VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

“Solemos subestimar el valor del nombre de marca que ya poseemos, el valor del contenido
editorial, y, probablemente más que nada, el valor de la fuerza de ventas.”
El mundo digital privilegia la personalización, un enfoque que coloca al cliente en el centro,
las plataformas de medios múltiples y la comunicación “en todo lugar y momento”, todo lo
cual crea una “comunidad de opciones” en torno al medio preferido, dijo McGrath.
“Creo que uno tiene el pleno derecho y el gran privilegio de poder pertenecer a la comunidad
que uno quiera,” dijo. “De hecho, ustedes tienen muchas más ventajas en este sentido que
cualquier otro medio.”
Ningún otro tipo de compañía de medios puede igualar el conocimiento que tiene el editor
periodístico de los comportamientos de consumo de una comunidad y de sus habitantes, dijo
McGrath. Con la amplia variedad de rúbricas que ofrecen – desde cultura y entretenimientos
hasta negocios y finanzas –, los periódicos tienen “vínculos con todos los más grandes
sectores industriales.”
“Imaginen lo que haría falta para que la industria de las telecomunicaciones lograra lo
mismo.”
Pero la responsabilidad de los medios informativos no va a ser dejada a los periódicos sin
más. Para empezar, los departamentos de publicidad, mercadeo, contenido editorial, diseño y
tecnología de la información tienen que constituir un equipo común.
Más aún, los editores tienen que encontrar maneras de adaptar un volumen integrado de
contenido a múltiples plataformas de distribución. “La sala de redacción multimedia está en el
centro del proceso,” dijo McGrath.
Cuando se trata de medios múltiples, los diferentes formatos – teledifusión, cable, prensa
impresa y en línea – deben trabajar juntos. Aún en el mercado en línea, el mismo contenido
puede tener que adaptarse para su distribución por e-mail, en un website y por WAP.
Según McGrath, los editores tenían también que mostrarse emprendedores en cuanto a las
alianzas con otras compañías para extender sus actividades.
La retribución final puede llegar a ser enorme, particularmente dado que los costos de
distribución para medios electrónicos son inexistentes. Volviendo al ejemplo de los cajeros
automáticos, McGrath dijo que cada transacción realizada por un empleado le costaba al
banco alrededor de 1 dólar, mientras que con el cajero automático, el costo era de 10
centavos, y de 1 centavo para una operación bancaria en línea.
Se tiende actualmente no sólo a una disminución en los costos de transacción, sino también a
una desaparición de las fronteras entre las industrias,” prosiguió McGrath. Los periódicos
podrán fácilmente encontrarse realizando domiciliaciones en el Web, reciclaje de la
información, subastas, intercambios de mercado, y numerosas actividades nuevas.
“Esto se puede percibir como una terrible amenaza o como una oportunidad inigualable. Lo
que sí puede fallar es la imaginación.”
McGrath hizo algunas sugerencias más: