VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

Contenidos en Internet: ¿quién es responsable?
A principios de los años 90, cuando se comenzó a explotar comercialmente el Internet en los
Estados Unidos, uno de los problemas más importantes en el plano legal para los
administradores de Websites era el grado de responsabilidad de lo que aparecía publicado en
el sitio. No había en ese entonces ninguna legislación que determinara esto claramente, pero
cuanto más control editorial ejercieran los administradores sobre el contenido de los sitios,
más susceptibles eran de ser considerados como “editores” y responsables por ende de
cualquier material potencialmente difamatorio.
“El Congreso temía estorbar el desarrollo comercial del Internet si se trataba a los creadores
de Websites como editores tradicionales, por lo que, en 1996, se otorgó la inmunidad a los
proveedores de servicios en línea,” explicó Burke. “Esto significa que un proveedor de
servicios en Internet o un administrador de un Website interactivo es responsable sólo del
contenido creado por él mismo, pero no del que crean otros.”
El alcance de esta inmunidad decretada por la legislación resultó muy amplio. Un caso
conocido fue el de un reportero de crónicas sociales radicado en Hollywood, Matt Drudge,
cuyo Website contiene supuestamente un 80% de información autentificada. En uno de sus
reportajes, Drudge acusó a Sydney Blumenthal, consejero de la Casa Blanca, de maltratar a su
esposa. La nota apareció en Drudgereport.com, pero hubo millones de personas que la leyeron
también en America Online, que paga a Drudge por el suministro de este tipo de crónicas.
AOL no sólo le paga a Drudge por esta información, sino que tiene derecho contractual de
cambiar y adaptar las columnas a voluntad. “Sin embargo, cuando el Sr. Blumenthal entabló
juicio contra Drudge y America Online, el tribunal declaró a este último inocente,” dijo
Burke.
La legislación en Gran Bretaña está actualmente en el extremo opuesto. “El caso de Godfrey
contra Demon Internet Ltd. ha puesto en guardia a los proveedores ingleses de servicios en
línea, quienes pueden ser considerados responsables como editores por declaraciones
difamatorias hechas por terceros,” advirtió Burke. El físico Lawrence Godfrey hizo una
demanda contra Demon Internet, una compañía británica, porque no retiró del sitio
información de carácter presuntamente difamatorio sobre su vida privada. La Corte Suprema
se pronunció a favor de Godfrey en marzo del año pasado, decretando que Demon actuaba en
calidad de editor – y no de simple distribuidor – y que era responsable como tal del contenido
del sitio. “El caso fue resuelto hace poco, pero plantea implicaciones importantes para la
publicación futura de contenidos en Internet,” sostuvo Burke.
Pero los problemas de calumnia no son los únicos. Un tribunal francés dictaminó
recientemente que Yahoo había infringido la ley francesa y “ofendido la memoria colectiva
del país” al realizar una subasta en línea de artículos del régimen nazi. En cada país hay temas
sensibles que la ley no tolera que se toquen. “Las restricciones geográficas de contenido
constituyen obstáculos importantes que habrá que tener en cuenta para que el Internet pueda
funcionar realmente a nivel mundial,” dijo Burke.
Estas restricciones propias de cada país llevó a que uno de los mayores proveedores
americanos de servicios en línea invirtiera millones de dólares en una nueva tecnología que
les permite aplicar limitaciones geográficas a los contenidos. “Obviamente si esto se
generaliza, el Internet ya no podrá funcionar como medio de comunicación mundial,” dijo
Burke.