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11.06.2013 Views

Vitalismo La vida como voluntad de poder El Vitalismo, es una corriente filosófica que surge en el último tercio del siglo XIX y principios del XX, como producto de los cambios sociales, políticos y económicos que se producían en Europa. La característica principal de esta corriente es la exaltación de la vida en general, más allá de su determinación biológica; en este sentido, los vitalistas acentúan la indeterminación de los procesos vitales. Principios y postulados del Vitalismo Para poder hablar de los postulados del vitalismo, es necesario hablar en relación a la consideración biológica de la vida como organismo y que no es posible su reducción a una consideración solamente inorgánica. “Por oposición a la noción cartesiana de los animales como mecanismos complejos, los vitalistas insisten en la autonomía de los procesos vitales. Para Driesch 1 (1867-1941) existe en un ser vivo un factor eficaz y totalizante al que llama entelequia, que no es un tipo de energía ni de fuerza, ni está en el espacio o el tiempo, aunque actúa teleológicamente en el espacio y el tiempo. Driesch supone que, como el efecto no puede ser superior a la causa, la vida es una totalidad superior a la suma de sus partes que no se rige por la causalidad mecánica de la materia. En consecuencia, existe una entelequia o alma, responsable de una causalidad global y totalizadora. Todas las almas se conexionan entre sí en la esfera de lo «absoluto»… El vitalismo es una corriente filosófica paralela al historicismo y con el que tiene grandes afinidades. Mientras que Driesch limitaba sus teorías vitalistas al caso de los organismos vivos, los vitalistas no dudan en ampliar sus pretensiones a la materia, la cultura, la realidad. Con un apoyo vagamente científico, los vitalistas descalifican la razón como algo paralizante y mortal, y en alas de la intuición mística se lanzan a bellas especulaciones en busca de la verdadera realidad. Pero la destrucción de la lógica y el divorcio de la ciencia se paga con la recaída en la metafísica (Bergson) o con la pérdida literal de la razón en todos los sentidos de la palabra (Nietzsche).” 2 “En fin, los vitalistas amparan los siguientes principios: PRINCIPIO GENERAL La vida como realidad radical. PRINCIPIO ONTOLÓGICO La vida es lo sustancial del hombre. PRINCIPIO GNOSEOLÓGICO Conocer la realidad reemplazando el razonamiento con la experiencia, la intuición que disfruta con lo que quiere conocer. Por tanto, más que razonar sobre las realidades hay que tener experiencias vitales de ellas o con ellas. PRINCIPIO AXIOLÓGICO Sólo la vida jerarquiza los valores, determinando qué es lo bueno y malo.” 3 1 Se refiere al biólogo Hans Driesch. 2 HIDALGO TUÑON, Alberto; IGLESIAS FUEYO, Carlos; SÁNCHEZ ORTÍZ DE URBINA, Ricardo. Historia de la Filosofía. Ed. Anaya. s/l. s/a. Pág. 445. 3 CESTARI, Filippo. Filosofía 3. Ed. La Hoguera, Santa Cruz-Bolivia 2005. Pág. 117. 1

<strong>Vitalismo</strong><br />

<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>como</strong> <strong>voluntad</strong> <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

<strong>El</strong> <strong>Vitalismo</strong>, es una corriente filosófica que surge en el último tercio <strong>de</strong>l siglo XIX y principios<br />

<strong>de</strong>l XX, <strong>como</strong> producto <strong>de</strong> los cambios sociales, políticos y económicos que se producían en<br />

Europa. <strong>La</strong> característica principal <strong>de</strong> esta corriente es la exaltación <strong>de</strong> la <strong>vida</strong> en general, más<br />

allá <strong>de</strong> su <strong>de</strong>terminación biológica; en este sentido, los vitalistas acentúan la in<strong>de</strong>terminación<br />

<strong>de</strong> los procesos vitales.<br />

Principios y postulados <strong>de</strong>l <strong>Vitalismo</strong><br />

Para po<strong>de</strong>r hablar <strong>de</strong> los postulados <strong>de</strong>l vitalismo, es necesario hablar en relación a la<br />

consi<strong>de</strong>ración biológica <strong>de</strong> la <strong>vida</strong> <strong>como</strong> organismo y que no es posible su reducción a una<br />

consi<strong>de</strong>ración solamente inorgánica.<br />

“Por oposición a la noción cartesiana <strong>de</strong> los animales <strong>como</strong> mecanismos complejos, los<br />

vitalistas insisten en la autonomía <strong>de</strong> los procesos vitales.<br />

Para Driesch 1 (1867-1941) existe en un ser vivo un factor eficaz y totalizante al que llama<br />

entelequia, que no es un tipo <strong>de</strong> energía ni <strong>de</strong> fuerza, ni está en el espacio o el tiempo, aunque<br />

actúa teleológicamente en el espacio y el tiempo.<br />

Driesch supone que, <strong>como</strong> el efecto no pue<strong>de</strong> ser superior a la causa, la <strong>vida</strong> es una totalidad<br />

superior a la suma <strong>de</strong> sus partes que no se rige por la causalidad mecánica <strong>de</strong> la materia. En<br />

consecuencia, existe una entelequia o alma, responsable <strong>de</strong> una causalidad global y<br />

totalizadora. Todas las almas se conexionan entre sí en la esfera <strong>de</strong> lo «absoluto»…<br />

<strong>El</strong> vitalismo es una corriente filosófica paralela al historicismo y con el que tiene gran<strong>de</strong>s<br />

afinida<strong>de</strong>s. Mientras que Driesch limitaba sus teorías vitalistas al caso <strong>de</strong> los organismos vivos,<br />

los vitalistas no dudan en ampliar sus pretensiones a la materia, la cultura, la realidad. Con un<br />

apoyo vagamente científico, los vitalistas <strong>de</strong>scalifican la razón <strong>como</strong> algo paralizante y mortal, y<br />

en alas <strong>de</strong> la intuición mística se lanzan a bellas especulaciones en busca <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra<br />

realidad. Pero la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la lógica y el divorcio <strong>de</strong> la ciencia se paga con la recaída en la<br />

metafísica (Bergson) o con la pérdida literal <strong>de</strong> la razón en todos los sentidos <strong>de</strong> la palabra<br />

(Nietzsche).” 2<br />

“En fin, los vitalistas amparan los siguientes principios:<br />

PRINCIPIO GENERAL<br />

<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>como</strong> realidad radical.<br />

PRINCIPIO ONTOLÓGICO<br />

<strong>La</strong> <strong>vida</strong> es lo sustancial <strong>de</strong>l hombre.<br />

PRINCIPIO GNOSEOLÓGICO<br />

Conocer la realidad reemplazando el razonamiento con la experiencia, la intuición que disfruta<br />

con lo que quiere conocer. Por tanto, más que razonar sobre las realida<strong>de</strong>s hay que tener<br />

experiencias vitales <strong>de</strong> ellas o con ellas.<br />

PRINCIPIO AXIOLÓGICO<br />

Sólo la <strong>vida</strong> jerarquiza los valores, <strong>de</strong>terminando qué es lo bueno y malo.” 3<br />

1<br />

Se refiere al biólogo Hans Driesch.<br />

2<br />

HIDALGO TUÑON, Alberto; IGLESIAS FUEYO, Carlos; SÁNCHEZ ORTÍZ DE URBINA, Ricardo. Historia <strong>de</strong> la<br />

Filosofía. Ed. Anaya. s/l. s/a. Pág. 445.<br />

3<br />

CESTARI, Filippo. Filosofía 3. Ed. <strong>La</strong> Hoguera, Santa Cruz-Bolivia 2005. Pág. 117.<br />

1


Fe<strong>de</strong>rico Nietzche<br />

<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>como</strong> <strong>voluntad</strong> <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

<strong>El</strong> representante más importante <strong>de</strong> esta corriente fue Fe<strong>de</strong>rico Nietzsche, quien es<br />

consi<strong>de</strong>rado también partidario <strong>de</strong>l movimiento irracionalista, uno <strong>de</strong> los iniciadores <strong>de</strong>l<br />

existencialismo, consi<strong>de</strong>rado también <strong>como</strong> nihilista o, finalmente, consi<strong>de</strong>rado un visionario<br />

<strong>de</strong> su época por las críticas a la militante autoridad <strong>de</strong> la razón que pregona el i<strong>de</strong>alismo.<br />

Los Irracionalistas, que incluye a autores <strong>como</strong> Sören Kierkeggard, Artur Schopenhauer y<br />

otros, niegan la posibilidad <strong>de</strong> conocimiento exclusivamente por la razón y, por el contrario,<br />

llama la atención en los límites, afirmando que el modo fundamental <strong>de</strong>l conocer es la intuición<br />

por los sentidos. Pero, en el fondo, los irracionalistas tienen la pretensión <strong>de</strong> exaltar los<br />

procesos vitales y la participación activa <strong>de</strong> los sentidos en el conocimiento.<br />

Es en este contexto que el pensamiento <strong>de</strong> Nietzsche tiene una gran importancia, <strong>como</strong> nos<br />

vuelve a recalcar Filippo Cestari:<br />

“En sus escritos, Nietzsche contrapone el mundo <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y la medida (encarnado por el Dios<br />

Apolo), frente al mundo <strong>de</strong>l caos, <strong>de</strong> la embriaguez (encarnado por el Dios Dionisio).<br />

Nietzsche presenta la existencia <strong>de</strong> un antagonismo irreductible, lo Apolíneo y lo Dionisiaco,<br />

que representa la esencia <strong>de</strong>l pensamiento trágico, el cual se niega a someterse a cualquier<br />

justificación <strong>de</strong> la <strong>vida</strong> y <strong>de</strong> lo real.<br />

Ningún concepto metafísico o teológico pue<strong>de</strong> explicar la realidad y su manifestación: la <strong>vida</strong>.<br />

<strong>La</strong> <strong>vida</strong> y el <strong>de</strong>venir han <strong>de</strong> ser proclamados. Pero eso es posible solamente gracias al evento<br />

<strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad: la muerte <strong>de</strong> Dios. <strong>El</strong> ateísmo <strong>de</strong> Nietzsche es un patrón fijo, que llega a<br />

cumbre con la expresión "Dios ha muerto".<br />

<strong>La</strong> cultura occi<strong>de</strong>ntal y la metafísica se han construido sobre la diferenciación entre el mundo<br />

espiritual y el mundo sensible, en el que Dios está en la cúspi<strong>de</strong> <strong>de</strong> toda la realidad. En<br />

Nietzsche, el ateísmo trágico <strong>de</strong>be suprimir esta forma <strong>de</strong> ver las cosas para que exista sólo el<br />

espíritu <strong>de</strong>l hombre. De esta manera se reivindica a Dionisio, que es el símbolo <strong>de</strong> la<br />

afirmación <strong>de</strong> esta tierra y su vitalidad <strong>como</strong> único mundo. Pero Nietzsche se encuentra con un<br />

problema: pasar <strong>de</strong> una visión negativa a una positiva. Si por un lado <strong>de</strong>struye los dioses, por<br />

otro lado levanta a otros nuevos. Nietzsche quiere eliminar los i<strong>de</strong>ales que pa<strong>de</strong>cen <strong>de</strong> <strong>vida</strong><br />

para sustituirlos con otros que creen un ambiente ocupado por el hombre. Entre los aspectos<br />

negativos se encuentra el entendimiento humano que critica y el aspecto positivo, la<br />

historicidad, que es la <strong>vida</strong>. <strong>La</strong> historicidad, que es la conciencia que posee el hombre <strong>de</strong> su<br />

propio transcurrir en el tiempo.” 4<br />

Esta caracterización <strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong> Nietzsche, incluye también varias críticas que realiza<br />

a la sociedad <strong>de</strong> su tiempo, con lo que se cristaliza su pensamiento visionario reivindicado por<br />

la corriente posmo<strong>de</strong>rna actual. <strong>La</strong>s críticas que realiza, en forma <strong>de</strong> afirmaciones, son: la<br />

muerte <strong>de</strong> Dios, que afirma en contra <strong>de</strong> la religión cristiana; la búsqueda <strong>de</strong>l Superhombre,<br />

que se guíe por los instintos <strong>de</strong> supervivencia y su dominio sobre el débil; la <strong>voluntad</strong> <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

<strong>como</strong> <strong>voluntad</strong> <strong>de</strong> po<strong>de</strong>río <strong>de</strong>l Superhombre; el eterno retorno <strong>de</strong> los tiempos, en contra <strong>de</strong>l<br />

tiempo cronos; la transmutación <strong>de</strong> los valores cristianos <strong>de</strong> la sociedad burguesa, quien los<br />

toma <strong>como</strong> valores absolutos, etc.<br />

4 Ibíd.. Pág. 117 – 118.<br />

2


<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>como</strong> <strong>voluntad</strong> <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

Existen otros filósofos tanto <strong>de</strong> su época, <strong>como</strong> los prece<strong>de</strong>ntes o los que vinieron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

Nietzsche, a quienes se los podría <strong>de</strong>nominar también vitalistas. Es el caso <strong>de</strong>l filósofo francés<br />

Henri Bergson (1859-1941), quien “cultiva los temas más típicos <strong>de</strong>l vitalismo: la <strong>de</strong>sconfianza<br />

<strong>de</strong> la razón, el recurso a la intuición, la valoración <strong>de</strong>l arte, junto con una utilización arbitraria <strong>de</strong><br />

los datos <strong>de</strong> la ciencia, a la que previamente a <strong>de</strong>scalificado.” 5<br />

Bibliografía<br />

FERRATER MORA, José. Diccionario <strong>de</strong> Filosofía, 4 tomos. Nueva edición revisada,<br />

aumentada y actualizada por el profesor Joseph-María Terricabras. Ed. Ariel, s. a., Barcelona-<br />

España 1994.<br />

CESTARI, Filippo. Filosofía 3. Ed. <strong>La</strong> Hoguera, Santa Cruz-Bolivia 2005.<br />

FERNÁNDEZ, Julio Fausto. <strong>El</strong> Existencialismo, i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> un mundo en crisis. Ed. Pueblos<br />

unidos, Montevi<strong>de</strong>o-Uruguay 1950.<br />

GARCIA MORENTE, Manuel. Lecciones Preliminares <strong>de</strong> Filosofía. Ed. Losada, Buenos Aires-<br />

Argentina 1938.<br />

HIDALGO TUÑON, Alberto; IGLESIAS FUEYO, Carlos; SÁNCHEZ ORTÍZ DE URBINA,<br />

Ricardo. Historia <strong>de</strong> la Filosofía. Ed. Anaya. s/l. s/a.<br />

MARÍAS, Julián. Historia <strong>de</strong> la Filosofía, 32ª edición. Ed. Biblioteca <strong>de</strong> la Revista <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte,<br />

Madrid-España 1980.<br />

PALESTRO, Romeo. Los Problemas <strong>de</strong> la Realidad y la Cultura, lecciones <strong>de</strong> filosofía. Ed. Don<br />

Bosco, <strong>La</strong> Paz 1976.<br />

5<br />

HIDALGO TUÑON, Alberto; IGLESIAS FUEYO, Carlos; SÁNCHEZ ORTÍZ DE URBINA, Ricardo. Op. Cit. Ed. Anaya.<br />

s/l. s/a. Pág. 451.<br />

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