VOLVER A INVENTAR LA COMPAÑIA PERIODÍSTICA ...
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Paula Fray:<br />
Prensa y violencia en Sudáfrica tras el apartheid<br />
Paula Fray vive en la ciudad que los sudafricanos consideran la capital del delito:<br />
Johannesburgo. Afirma que si su periódico, el Saturday Star, se rigiera por el adagio “donde<br />
hay sangre, hay lectores”, no habría problema en tomar decisiones editoriales. Pero el<br />
Saturday Star ha decidido adoptar otra política editorial frente a la información policial.<br />
Porque si un periódico quiere realmente brindar a sus lectores algo con valor añadido, es<br />
necesario comprender, según Fray, que la presentación de esta información de manera<br />
interesante es más difícil de lo que ese adagio podría hacer suponer.<br />
La herencia del apartheid<br />
Hasta el fin del apartheid en 1994, la cobertura de la violencia difería considerablemente entre<br />
los distritos blancos y negros. El enfoque político no era el mismo, y diferían por lo tanto las<br />
vías de acceso a la información disponible. “Hasta cierto punto, mucho de esto sigue vigente<br />
hoy día,” observó Fray.<br />
Los datos parecerían demostrar que los índices de criminalidad en los distritos negros han<br />
sido elevados desde hace años, pero que la población blanca no estuvo al tanto de los hechos<br />
durante el apartheid. Pero en Sudáfrica actual, tras la supresión del apartheid, la criminalidad<br />
se ha vuelto un problema político candente para todos los sectores. También ha cambiado el<br />
carácter de la violencia. “Solía ser político,” explicó Fray, “pero se ha vuelto criminal.” Son<br />
escasas las zonas urbanas donde no prolifera el delito, y el riesgo de ser víctima es alto en la<br />
mayoría de las grandes ciudades.<br />
Los estudios realizados por el South African Institute for Security Studies comprueban que los<br />
extremos de desigualdad y las largas décadas de conflicto político han originado en la<br />
sociedad una proclividad a la violencia. El efecto desestabilizador del apartheid estaría al<br />
origen de los altos niveles de violencia doméstica.<br />
¿Cómo informar sobre la violencia?<br />
Según Fray, el primer problema es la simple frecuencia de incidentes criminales,<br />
particularmente de carácter violento, cuyo número excede de lejos la capacidad de un<br />
periódico de reseñarlos en su totalidad. “Esto significa que en primera instancia la prensa debe<br />
hacer una selección cotidiana de qué noticias cubrir o no,” dijo Fray.<br />
A fin de seleccionar según criterios más sólidos, el Saturday Star lanzó una encuesta entre los<br />
lectores similar a la que llevó a cabo O Globo en Brasil, con el objetivo de afinar el proceso<br />
de selección y no de suprimir el juicio de los redactores. “Lo que queríamos en una palabra,”<br />
explicó Fray, “era ampliar nuestra percepción de las reacciones de los lectores formulando<br />
una serie de preguntas a un grupo representativo de éstos.” En la encuesta, se examinó la<br />
reacción ante determinados titulares, notas y fotos.<br />
Se encontraron con que, contrariamente a la creencia popular, las noticias policiales no hacen<br />
vender más. Los lectores se sentían abatidos ante la masa deprimente de delitos. “Esto no<br />
significa que quieran estar al abrigo de esta realidad,” dijo Fray. “Pero quieren saber cómo los<br />
crímenes afectan la vida de la gente, qué soluciones existen, y qué medidas concretas se<br />
toman.” Una nota donde se anunciaba la elaboración de un plan policial de lucha contra el