VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

El periódico ha logrado mantener sus elevadas cifras de ventas – unos 800.000 ejemplares en
Turquía y 200.000 en la edición europea –, a la par de la elevación del nivel sociodemográfico
de los lectores. Pero Özbök añadió que no por tener éxito el Hürriyet se vuelve más fácil la
tarea.
“Cada día tengo que procesar los miles de datos procedentes de todo el mundo, de nuestros
corresponsales en Washington, París, Bruselas, Moscú, Londres, Atenas, Alemania...de los
cientos de corresponsales en las ciudades más pequeñas de Turquía, de todas las agencias de
prensa, y fabricar con esos datos un periódico que satisfaga las necesidades y deseos
contradictorios de nuestros clientes,” dijo. “Puedo asegurarles que no es nada sencillo.”
También tiene que soportar las críticas de europeos que afirman que no hay suficiente libertad
de expresión en Turquía.
“No creo que esta gente haya leído el Hürriyet una sola vez en sus vidas. Si lo hicieran, se
encontrarían con más libertad de pensamiento de lo que podrían jamás pretender.”
Además de estas preocupaciones, Özbök, en su calidad de vicepresidente del comité directivo
del periódico, tiene que estar atento a la rentabilidad de la compañía. “No tengo la pretensión
de lograr establecer una separación estricta entre lo que podría llamarse la iglesia y el estado –
o sea, entre la parte editorial y la parte gerencial.”
De hecho, Özbök sostuvo que no sería sano que el departamento editorial estuviera “fuera de
juego” cuando se trata de tomar decisiones administrativas. Es por ello que ha incorporado en
su número de malabarismo esta dimensión suplementaria.
“Soy yo el único responsable de las finanzas en la jerarquía redaccional,” dijo. “Y quisiera
recalcar que los redactores no saben nada de la gestión de un periódico, porque
constantemente piden más dinero.”