Stony Brook University
Stony Brook University Stony Brook University
Introducción 1) En 1964 Susan Sontag escribe Notes on “camp”, un ensayo de apenas diez páginas pero decisivo entonces y todavía hoy para entender algunas de las manifestaciones de la sensibilidad posmoderna y, en particular, aquellas que tuvieron y tienen que ver con la expresión de una estética gay y lesbiana en el arte, el cine y la literatura. Notes on “camp” es uno de esos trabajos, siempre escasos, que atinan a captar un instante de tan presente invisible o que sólo resultan evidentes una vez que alguien los ha escrito. Como sucede con los grandes poemas, el gran mérito del ensayo de Sontag consiste en su don para señalar lo obvio, para hacer inteligible y registrar aquello con lo que se convive inadvertidamente y sin saberse nombrar. Si el destino final—e ideal—de todo pensamiento debiera privilegiar su capacidad para poder adaptarse a su presente siempre inestable e inoportuno, tomarse su propio presente en serio sin prejuicios ni nostalgias, Susan Sontag—como Walter Benjamin o Hanna Arendt—consigue ese objetivo hasta donde un objetivo así puede conseguirse. De ahí que dé la impresión de que Notes on “camp” esté escrito sobre el vacío, sin apoyos bibliográficos, sobre un hueco o una tierra innombrada pero ya existente. Por una parte es un trabajo a pie de obra, propio de una gran observadora de los fenómenos culturales emergentes; por otra parte sus diez páginas signan un descubrimiento, un eureka, una fundación o un bautismo. Antes de que su brillante definición de lo “camp” saliera a la luz solo existen sobre el tema tres 138
páginas que Christopher Isherwood introdujo, por boca de uno de sus personajes, en la novela The World in the Evening. 1 El “camp” no es un movimiento. Si acaso una sensibilidad 2 de marcado carácter epocal que comienza a observarse en las artes y en el cine, menos en la literatura, a finales de la década de los cincuenta y sobre todo en los años sesenta. Eminentemente urbano, propio de las urbes postindustriales y vinculable como fuerza adelantada a las metaironías del pensamiento posmoderno, el “camp” debe leerse como un código privado o cifrado del que no se puede escribir sin traicionarlo en alguna medida. Susan Sontag capta muy bien esa contradicción que podría aplicarse también a un pensamiento posmoderno que ha incurrido en la creación de otro relato, con la consiguiente merma de su fuerza retadora, desde la relativización de los mismos y la absolutización de su tropo único: la ironía, “la risa amarga de la ironia” (Nabokov). Anota Sontag al respecto: “It’s embarrassing to be solemn and treatise like about Camp. One runs the risk of having, oneself, produced a very inferior piece of Camp” (54). O dicho de otro modo, salirse de ese código a menudo secreto, en ocasiones equivalente a un guiñó con un espectador o lector que “entiende”, supone por una parte una traición a lo que el “camp” tiene de antisolemne y performartivo, no discursivo. Por otro lado la definición de lo “camp” misma ejecuta una acción que a su vez puede interpretarse como “camp”. He aquí una doblez inescapable de lo “camp”, fundamental en las páginas que siguen. “Camp” es tanto aquello que comparte ese 139
- Page 93 and 94: acompañada de una simbólica hier
- Page 95 and 96: modo o “la manera fuerte” de de
- Page 97 and 98: tendría que sorprendernos. Desde P
- Page 99 and 100: hablando podía precisar una insist
- Page 101 and 102: de la novela anticipa la visión ex
- Page 103 and 104: simulacro primitivista. La esposa d
- Page 105 and 106: influencia de la cultura tanática
- Page 107 and 108: en vida o la vida en muerte (resurr
- Page 109 and 110: irrepresentable, su naturaleza, com
- Page 111 and 112: objeto “una construcción cuyo lu
- Page 113 and 114: En el exordio de Espectros de Marx,
- Page 115 and 116: La pregunta es: ¿a dónde nos cond
- Page 117 and 118: en la que Derrida planteaba su ensa
- Page 119 and 120: ealidad sobrenaturalizada, sagrada,
- Page 121 and 122: muerte o en el “bell morir” que
- Page 123 and 124: D) Poética de la contradicción 14
- Page 125 and 126: célebre aforismo lezamiano. La ima
- Page 127 and 128: Decía Lezama Lima que los griegos
- Page 129 and 130: 16) La poética de la contradicció
- Page 131 and 132: isible?”, se pregunta Bataille.
- Page 133 and 134: sustancializado de Lezama Lima, no
- Page 135 and 136: naturaleza del mulo está perdida y
- Page 137 and 138: siente, no ama ni pregunta?”. Cla
- Page 139 and 140: que paso es el paso del mulo en el
- Page 141 and 142: 1 Esa falta de inspiración de la a
- Page 143: Capítulo 3: El maestro en broma
- Page 147 and 148: Marisol—feminidad “camp” —,
- Page 149 and 150: noción de “retraso”, entendido
- Page 151 and 152: Orígenes y sobre todo contra su di
- Page 153 and 154: El mayor placer para el que disfrut
- Page 155 and 156: carcajada; la idea de esta escritur
- Page 157 and 158: estilo casi siempre es el mismo 8 y
- Page 159 and 160: una tierra desconocida pero a trav
- Page 161 and 162: cual sólo puede reírse de los hum
- Page 163 and 164: simular una masculinidad teatral,
- Page 165 and 166: demostrar este aserto), de los cual
- Page 167 and 168: mucho porque se confunde con la raz
- Page 169 and 170: contrario de un diálogo de los tou
- Page 171 and 172: Mercurio y Caronte que a Thomas Man
- Page 173 and 174: privada, el guardián de la memoria
- Page 175 and 176: la propia Ynaca Eco. La nota, supue
- Page 177 and 178: dará como resultado el éxtasis de
- Page 179 and 180: alterado la raíz de todo cartesian
- Page 181 and 182: el gran bufón, el bromista, el par
- Page 183 and 184: sensorial, lo que ya no tiene signi
- Page 185 and 186: no puede evitar un mirada “camp
- Page 187 and 188: arroca y sin duda “camp”: neoba
- Page 189 and 190: la tierra de nadie en la que acampa
- Page 191 and 192: lo que se ha llamado el humor “in
- Page 193 and 194: literatura. Puesto que toda prácti
páginas que Christopher Isherwood introdujo, por boca de uno de sus personajes,<br />
en la novela The World in the Evening. 1<br />
El “camp” no es un movimiento. Si acaso una sensibilidad 2 de marcado<br />
carácter epocal que comienza a observarse en las artes y en el cine, menos en la<br />
literatura, a finales de la década de los cincuenta y sobre todo en los años sesenta.<br />
Eminentemente urbano, propio de las urbes postindustriales y vinculable como<br />
fuerza adelantada a las metaironías del pensamiento posmoderno, el “camp” debe<br />
leerse como un código privado o cifrado del que no se puede escribir sin<br />
traicionarlo en alguna medida. Susan Sontag capta muy bien esa contradicción<br />
que podría aplicarse también a un pensamiento posmoderno que ha incurrido en la<br />
creación de otro relato, con la consiguiente merma de su fuerza retadora, desde la<br />
relativización de los mismos y la absolutización de su tropo único: la ironía, “la<br />
risa amarga de la ironia” (Nabokov). Anota Sontag al respecto: “It’s embarrassing<br />
to be solemn and treatise like about Camp. One runs the risk of having, oneself,<br />
produced a very inferior piece of Camp” (54). O dicho de otro modo, salirse de<br />
ese código a menudo secreto, en ocasiones equivalente a un guiñó con un<br />
espectador o lector que “entiende”, supone por una parte una traición a lo que el<br />
“camp” tiene de antisolemne y performartivo, no discursivo. Por otro lado la<br />
definición de lo “camp” misma ejecuta una acción que a su vez puede<br />
interpretarse como “camp”. He aquí una doblez inescapable de lo “camp”,<br />
fundamental en las páginas que siguen. “Camp” es tanto aquello que comparte ese<br />
139