VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

“Hace aproximadamente quince días, fueron amenazados todos los reporteros judiciales de mi
diario,” dijo Carlos Lleras de la Fuentes, editor del diario colombiano El Espectador, por lo
cual algunos de ellos tuvieron que ser trasladados al extranjero, mientras que otros iban en
vehículos blindados de la casa a oficinas fortificadas.
No obstante, declaró Lleras, “seguiremos adelante en nuestra luchando contra esta situación.”
Como parte de una contraofensiva, la SIP ha creado una unidad de respuesta rápida
compuesta por periodistas investigadores para indagar los crímenes más atroces en países
como México, Colombia, Argentina y Brasil. Tras más de una docena de encuestas, salió a la
luz información nueva que fue transmitida a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos para que se tomaran medidas, dijo Pedersen.
Para más información sobre el Proyecto Impunidad de la SIP, lanzado con el apoyo
financiero de la fundación Knight, se puede consultar el website: http://www.impunidad.org.
Paulo Cabral, presidente del Correio Brasiliense, citó varios casos que demostraban la
existencia de la “impunidad por crímenes cometidos contra la prensa en Brasil”, pero
mencionó también otras restricciones más sutiles: la vigencia de una legislación de prensa
aprobada en 1967 cuando el país estaba bajo régimen dictatorial, leyes de silencio para
disuadir la publicación de información sobre los juicios en curso, y una racha de procesos
persecutorios contra periodistas.
YUGOSLAVIA
Según Radimir Diklic, presidente de la Asociación Serbia de Medios Privados y director
general de la agencia de prensa Beta, los medios informativos independientes están en la mira
so pretexto de que apoyaron las acciones militares de la OTAN contra Belgrado.
“En los últimos meses, la situación se volvió realmente peligrosa,” dijo Diklic.
El régimen identificó a periodistas como blancos para asesinos, y pidió a compañías
independientes sumas exorbitantes. Las autoridades promulgaron una ley de información
draconiana que sometía a los periodistas a un sistema judicial administrativo de características
extraordinarias.
“Cualquiera puede hacernos juicio por, digamos, afectar sus sentimientos patrióticos, tras lo
cual nos vemos convocados ante los jueces y conminados a pagar multas elevadísimas en un
plazo de 24 horas,” explicó Diklic.
“Si no se paga dentro del plazo estipulado, el tribunal empieza a confiscar bienes, no sólo del
periódico, sino también posesiones personales del director y del jefe de redacción.”
El gobierno también gravó el uso de frecuencias de transmisión con impuestos altos, y
confiscó los bienes de estaciones de radio y de periódicos que eran percibidos como
amenazas. Un diario independiente, Blic, bajó sus ventas de 200.000 ejemplares a 30.000 en
un día cuando se le anuló un contrato de prensa.