VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

Mario R. Garcia:
Reestructuración del Wall Street Journal Europe
Se puede ver en ciertas películas clásicas como “Con faldas y a lo loco” (“Some Like It Hot”)
o “La Dolce Vita” la imagen del Wall Street Journal en los años 50, pero bien podrían haber
sido los 90, declaró el consultor periodístico Mario Garcia. “Era difícil actualizar el Wall
Street Journal, porque ya entonces era lo que tenía que ser: el paradigma de un periódico.”
La edición norteamericana del Journal es toda una institución, pero en Europa, tuvo que
vérselas ante la dura competencia del Financial Times. Los europeos quieren que los
cotidianos contengan fotos en color. El periódico tenía por otra parte interés en atraer a
lectores nuevos y jóvenes. En una palabra, había presiones desde distintos sectores y se
imponía una actualización del viejo diseño.
Fiel a la tradición
Según Garcia, el respeto de la “cultura” de un periódico es un elemento clave del proceso. “El
diseño se basa en la conservación de una imagen de valor intrínseco que representa un lugar,
un momento o un grupo de personalidades. Los periódicos en particular están profundamente
arraigados en una cultura, y más aún el Wall Street Journal, que posee una idiosincrasia fuerte
y diferenciada y un prestigio de institución de carácter casi visual.”
Para mantenerse fiel a esa tradición, Garcia examinó algunos ejemplares que se remontaban a
los años 30. “Resultaba claro que había que mantener ciertos elementos visuales,” recordó
Garcia. Fue en esta etapa de investigación cuando se percató que el diario utilizaba en ese
entonces el carácter tipográfico Scotch Roman, actualmente en desuso. Reconstituyó el
alfabeto entero para la edición europea del Journal, que empleaba los caracteres tipográficos
de manera bastante anárquica. Se utilizaban nada menos que 65 tipos diferentes, que siguen
empleándose en los Estados Unidos; Garcia los redujo a tres. El nuevo tipo no existía en
bastardilla, pero Garcia creó una versión en negrita para los comunicados breves en primera
plana.
Garcia también “resucitó” una serie de iconos pasados del periódico: unas pequeñas
campanas, rombos y líneas finas que hacían las veces de sintaxis visual, ya sea como
elementos de transición, de separación o de énfasis. Los rombos de la edición de los 30
aparecen ahora en color, y las campanas sirven para atraer la atención e invitar a leer
específicamente una nota.
“Cada rombo, línea, detalle visual y utilización de caracteres tipográficos tiene a la vez algún
vínculo con el pasado y con el presente,” explicó Garcia. “Desde el punto de vista tipográfico,
seleccioné el tipo de imprenta que los lectores del Journal han internalizado como impronta
característica del diario, adaptando el diseño a la tecnología moderna.”
El periódico abandonó su empleo exclusivo del blanco y negro y adoptó unos tonos de color
sutiles. El logotipo de la primera página, por ejemplo, quedó igual, pero de color azul. Debajo
hay una franja de color champán y el tercer color es verde claro.
El equipo a cargo de la nueva compaginación decidió incluir también fotos, aunque no en
primera página. “Pensamos que no era buena idea colocar fotos en primera plana para no