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28 O quizás no tan débil. Postular la inexistencia de la especificad del lenguaje literario porque éste también aparezca en las modulaciones del habla, sería tanto como decir que no existe la especificidad del lenguaje pictórico o musical porque todos hemos dibujado o cantado alguna vez. 29 O también: “¿No incurre inevitablemente en aquello mismo que dice, invalidando esto e invalidándose a sí misma” (Trías 69). Para un cotejo (Mannhein, Lucács, Hegel, Scheller, Barth) de las soluciones -nada convincentes- a esta contradicción, leer al propio Eugenio Trías y su Teoría de las ideologías. Barcelona: Ediciones Península, 1970. 30 En Martin Heidegger. Conferencias y artículos. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1994. 31 Harold Bloom. Deconstruction and Criticism. New York: The Seabury Press, 1979. 32 En Hans-Georg Gadamer. La dialéctica de Hegel. Cinco ensayos hermenéuticos. Madrid: Cátedra, 1994. 33 Así como Gilles Deleuze en su ensayo On the line distíngue al menos tres instancias literarias diferentes –arbórea, semi arbórea y rizomática- que en nuestra época se yuxtaponen y conviven, podríamos considerar una nueva clasificación en función de la relación que ciertos autores tienen con la academia. Para Susan Sontag gran parte del arte contemporáneo –su descripción data e 1968- puede distinguirse por su huida de la interpretación académica, mientras que otra parte sustancial la configuran artistas que al escribir miran directamente a la academia porque “la mayoría de los novelistas y dramaturgos norteamericanos son, de hecho, periodistas, o caballeros sociólogos y psicólogos”. Varias décadas después, sería aún más fácil enumerar hoy, entre otros tipos, una serie de autores que escriben deliberadamente una ficción que conecta con los debates actuales de la academia y que es ahí donde busca y encuentra su interlocutor. Suerte de bestsellers académicos, ni populares ni de espaldas a un cierto mercado, podríamos hablar de una novela poscolonial, de una novela post estado- nacional, de una novela feminista, incluso de una novela posestructuralista (metaliteraria) o novela subalterna (testimonio, ect) o novela periférico-exótica respecto a su centro nacional. 34 Para la elaboración de estos razonamientos y durante las próximas páginas seguiremos las obras ya citadas de Deleuze, Adorno y Agamben. 35 Hegel. Estética (vol 1). Barcelona: Península, 1989. 36 Todavía el Michel Foucault de El orden del discurso y La arqueología del saber, porque hay otros Foucault posteriormente, defiende un estructuralismo que no es completamente vano o desechable: “I recognize the value of its insight of course: when it is a question of analyzing a languege, mitologías, folk-tales, poems, dreas, Cork of literatura, even films perhaps, structural descripcions reveals relations that could not otherwise be isolated”. The Archaelogy of Knowledge. New York: Pantheon, 1972. Pág 201. 37 Palabras recogidas en el prólogo a La invención de Morel, novela de Adolfo Bioy Casares. 38 El debate bibliográfico en este punto es considerable. Además de El Hombre sin contenido, de 58

Giorgio Agámben, conf Michel Foucault: Las palabras y las cosas, Rafael Girardot. Modernismo. Para lo latinoamericano, entendido o no como diferencia, Ángel Rama: La ciudad letrada. Roberto González Echeverría: Mito y Archivo. Julio Ramos: Desencuentros de la modernidad en América Latina. Doris Summer: Foundational Fictions. Juan Poblete: “Rama/Foucault/González Echevarría: el problema de la construcción del espacio discursivo del siglo diecinueve latinoamericano”, en Mabel Moraña, Ed: Ángel Rama y los estudios latinoamericanos. 39 Ambos ejemplos extraídos de Giorgio Agamben (11-16). 40 Martin Heidegger. “¿Y para qué poetas?”. Caminos del bosque. Madrid: Alianza, 1996. Pág 248. 41 Susan Sontag. Contra la interpretación. Barcelona: Alfaguara, 1996. 42 Jacques Derrida. Del espíritu. Heidegger y la pregunta. Valencia: Pretextos, 1989. 43 De Man, Paul. "The Rhetoric of Temporality." Blindness and Insight: Essays in the Rhetoric of Contemporary Criticism. Minneapolis. University of Minnesota Press, 1983. 187-228. 44 Extraido de la serie de videos de Los Monográficos de Apostrophes. En internet puede encontrarse en http://www.enfocarte.com/1.11/entrevista.html 45 José Agustín Goytisolo. Palabras para Julia y otros poemas. Barcelona: Plaza y Janés, 2000 46 W. Benjamin. Discursos interrumpidos I. Madrid: Taurus, 1982, pág 152-161. 59

28 O quizás no tan débil. Postular la inexistencia de la especificad del lenguaje literario porque éste<br />

también aparezca en las modulaciones del habla, sería tanto como decir que no existe la<br />

especificidad del lenguaje pictórico o musical porque todos hemos dibujado o cantado alguna vez.<br />

29 O también: “¿No incurre inevitablemente en aquello mismo que dice, invalidando esto e<br />

invalidándose a sí misma” (Trías 69). Para un cotejo (Mannhein, Lucács, Hegel, Scheller, Barth)<br />

de las soluciones -nada convincentes- a esta contradicción, leer al propio Eugenio Trías y su<br />

Teoría de las ideologías. Barcelona: Ediciones Península, 1970.<br />

30 En Martin Heidegger. Conferencias y artículos. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1994.<br />

31 Harold Bloom. Deconstruction and Criticism. New York: The Seabury Press, 1979.<br />

32 En Hans-Georg Gadamer. La dialéctica de Hegel. Cinco ensayos hermenéuticos. Madrid:<br />

Cátedra, 1994.<br />

33 Así como Gilles Deleuze en su ensayo On the line distíngue al menos tres instancias literarias<br />

diferentes –arbórea, semi arbórea y rizomática- que en nuestra época se yuxtaponen y conviven,<br />

podríamos considerar una nueva clasificación en función de la relación que ciertos autores tienen<br />

con la academia. Para Susan Sontag gran parte del arte contemporáneo –su descripción data e<br />

1968- puede distinguirse por su huida de la interpretación académica, mientras que otra parte<br />

sustancial la configuran artistas que al escribir miran directamente a la academia porque “la<br />

mayoría de los novelistas y dramaturgos norteamericanos son, de hecho, periodistas, o caballeros<br />

sociólogos y psicólogos”. Varias décadas después, sería aún más fácil enumerar hoy, entre otros<br />

tipos, una serie de autores que escriben deliberadamente una ficción que conecta con los debates<br />

actuales de la academia y que es ahí donde busca y encuentra su interlocutor. Suerte de bestsellers<br />

académicos, ni populares ni de espaldas a un cierto mercado, podríamos hablar de una novela<br />

poscolonial, de una novela post estado- nacional, de una novela feminista, incluso de una novela<br />

posestructuralista (metaliteraria) o novela subalterna (testimonio, ect) o novela periférico-exótica<br />

respecto a su centro nacional.<br />

34 Para la elaboración de estos razonamientos y durante las próximas páginas seguiremos las obras<br />

ya citadas de Deleuze, Adorno y Agamben.<br />

35 Hegel. Estética (vol 1). Barcelona: Península, 1989.<br />

36 Todavía el Michel Foucault de El orden del discurso y La arqueología del saber, porque hay<br />

otros Foucault posteriormente, defiende un estructuralismo que no es completamente vano o<br />

desechable: “I recognize the value of its insight of course: when it is a question of analyzing a<br />

languege, mitologías, folk-tales, poems, dreas, Cork of literatura, even films perhaps, structural<br />

descripcions reveals relations that could not otherwise be isolated”. The Archaelogy of Knowledge.<br />

New York: Pantheon, 1972. Pág 201.<br />

37 Palabras recogidas en el prólogo a La invención de Morel, novela de Adolfo Bioy Casares.<br />

38 El debate bibliográfico en este punto es considerable. Además de El Hombre sin contenido, de<br />

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