VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

Robert Phillis:
El contenido como elemento esencial
A lo largo del último siglo, los periódicos han tenido que replantearse a menudo sus
estrategias frente a las sucesivas oleadas de nuevos medios que fueron ingresando en el
mercado de la información: la radio, la televisión, y ahora el Internet. ¿Pero hace falta recrear
el diario mismo? Según Robert Phillis, director general del grupo británico Guardian Media,
el término “recrear” puede llegar a ser excesivo.
De hecho, es sabido que los cambios tecnológicos suelen significar tanto el surgimiento de
una nueva era de oportunidades como una amenaza a las empresas ya establecidas.
“La llegada de nueva competencia constituye un catalizador para los cambios, que de
amenaza puede pasar a ser, si se enfrenta debidamente, un ímpetu innovador que nos obliga a
replantearnos las cosas, desde el aspecto físico del diario, la imagen de nuestra marca y el
contenido que ofrecemos, hasta nuestra manera de operar como empresas e incluso la
definición de la empresa misma.
“Pero se me ocurre que un factor clave en medio de la fiebre actual que recorre la industria es
saber lo que no hay que cambiar.”
El contenido y el concepto de una marca fiable que emana de la calidad del contenido y del
servicio son atributos básicos de una compañía de medios informativos y deben formar parte
de todas las operaciones, tanto nuevas como ya existentes.
“Opino que, más que cualquier otra cosa, debemos reevaluar estos atributos y valores
centrales y maximizarlos cuando ingresamos en los nuevos mercados que se están abriendo,”
dijo Phillis, dirigiéndose a los ejecutivos reunidos en Río.
Para ilustrar esto, Phillis pasó revista a los puntos culminantes en la historia del grupo, cuyo
origen se remonta a la creación del Guardian en 1821. Este periódico, junto con el Observer,
el título dominical más antiguo en Inglaterra, forman la columna vertebral del Guardian
Media Group, una organización con intereses en la prensa en todos los niveles, como también
en las revistas, la radio, la televisión y el Internet. No son los accionistas ni un dueño único
los propietarios del grupo, sino el Scott Trust, una institución creada para salvaguardar a
perpetuidad la independencia editorial y financiera del Guardian.
Phillis recordó que en 1920, la emergencia de la radio suscitó el mismo tipo de inquietudes
que el Internet actualmente.
“La amenaza de la radio pareció en aquel momento tan inmensa que se exigió a la BBC usar
como fuentes informativas exclusivamente las agencias de prensa establecidas, con
restricciones para crear su propio servicio de acopio. Para evitar la competencia con los
periódicos, no podía difundir información después de las siete de la tarde, y se le impuso la
prohibición de transmitir actualidades en directo.”
Los periódicos terminaron por sobreponerse a su paranoia con respecto a la radio, pero se
repitió la misma historia cuando apareció la televisión.