentum: utitur etiam<br />
iis a quibus se abstinet, ad temperantiam. Ita ómnibus et sensis et non sensis<br />
utitur; nec aliquid tertium est. Iudicat autem de ómnibus quibus utitur: de<br />
solo Deo non iudicat, quia secundum Deum de ceteris iudicat; nec eo utitur,<br />
94 Cf. CICERO, De fin. 5,38. Antecedentes de esta doctrina se encuentran ya en el<br />
estoicismo; pero Agustín supo precisar la relación medio-fin, cuyo descanso y gozo está<br />
en Dios.<br />
Cuestiones 30-31 95<br />
El. En efecto, Dios no debe ser ordenado a otra cosa alguna,<br />
porque todo lo que debe ser ordenado a otra cosa es inferior a<br />
aquello a lo que debe ser ordenado, y no hay cosa alguna superior<br />
a Dios, no por el espacio, sino por la excelencia de su<br />
naturaleza 95 . Luego todo lo que ha sido creado, para el uso del<br />
hombre ha sido creado. Porque la razón, que le ha sido dada al<br />
hombre, usa de todo por el juicio. Además, antes de la caída no<br />
usaba por tolerancia, ni usa después de la caída, sino una vez<br />
convertido ya en amigo de Dios, en cuanto es posible, y todavía<br />
antes de la muerte del cuerpo, porque es servidor de buen<br />
grado % .<br />
CUESTIÓN 31<br />
OPINIÓN DE CICERÓN SOBRE LA DIVISIÓN Y DEFINICIÓN<br />
DE LAS VIRTUDES DEL ALMA 97<br />
(Testimonios de esta cuestión: S. Auc, Retract. 1,26,31; S. Possm.,<br />
Indic. 10,12; S. Auc, Contra lulianum 4,3,19; cf. MARIUS VICTO-<br />
RINUS, Explanationes in Ciceronis rhetoricam, in Rhetores Latini<br />
Minores (1964) 2,52; CASSIODORUS, De anima 7.)<br />
Respuesta: 1. Definición de la virtud. La virtud es una<br />
disposición del alma conforme al modo de ser de la naturaleza<br />
sed fruitur. Ñeque enim ad aliquid aliud Deus referendus est. Quoniam omne<br />
quod ad aliud referendum est, inferius est quam id ad quod referendum est.<br />
Nec est aliquid Deo superius, non loco, sed excellentia suae naturae. Omnia<br />
ergo quae facta sunt, in usum hominis facta sunt, quia ómnibus utitur iudicando<br />
ratio, quae homini data est. Et ante lapsum quidem non utebatur<br />
tolerandis, nec post lapsum utitur uisi conversus, et quanquam ante mortem<br />
corporis, iam tamen quantum potest Dei amicus, quia libenter servus.<br />
XXXI<br />
SENTENTIA CICERONIS, QUEMADMO'DUM VTRTUTES ANIMI<br />
AB ILLO DIVISAE AC DEFINITAE SINT<br />
1. Virtus est animi habitus naturae modo atque rationi consentaneus.<br />
Quare ómnibus partibus eius cognitis, tota vis erit simplicis honestatis consi-<br />
* Cf. S. Auc, De lib. arb. 2,12 y 34; De vera relig. 31,57-58.<br />
San Agustín desarrolla la fórmula frui-uti, sobre todo, en De doctrina chr. 1,3,3;<br />
4,4; 22,21; De Civ. Dei 11,25; 19,10; De Trimtate 10,10,13; 11,17; Epist. 140,2,4; Enarrat.<br />
in Ps. 121,3; Sermo 177,8. Cf. F. CAYRÉ, Frui et utt, en L'Année tbéologique 10 (1949)<br />
50-53.<br />
Cf. CICERO, De inv. 2,53; 159-167. Definición ciceroniana de origen estoico. En<br />
las Retractaciones 1,26,2 dice San Agustín: «La (cuestión) treinta y uno tampoco es<br />
personalmente mía, sino de Cicerón; aunque, por haberla dado a conocer a los hermanos,<br />
éstos la inscribieron entre las obras mías, que iban coleccionando, deseando saber<br />
cómo Cicerón había dividido y definido las virtudes del alma».