Stony Brook University
Stony Brook University Stony Brook University
A mi padre, lo seguía siempre viendo al lado de mi madre. No podía decir siquiera que a mi madre no la veía, pues mis sentidos parecían que sólo existían para darme testimonio de ella, después de su muerte. No me hablaba, pero si me hubiera hablado entonces sí me parecería que no existía. Su presencia sólo lograría preguntarle a mi madre por ella. (211) 13) Pero no querríamos concluir esta sección sobre la imposibilidad de la finitud sin rendir un pequeño homenaje a Jacques Derrida, una suerte de despedida o de saludo a quien pocas fechas antes de su muerte concedió una última entrevista que ha sido recogida en el libro Learning to Live Finally 14 . Esa última entrevista será algún día leída como uno de los documentos más emocionantes y singulares de la historia moderna de la filosofía occidental. Enfermo de cáncer, activo hasta el final, Jean Birnbaum incita a Derrida a conversar sobre Espectros de Marx, libro crucial, según Birnbaum, que abre con un “exordio enigmático” y con la pregunta sobre el cómo aprender a vivir por fin. Derrida contesta: Bien, vale, pues para responder, yo, sin más rodeos a su pregunta, no, nunca he aprendido a vivir. ¡Pero ahora, en absoluto! Aprender a vivir debería significar aprender a morir, a tener en cuenta, para aceptarla, la mortalidad absoluta (sin salutación, ni resurrección, ni redención). (24) Desde Platón, desde la muerte ejemplar de Sócrates, la gran interpelación de la filosofía se ha basado en el aprender a morir, en la aceptación serena de la 114
muerte o en el “bell morir” que, cantaba Petrarca, “tuta la vita honora”. Continúa Derrida: Yo creo en esa verdad sin ser capaz de resignarme a ella. Cada vez menos. No he aprendido a aceptarla, la muerte. Todos nosotros somos supervivientes en ciernes (…) Por eso yo me quedo ineducable respecto a la sabiduría del saber morir o, si tu prefieres, del saber vivir. (25) Y más adelante: Como, en aumento, ciertos problemas de salud se hacen presentes, la cuestión de la supervivencia o de la demora, que siempre me ha atormentado (haunted), literalmente, a cada instante de mi vida, de manera concreta e infatigable, se colorea de otro modo a día de hoy. Como vimos en Lezama Lima, la cuestión de la supervivencia estuvo desde el comienzo ligada a la crítica derridiana a la metafísica de la presencia. Pero esa supervivencia no exige ningún acto de fe, ningún sentido que el creyente debe añadir: es originaria, estructural. Siempre me interesé por esa temática de la supervivencia, en la cual el sentido no se añade al vivir o al morir. Es originario: la vida es supervivencia. Sobrevivir en sentido corriente quiere decir continuar viviendo, pero también vivir tras la muerte (…) Todos los conceptos que me han ayudado a trabajar, destacadamente aquellos como el del trazo o lo espectral, estaban ligados a este “sobrevivir” como dimensión estructural y rigurosamente originaria. (26) Aprender a vivir, dice Derrida, es siempre narcisista: se quiere vivir tanto como sea posible, salvarse, perseverar, y cultivar todas las cosas que siendo más grandes y potentes que uno mismo, forman parte de ese pequeño “yo” que 115
- Page 69 and 70: arqueológica que pertenece al camp
- Page 71 and 72: pero que permanece en nosotros verg
- Page 73 and 74: cerrada, certifica indirectamente e
- Page 75 and 76: Pero si la secularización no consi
- Page 77 and 78: entre realidad y deseo, entre fragm
- Page 79 and 80: Democratizada como nunca, la experi
- Page 81 and 82: epifanías escurridizas. Después d
- Page 83 and 84: excepción de la naturaleza en los
- Page 85 and 86: puede acompañar, entre lo trascend
- Page 87 and 88: La reducción—que compruebo—es
- Page 89 and 90: B) El aduanero: mito y psicología
- Page 91 and 92: sentido alguno de la proporción, p
- Page 93 and 94: acompañada de una simbólica hier
- Page 95 and 96: modo o “la manera fuerte” de de
- Page 97 and 98: tendría que sorprendernos. Desde P
- Page 99 and 100: hablando podía precisar una insist
- Page 101 and 102: de la novela anticipa la visión ex
- Page 103 and 104: simulacro primitivista. La esposa d
- Page 105 and 106: influencia de la cultura tanática
- Page 107 and 108: en vida o la vida en muerte (resurr
- Page 109 and 110: irrepresentable, su naturaleza, com
- Page 111 and 112: objeto “una construcción cuyo lu
- Page 113 and 114: En el exordio de Espectros de Marx,
- Page 115 and 116: La pregunta es: ¿a dónde nos cond
- Page 117 and 118: en la que Derrida planteaba su ensa
- Page 119: ealidad sobrenaturalizada, sagrada,
- Page 123 and 124: D) Poética de la contradicción 14
- Page 125 and 126: célebre aforismo lezamiano. La ima
- Page 127 and 128: Decía Lezama Lima que los griegos
- Page 129 and 130: 16) La poética de la contradicció
- Page 131 and 132: isible?”, se pregunta Bataille.
- Page 133 and 134: sustancializado de Lezama Lima, no
- Page 135 and 136: naturaleza del mulo está perdida y
- Page 137 and 138: siente, no ama ni pregunta?”. Cla
- Page 139 and 140: que paso es el paso del mulo en el
- Page 141 and 142: 1 Esa falta de inspiración de la a
- Page 143 and 144: Capítulo 3: El maestro en broma
- Page 145 and 146: páginas que Christopher Isherwood
- Page 147 and 148: Marisol—feminidad “camp” —,
- Page 149 and 150: noción de “retraso”, entendido
- Page 151 and 152: Orígenes y sobre todo contra su di
- Page 153 and 154: El mayor placer para el que disfrut
- Page 155 and 156: carcajada; la idea de esta escritur
- Page 157 and 158: estilo casi siempre es el mismo 8 y
- Page 159 and 160: una tierra desconocida pero a trav
- Page 161 and 162: cual sólo puede reírse de los hum
- Page 163 and 164: simular una masculinidad teatral,
- Page 165 and 166: demostrar este aserto), de los cual
- Page 167 and 168: mucho porque se confunde con la raz
- Page 169 and 170: contrario de un diálogo de los tou
A mi padre, lo seguía siempre viendo al lado de mi madre. No<br />
podía decir siquiera que a mi madre no la veía, pues mis sentidos<br />
parecían que sólo existían para darme testimonio de ella, después<br />
de su muerte. No me hablaba, pero si me hubiera hablado entonces<br />
sí me parecería que no existía. Su presencia sólo lograría<br />
preguntarle a mi madre por ella. (211)<br />
13) Pero no querríamos concluir esta sección sobre la imposibilidad de la finitud<br />
sin rendir un pequeño homenaje a Jacques Derrida, una suerte de despedida o de<br />
saludo a quien pocas fechas antes de su muerte concedió una última entrevista que<br />
ha sido recogida en el libro Learning to Live Finally 14 . Esa última entrevista será<br />
algún día leída como uno de los documentos más emocionantes y singulares de la<br />
historia moderna de la filosofía occidental.<br />
Enfermo de cáncer, activo hasta el final, Jean Birnbaum incita a Derrida a<br />
conversar sobre Espectros de Marx, libro crucial, según Birnbaum, que abre con<br />
un “exordio enigmático” y con la pregunta sobre el cómo aprender a vivir por fin.<br />
Derrida contesta:<br />
Bien, vale, pues para responder, yo, sin más rodeos a su pregunta,<br />
no, nunca he aprendido a vivir. ¡Pero ahora, en absoluto! Aprender<br />
a vivir debería significar aprender a morir, a tener en cuenta, para<br />
aceptarla, la mortalidad absoluta (sin salutación, ni resurrección, ni<br />
redención). (24)<br />
Desde Platón, desde la muerte ejemplar de Sócrates, la gran interpelación<br />
de la filosofía se ha basado en el aprender a morir, en la aceptación serena de la<br />
114