VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

Diklic dijo que los periodistas recibían constantemente amenazas o palizas para impedirles
que informaran sobre transacciones comerciales o maniobras políticas dudosas, y se les decía
a las víctimas que la policía no intervendría.
El gobierno recurre también a presiones económicas: las publicaciones respaldadas por el
estado obtienen papel de imprenta por la mitad del precio pagado por los diarios
independientes, quienes tienen prohibida la importación de papel. Diklic añadió que, con
suerte, las reservas de papel existentes durarían hasta las elecciones.
Aunque tampoco es probable que cambie nada, puesto que Slobodan Milosevic y sus secuaces
tienen asegurada la reelección, pero “resultaría más fácil hacer elecciones fraudulentas si no
hubiera testigos,” dijo Diklic.
Las multas, los precios exorbitantes y las listas negras que se dan a los anunciantes vuelven
sumamente difícil la publicación de diarios independientes en Serbia. Según Diklic, resultaba
más accesible editar los periódicos en Montenegro y transportarlos a Serbia, pero si las
autoridades interceptan los camiones en la frontera, “simplemente arrojan afuera todos los
diarios independientes.”
Diklic dijo que estos últimos estaban preparando un “Plan B y un Plan C” para enfrentar la
crisis: el primero consiste en reducir el número de páginas e imprimir los diarios en prensas
privadas, mientras que el Plan C sería pasar a la clandestinidad.
“Algunos preguntarán si tenemos miedo. Si dijéramos que no tenemos miedo, seríamos
mentirosos o locos. Claro que tenemos miedo, pero no más que por el futuro de nuestro país,
y por la idea de que nuestros hijos no vayan a poder vivir en una sociedad normal, cosa
imposible con el régimen actual. En aras de esto, seguimos combatiendo, y lo haremos hasta
las últimas consecuencias.”
¿Qué se puede hacer? Diklic dijo que una manera de combatir es continuar escribiendo sobre
la situación en Serbia. “Aunque digan lo contrario, a las autoridades les consta la opinión
pública.” Otras formas de asistencia son: ayuda financiera para comprar papel, oportunidades
para que los periodistas yugoslavos publiquen en medios informativos en el exterior, y
disposiciones liberalizadoras que facilitaran la publicación de información procedente del
extranjero.
El director general de la WAN, Timothy Balding, señaló que ciertas organizaciones y
fundaciones internacionales estaban aportando millones de dólares a los medios
independientes en los Balcanes, pero que la asistencia “llegaba con mucho, pero mucho
retraso. Espero solamente que llegue a tiempo.”
El presidente entrante de la WAN, Roger Parkinson, preguntó si cabía la posibilidad de
ejecutar el Plan B (o elaborar un Plan D) a través de Internet para la distribución de reportajes
independientes, a lo cual Diklic replicó: “El problema no reside tanto en las grandes ciudades,
sino en las zonas rurales. Las ciudades están controladas por la oposición y la penetración del
Internet en las zonas rurales es muy reducida.”
Diklic agregó que los periodistas independientes estaban aún pagando el precio de la
intervención de la OTAN en los Balcanes. “Al fin de cuentas, fue una medida negativa,
porque le proporcionó a Milosevic una excusa más.” Según éste, la OTAN sigue librando una