VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...

narcotraficantes quieren que la guerra continúe; las aguas turbias les convienen, y por otro
lado evitan así ser el único enemigo del gobierno.”
La compleja ecuación del poder ha convertido a Colombia en un país en el que la verdad y la
paz no tienen cabida.
“Mientras haya guerra en Colombia, los negocios prosperan, y el proceso de paz se
transforma en enemigo formal de la situación imperante, gracias a la cual los narcotraficantes
colombianos pueden ahora producir, refinar y distribuir la cocaína y la heroína con los
bolivianos y peruanos.”
Santos prosiguió diciendo que quienes reclamaban la verdad eran el “enemigo común” de la
derecha y de la izquierda “porque la eficacia de esta estrategia perversa depende en última
instancia del encubrimiento y la creación de un estado de confusión e inestabilidad.”
Los paramilitares de la derecha quieren que el reine terror porque “si hay algo mejor que el
narcotráfico, es el negocio de la guerra,” dijo Santos. Y los rebeldes de izquierda tienen a los
periodistas en la mira por diversas razones: porque piensan que pueden pagar el rescate que
exigen, o porque imaginan que los periodistas se oponen a sus fines revolucionarios.
La Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia ha brindado su asistencia con la
instalación de un sistema de alerta para prevenir a los periodistas en caso de peligro, la
organización de cursillos de protección personal, y la distribución de folletos que explican
cómo evitar los riesgos. Pero según Santos, esta fundación nacional es demasiado frágil y
vulnerable, y el propio director se vio obligado recientemente a huir a causa de amenazas
contra su persona.
Santos dijo que los periodistas colombianos necesitaban urgentemente la ayuda de
organizaciones externas tales como la Sociedad Interamericana de Prensa, la Newspaper
Association of America y la Asociación Mundial de Periódicos. Pero no basta un simple
apoyo moral, añadió.
“Las cartas que reclaman investigaciones rigurosas o protección de poco sirven en realidad en
un país donde las instituciones están tan debilitadas como en Colombia.”
Lo que sí sería útil es la creación de un grupo permanente de vigilancia por parte de
organizaciones periodísticas internacionales, con el fin de informar sobre los atentados a la
libertad de prensa en el país. Un grupo de esta índole serviría para dos fines a la vez:
demostraría a los infractores que sus acciones tienen repercusión internacional, y potenciaría
el poder investigador de la prensa internacional para plantear la pregunta: ¿quiénes están
detrás de este reino del terror, y por qué?
“Tenemos que descubrir las verdaderas motivaciones de aquéllos que amenazan y asesinan a
los periodistas,” dijo Santos.
El grupo de vigilancia podría también ayudar a periodistas amenazados a salir del país si fuera
necesario, y a seguir trabajando en el exilio.
Santos afirmó que los periodistas colombianos estaban frente a una crisis tan grave como la de
los Balcanes, Timor del Este o Ruanda.