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Nizar Nayouf: Pluma de Oro de la Libertad 2000
“Ayúdenme antes que sea tarde”
¿Cómo no prestar oídos a semejante mensaje, lanzado por un periodista que está literalmente
enterrado vivo en una prisión militar siria?
Fue solamente gracias a la ayuda de otros prisioneros simpatizantes en la cárcel de al-Mazzah
en Damasco que estas palabras de Nizar Nayouf, laureado de la Pluma de Oro de la Libertad
en el año 2000, pudieron salir clandestinamente de la cárcel.
La Pluma de Oro, que la Asociación Mundial de Periódicos viene otorgando anualmente
desde 1961, es un tributo a la acción destacada de un individuo, un grupo o una institución a
favor de la causa de la libertad de prensa. Como ya ha pasado con muchos otros laureados, su
encarcelamiento le impidió a Nayouf recibir personalmente el premio.
La periodista brasileña Ruth de Aquino, presidenta del Foro Mundial de Directores, declaró
que las autoridades sirias presionaron a Nayouf para que firmara un documento en el que se
negaba a aceptar la Pluma de Oro y otros premios de índole similar.
“Le prometieron la libertad a cambio de su firma, pero su negativa fue categórica,” dijo de
Aquino en su homenaje a Nayouf.
El hermano de Nayouf, Salah, debía viajar a Río para recibir el premio en representación del
periodista encarcelado, pero de Aquino informó que “fue arrestado y detenido durante tres
días la semana pasada, el tiempo necesario para impedirle viajar.”
¿Pero qué hizo este hombre para suscitar semejante encono de parte de los tiranos?
“Forma parte de ese grupo excepcional de hombres y mujeres capaces de anteponer sus
valores y principios a cualquier otra cosa, incluyendo su propia vida,” prosiguió de Aquino.
En el mensaje que dirigió al Congreso, Nayouf recordó que fue arrestado por vez primera a la
edad de veinte años a causa de su poesía.
“Las fuerzas de seguridad me quebraron un dedo de la mano derecha para que no pudiera
sostener una lapicera y escribir mis poemas,” dijo Nayouf. “En aquel entonces, yo era el
prisionero político más joven en la historia de Siria.”
Ese récord duró hasta 1991, cuando su hija, aún niña, fue secuestrada como rehén para
obligarlo a entregarse a las autoridades.
Nayouf, director de Sawt al-Democratiyya (“La Voz de la Democracia”), recibió en 1992 una
condena de 10 años de trabajos forzados por divulgación de información falsa y afiliación a
una organización clandestina, el Comité de Defensa de la Libertad Democrática.
En su mensaje, Nayouf recalcó que se había pasado una tercera parte de su vida entre rejas.
Describió la prisión de al-Mazzah como “un cementerio de seres vivos...uno de los sitios más
infernales, brutales y recónditos del mundo.”