Stony Brook University
Stony Brook University Stony Brook University
Si en la cita anterior observábamos ya un giro humorístico, una suerte de micropárrafo que aglutina la poética de la confusión lezamiana, el macrorelato del encuentro entre Cemí y Ynaca termina de forma análoga, humorísticamente, consciente de su propuesta, en la medida en que el “camp” niega “both the harmonies of tradicional seriousness and the risks of fully identifying with extreme status of feeling” (Sontag 62). Léamos: Ella comenzó, según los consejos clásicos, por rociarse la vulva, “la vulva fangosa y fiestera cochinilla”, como diría Cemí en unos versos muchos años después de ese memorable fin de fiesta. (344) Frente a la solemnidad ritual de la escena, frente a la teatralidad donde los personajes parecen actuar en lugar de vivir, y donde esos personajes comparecen sin apenas contenido psicológico, en un espacio de vaporosas indeterminaciones, hierático, ritualizado, que a la vez que resiste cualquier normatividad genérica también celebra el puro teatro que es vivir, ese final de escena sacude al lector. Nunca una grosera nostalgia masculina había sonado más dulce y empática, una vulgaridad más elevada 26 : “Vulva fangosa y fiestera cochinillla”. Lezama Lima vuelve a rizar el rizo, a trivializar la solemnidad sin que la solemnidad quede trivializada, acaso agudizada por la poética de la contradicción (después de la seriedad siempre aguarda una broma, un choteo), y el barroco lezamiano. “Baroque art is largely camp about religión”, había escrito Isherwood. La religiosidad de la escena sexual entre Ynaca Eco y José Cemí (como el éxtasis que Oppiano Licario finge en otro momento de la novela 27 ), es profundamente 180
arroca y sin duda “camp”: neobarroca. Pero la combinación “barroco-camp- religión” no actúa en detrimento de alguno de los vértices del triángulo, sino todo lo contrario. Se trata más bien de un triángulo amoroso en el que se teatraliza una trascendencia premoderna (o una quasi-trascendencia, en tanto que teatralizada), en tiempos de indigencia moderna y en el que la propia indigencia (“la vulva fangosa y fiestera cochinilla”), comparece también integrada, redimida, necesaria, adentro de lo que Lezama Lima llamaba su sistema poético. No debe sorprender que la escena concluya con la alusión a la “fiesta” de igual manera que empezó con una invitación y un “bienvenido”. Una fiesta innombrable y apenas legible, borracha de palabras porque en el sexo y en el amor la boca siempre quiere estar llena. Y, como escribe Javier Marías, la boca es la abundancia. 181
- Page 135 and 136: naturaleza del mulo está perdida y
- Page 137 and 138: siente, no ama ni pregunta?”. Cla
- Page 139 and 140: que paso es el paso del mulo en el
- Page 141 and 142: 1 Esa falta de inspiración de la a
- Page 143 and 144: Capítulo 3: El maestro en broma
- Page 145 and 146: páginas que Christopher Isherwood
- Page 147 and 148: Marisol—feminidad “camp” —,
- Page 149 and 150: noción de “retraso”, entendido
- Page 151 and 152: Orígenes y sobre todo contra su di
- Page 153 and 154: El mayor placer para el que disfrut
- Page 155 and 156: carcajada; la idea de esta escritur
- Page 157 and 158: estilo casi siempre es el mismo 8 y
- Page 159 and 160: una tierra desconocida pero a trav
- Page 161 and 162: cual sólo puede reírse de los hum
- Page 163 and 164: simular una masculinidad teatral,
- Page 165 and 166: demostrar este aserto), de los cual
- Page 167 and 168: mucho porque se confunde con la raz
- Page 169 and 170: contrario de un diálogo de los tou
- Page 171 and 172: Mercurio y Caronte que a Thomas Man
- Page 173 and 174: privada, el guardián de la memoria
- Page 175 and 176: la propia Ynaca Eco. La nota, supue
- Page 177 and 178: dará como resultado el éxtasis de
- Page 179 and 180: alterado la raíz de todo cartesian
- Page 181 and 182: el gran bufón, el bromista, el par
- Page 183 and 184: sensorial, lo que ya no tiene signi
- Page 185: no puede evitar un mirada “camp
- Page 189 and 190: la tierra de nadie en la que acampa
- Page 191 and 192: lo que se ha llamado el humor “in
- Page 193 and 194: literatura. Puesto que toda prácti
- Page 195 and 196: No queremos menguar el misterio que
- Page 197 and 198: norteamericanos que simpatizaron en
- Page 199 and 200: deduce de los escritos del propio M
- Page 201 and 202: presentarse en sociedad como la hip
- Page 203 and 204: crecen los enanos. Revisemos lo que
- Page 205 and 206: 16) Podríamos detener en este punt
- Page 207 and 208: indirectamente a la necesidad de le
- Page 209 and 210: debemos leer a Lezama—sin leerle
- Page 211 and 212: Lezama Lima, si se aceptará que ag
- Page 213 and 214: historia cubana en una caza de bruj
- Page 215 and 216: inscribe siempre en la era, posteri
- Page 217 and 218: y terrores”, sistemas de creencia
- Page 219 and 220: escapan de su control, imantaciones
- Page 221 and 222: Para prejuicio, por supuesto, del
- Page 223 and 224: contestación, Fronesis se levanta
- Page 225 and 226: específicamente a la inmanencia y
- Page 227 and 228: 1 Para una aproximación a la sensi
- Page 229 and 230: Mario Santi, para quien los errores
- Page 231 and 232: Bibliografía Adorno. T.W. Aestheti
- Page 233 and 234: Fall 2006. Eco, Humberto. Interpret
- Page 235 and 236: Paz, Octavio. Los hijos del limo. B
arroca y sin duda “camp”: neobarroca. Pero la combinación “barroco-camp-<br />
religión” no actúa en detrimento de alguno de los vértices del triángulo, sino todo<br />
lo contrario. Se trata más bien de un triángulo amoroso en el que se teatraliza una<br />
trascendencia premoderna (o una quasi-trascendencia, en tanto que teatralizada),<br />
en tiempos de indigencia moderna y en el que la propia indigencia (“la vulva<br />
fangosa y fiestera cochinilla”), comparece también integrada, redimida, necesaria,<br />
adentro de lo que Lezama Lima llamaba su sistema poético. No debe sorprender<br />
que la escena concluya con la alusión a la “fiesta” de igual manera que empezó<br />
con una invitación y un “bienvenido”. Una fiesta innombrable y apenas legible,<br />
borracha de palabras porque en el sexo y en el amor la boca siempre quiere estar<br />
llena. Y, como escribe Javier Marías, la boca es la abundancia.<br />
181