Navidad: Un pretexto para el consumismo
Navidad: Un pretexto para el consumismo
Navidad: Un pretexto para el consumismo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Crecimiento Humano<br />
¿Qué pedir <strong>para</strong> esta navidad?<br />
Pág. 4<br />
Romero y la <strong>Navidad</strong><br />
¿F<strong>el</strong>iz navidad o f<strong>el</strong>iz vanidad?<br />
Pág. 6<br />
Opinión<br />
La confianza de los salvadoreños<br />
en las instituciones<br />
Pág. 8<br />
La tragedia d<strong>el</strong> hambre crónica<br />
Pág. 9<br />
Caso Súper S<strong>el</strong>ectos<br />
Pág. 10<br />
Memoria Histórica<br />
Romero y la lucha por los<br />
derechos de los pobres<br />
Pág. 12<br />
V aniversario d<strong>el</strong> P. Jon Cortina<br />
Pág. 13<br />
Hacerse cargo de<br />
Ignacio Ellacuría<br />
Pág. 14<br />
Centro Monseñor Romero<br />
Presentación d<strong>el</strong> cuaderno N.26:<br />
“Cinco testigas solidarias”<br />
Pág. 16<br />
<strong>Un</strong> homenaje a “Don Paquito”<br />
Pág. 17<br />
Crecimiento Espiritual<br />
La pedagogía <strong>para</strong> <strong>el</strong><br />
discenimiento- El examen diario<br />
Pág. 18<br />
El Comentario<br />
Ley de acceso a la información<br />
Pág.<br />
2<br />
20<br />
<strong>Navidad</strong>: <strong>Un</strong> <strong>pretexto</strong><br />
<strong>para</strong> <strong>el</strong> <strong>consumismo</strong><br />
Es mucho lo que los medios de comunicación<br />
publican sobre la <strong>Navidad</strong>, tal pareciera que les<br />
interesa presentar <strong>el</strong> nacimiento de Cristo como<br />
un acontecimiento único, especial <strong>para</strong> la humanidad.<br />
¿Es ése su interés? Por supuesto que no, la gran mayoría<br />
se refieren a la <strong>Navidad</strong> invitando al consumo de aqu<strong>el</strong>lo<br />
que no necesitamos y luego <strong>para</strong> muchos se vu<strong>el</strong>ve una<br />
necesidad y cuando no se obtiene, una tragedia o una<br />
verdadera desgracia.<br />
Lamentablemente en eso ha llegado a convertirse<br />
la <strong>Navidad</strong> <strong>para</strong> mucha gente, en un <strong>consumismo</strong><br />
exacerbado, alienante, enfermizo, que se<strong>para</strong> a la persona<br />
de su realidad y la conduce a un mundo de fantasías y<br />
falsedades, haciéndole perder <strong>el</strong> sentido de su misma vida.<br />
La dictadura d<strong>el</strong> mercado se impone con toda su<br />
fuerza sobre la gran mayoría de las mismas personas<br />
que profesan la fe en Jesús de Nazaret. Son los mismos<br />
creyentes quienes se suman a la ola d<strong>el</strong> <strong>consumismo</strong>, sin<br />
tomar en cuenta que han sido manipulados por los medios<br />
de comunicación, a que vivan una <strong>Navidad</strong> f<strong>el</strong>iz, solamente<br />
si obtienen aqu<strong>el</strong>lo que <strong>el</strong> mercado les ha ofrecido.<br />
Por otro lado, la mayoría de los medios de comunicación<br />
ya no presentan la <strong>Navidad</strong> como la llegada d<strong>el</strong> Hijo de<br />
Dios, sino la de “Santa Claus”, un personaje importado<br />
que nada tiene que ver con nuestra realidad, pero eso<br />
sí, cargado de muchos regalos, que ofrece <strong>el</strong> mismo<br />
mercado, <strong>para</strong> que la persona se sienta realizada y f<strong>el</strong>iz.<br />
Este personaje ha suplantado incluso en muchas familias<br />
cristianas, <strong>el</strong> nacimiento de Jesús, que es lo propio de la<br />
<strong>Navidad</strong>.<br />
En esta época navideña, las calles y avenidas se<br />
engalanan con luces de múltiples colores, cuyo costo<br />
pagamos todos los contribuyentes con nuestros impuestos,<br />
pues no es un regalo que nos da gratuitamente la dictadura<br />
d<strong>el</strong> mercado; y es bajo este resplandeciente e ilusorio<br />
despilfarro de luces, que se oscurece o hasta desvanece,<br />
sin conciencia de <strong>el</strong>lo, <strong>el</strong> sentido profundamente r<strong>el</strong>igioso<br />
que tiene la <strong>Navidad</strong>. Y en este engaño caemos los mismos<br />
cristianos sin darnos cuenta de la manipulación a la que<br />
nos ha sometido la dictadura d<strong>el</strong> mercado.
Es triste reconocer que <strong>para</strong> los mismos cristianos<br />
la <strong>Navidad</strong> se ha convertido en una fiesta pagana,<br />
pues c<strong>el</strong>ebramos la llegada de “Santa Claus”, <strong>el</strong> nuevo<br />
becerro de oro, como representante d<strong>el</strong> <strong>consumismo</strong><br />
exacerbado, impuesto por la dictadura d<strong>el</strong> mercado,<br />
que viene cargado de innumerables regalos <strong>para</strong><br />
darnos una alegría y f<strong>el</strong>icidad pasajeras, pues esto se<br />
desvanece en cuanto aparece otro producto que nos<br />
llama más la atención y crea en nosotros una nueva<br />
necesidad.<br />
Ante esta realidad tan alienante, de despilfarro y<br />
endeudamiento innecesario, muy pocos cristianos<br />
nos atreveríamos a poner en t<strong>el</strong>a de juicio <strong>el</strong> sentido<br />
comercial que ha cobrado la <strong>Navidad</strong>, sin ningún<br />
freno <strong>para</strong> detenerlo, pues la fuerza d<strong>el</strong> mercado no<br />
es controlable, ya que su principal motor es <strong>el</strong> gran<br />
capital, que domina a la misma conciencia humana.<br />
Es muy difícil que la <strong>Navidad</strong> pueda ser de otro<br />
modo en un tiempo marcado por <strong>el</strong> predomino de<br />
lo material y <strong>el</strong> imperio de la filosofía d<strong>el</strong> estar y vivir<br />
mejor, cuando se obtiene todo lo que <strong>el</strong> mercado<br />
ofrece y a lo que todo mundo tiene derecho. Por<br />
<strong>el</strong>lo, viva <strong>el</strong> <strong>consumismo</strong> exacerbado, sin importar la<br />
pérdida d<strong>el</strong> sentido r<strong>el</strong>igioso de la <strong>Navidad</strong>.<br />
Cristo nació en medio de la extrema pobreza y la<br />
humildad propia de su nacimiento, que recordamos<br />
en los pesebres que se hacen en muchos lugares,<br />
desaparece con la gran ostentación, al querer<br />
aparentar de manera excesiva una realidad que nada<br />
tiene que ver con las condiciones en las que Él vino<br />
al mundo. En todo caso, la humildad propia d<strong>el</strong><br />
nacimiento d<strong>el</strong> Señor, perece, por la suma de los<br />
mismos cristianos, a la ola de derroche y despilfarro<br />
en torno a la fiesta de la natividad d<strong>el</strong> Salvador.<br />
En muchos hogares de católicos salvadoreños, la<br />
<strong>Navidad</strong> ha dejado de ser una c<strong>el</strong>ebración de fe en <strong>el</strong><br />
Mesías, <strong>el</strong> Hijo enviado de Dios que nos trae la paz y<br />
se ha convertido en una fiesta secularizada, que tiene<br />
su sede central en los grandes centros comerciales,<br />
que ofrecen “todo lo propio” de la <strong>Navidad</strong> por medio<br />
de deslumbrantes regalos. En sí, <strong>el</strong> intercambio<br />
de regalos con amor es algo positivo que despierta<br />
sentimientos hermosos en quien los comparte; pero<br />
caer en <strong>el</strong> juego de las campañas publicitarias de la<br />
dictadura d<strong>el</strong> mercado, es lo que le quita <strong>el</strong> sentido<br />
a la <strong>Navidad</strong> como una expresión de fe en <strong>el</strong> Dios<br />
encarnado en nuestra historia humana que nos trae<br />
la salvación.<br />
Editorial<br />
Por <strong>el</strong> fenómeno de la migración salvadoreña a<br />
diferentes países, principalmente a Estados <strong>Un</strong>idos,<br />
hemos importado costumbres extrañas a nuestra<br />
idiosincrasia y se nos han ido imponiendo incluso en<br />
nuestra cultura r<strong>el</strong>igiosa, dejando de lado lo propio de<br />
nuestra tierra <strong>para</strong> darle más valor a lo novedoso y<br />
atractivo que viene de fuera.<br />
Es así como la propaganda comercial ha sabido<br />
dar buen uso de este fenómeno migratorio, <strong>para</strong><br />
imponer a través de los medios de comunicación<br />
aqu<strong>el</strong>lo que nada tiene que ver con nuestra realidad<br />
ni con nuestras necesidades, llevando a la gente a una<br />
grave fiebre consumista que rompe con la economía<br />
de muchos hogares, a quienes no les importa <strong>el</strong> alto<br />
costo que tienen que pagar por un fugaz momento de<br />
placer.<br />
Para muchos católicos que viven su fe con plena<br />
conciencia y con un auténtico compromiso cristiano,<br />
se les hace muy difícil seguir c<strong>el</strong>ebrando la <strong>Navidad</strong><br />
por <strong>el</strong> peso que ésta ha venido cobrando en la<br />
sociedad, al enfatizar únicamente <strong>el</strong> sentido comercial<br />
de la misma y dejar de lado lo que <strong>el</strong>la es, una<br />
experiencia de fe en <strong>el</strong> Salvador de la historia, <strong>el</strong> Hijo<br />
de Dios.<br />
Pero todavía es tiempo de recuperar <strong>el</strong> sentido<br />
propio de la <strong>Navidad</strong>, no quedándonos con los<br />
brazos cruzados, sino actuando, descubriendo a la<br />
sociedad y al mundo entero, <strong>el</strong> engaño de algunos<br />
medios de comunicación, que nos han arrastrado a<br />
un <strong>consumismo</strong> exacerbado y nos han apartado de<br />
lo propio de esta fiesta cristiana que nos anuncia la<br />
llegada d<strong>el</strong> Dios con nosotros.<br />
Así que, no más <strong>consumismo</strong> innecesario en esta<br />
<strong>Navidad</strong>; sí un compartir regalos con amor cristiano,<br />
con fe profunda en Aquél que me envía a compartirlo<br />
con <strong>el</strong> más necesitado; sí descubrir en <strong>el</strong> pobre al<br />
Cristo sufriente que viene a nosotros pidiendo ayuda<br />
y una respuesta de amor solidario.<br />
Por tanto, no todo está perdido, la auténtica<br />
<strong>Navidad</strong> puede renacer en nuestros corazones, una<br />
vez que no nos sumemos a esta ola de <strong>consumismo</strong><br />
exacerbado y valoremos en familia, en comunidad, <strong>el</strong><br />
nacimiento de Cristo que nace en nuestros corazones<br />
y c<strong>el</strong>ebramos cada año en <strong>el</strong> día de <strong>Navidad</strong>.<br />
3<br />
www.uca.edu.sv/publica/cartas