VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

Independent ha ingresado en el mercado tradicional de telecomunicaciones con tarjetas
telefónicas pagadas por adelantado, bajo la marca Switchcom. Pero es la banda ancha la
tecnología clave del futuro, declaró O’Reilly. A través de su operación por cable, Irish
MultiChannel, el grupo está creando una red de banda ancha de 400 millones de dólares, con
lo cual podría duplicarse el número de 250.000 abonados.
“La banda ancha potenciará la utilización del Internet, su aceptación pública y su
interactividad práctica,” pronosticó O’Reilly. “Desde la perspectiva de un editor, esto permite
garantizar una plataforma digital fiable y omnipresente para nuestro contenido.”
La banda ancha provocará un alejamiento del texto en línea a favor de la “teledifusión
virtual”, lo cual conllevará una mayor fragmentación de los medios – aunque afectará más la
televisión que la prensa, según O’Reilly.
“El soporte impreso sigue teniendo carácter mucho más ameno, como puede comprobarse
frente a una pantalla relativamente poco confortable,” dijo. “Para los diarios, puede decirse
que el Internet es globalmente neutro en cuanto a su impacto en el consumo. La palabra
impresa coexistirá tranquilamente con el Net, tal como lo hace hoy día con la televisión. En
muchos sentidos, el periódico se ha convertido, para usar la jerga del Web, en el “buscador
por excelencia”.
O’Reilly no comparte mucho la opinión pesimista de que la publicidad está floreciendo en
Internet a costas de la prensa. Más bien se constata que la publicidad en los periódicos en el
último año está en auge gracias al Internet, con muchas nuevas compañías virtuales dándose a
conocer a través de las páginas del diario.
Los reveses sufridos por las compañías punto.com a mediados del 2000 demostraron que la
“transferencia no calculada de fondos y capitales desde la llamada “vieja” economía a la
“nueva” se había acabado.” También pusieron de relieve las ventajas de la industria
periodística: un fuerte impacto en mercados y consumidores locales, y una base sólida de
creadores de contenido experimentados.
“Por más que vivamos en una aldea mundial, los aldeanos quieren saber qué pasa en su propio
pueblo,” dijo O’Reilly. “Y si se necesitan más pruebas, basta con trata de vender el L.A.
Times en Edimburgo o el Irish Independent en Ciudad del Cabo.”
Según O’Reilly, seguía sin saberse si los clasificados en línea ofrecían o no mejor valor que la
publicación impresa, pero al margen de esto, los periódicos aún pueden dominar, incluso en
línea.
“La eficacia de los clasificados radica en su carácter local,” dijo. “Y el soporte impreso resulta
atractivo porque sigue siendo la manera más amena y menos costosa de acceder a información
local. Nada ha cambiado en el ciberespacio: los anunciantes siguen buscando factores
demográficos y alcance garantizados, y están dispuestos a pagar por ellos. Los editores tienen
aún tiempo para controlar cualquier tipo de migración futura antes de que la banda ancha se
vuelva omnipresente.” Con estudiar los eventos del año pasado, se constata que “la balanza se
ha inclinado nuevamente a favor de los editores.”