VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

El sistema DIXEL demostró realmente su eficacia durante la Guerra del Golfo. Gracias a un
generador y a una antena de satélite, el transmisor podía enviar fotos en color a los diferentes
clientes. “La AFP, que durante todo el conflicto no tuvo acceso a las fuentes del Pentágono,
envió fotógrafos que lograron llegar a la ciudad de Kuwait 24 horas antes que los de la
competencia,” señaló Fernández.
En 1992, Reuters tomó la delantera en materia tecnológica al invertir no en sistemas
patentados como el DIXEL de la AFP o el Leafax de la AP, sino en una combinación de
computadoras portátiles y escáneres Kodak y Nikon.
El siguiente salto tecnológico fue el uso de cámaras digitales. La AFP las utilizó por vez
primera en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996. También por esa época hicieron su
aparición los servidores de imágenes, dijo Fernández. El sistema Symphonia de la AFP
permitió a la agencia almacenar fotos digitalmente. “Todas las fotos se empezaron a procesar,
indexar y almacenar permanentemente sin riesgo de pérdida.” Esto significa que la AFP
puede actualmente vender fotos de archivo a través del servidor fotográfico.
Actualmente, es la capacidad de “tubería” la que determina cómo los clientes reciben las
fotos. En Europa, la capacidad es de alrededor de 160 Kbs, en Asia de 38,4 Kbs, en África de
19,2 Kbs y en Norteamérica de 38,4 Kbs.
En una palabra, el mercado se ha transformado íntegramente en 15 años. Las agencias de
fotos como Sygma ya no controlan el mercado de revistas desde que éstas envían más a su
propio personal sobre el terreno. Estas agencias han adoptado las técnicas de transmisión de
fotos empleadas por las organizaciones informativas.
Las agencias de fotos se están convirtiendo en compañías en línea capaces de vender material
de archivo que antes se tiraba a diversos clientes, incluso los del sistema de satélite y los de
las agencias.
Tendencias en materia fotográfica
Gracias a estas innovaciones técnicas, se ha vuelto cada vez más sencillo falsificar o
modificar las fotos, dijo Fernández. “Esto ha suscitado polémicas de contenido contra imagen,
porque se puede fácilmente suprimir una parte de una foto para dejar espacio para un titular, o
realzar los colores, prácticas que se están volviendo más y más comunes.”
Por otra parte, hay fotos “planeadas”. Se le pide al sujeto que adopte cierta pose, o ponga cara
de triste, desesperado, etcétera. “Aunque esto es común en la publicidad, está ocurriendo
también en el periodismo,” observó Fernández. “Puede transformarse fácilmente en
manipulación si la leyenda no explica la situación.” Otro instrumento de manipulación es el
recorte. Una foto recortada puede adquirir un significado completamente diferente del que
tiene la imagen íntegra.
Las restricciones legales están en aumento en muchos países y están ejerciendo un impacto en
la profesión del fotoperiodismo. El público reclama cada vez más su derecho a la privacidad.
Las agencias informativas tales como la AFP siguen haciendo reportajes sobre
acontecimientos públicos como las manifestaciones, dijo Fernández, “pero algunos
manifestantes vienen después a pedir que no aparezca su cara en ninguna foto.”