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Además de ser relativamente gratuita la educación que se imparte en las universidades públicas, la Ley<br />

obliga a una política de protección social y mejoramiento tanto para los estudiantes como para sus<br />

profesores. Ello explica el hecho de que todas las instituciones de educación superior del país hayan<br />

establecido sistemas de previsión social, para todos los profesores y para los alumnos de escasos recursos.<br />

En el caso de los miembros del personal docente dichos sistemas (que cubren los riesgos por cirugía,<br />

hospitalización o muerte) son costeados en partes iguales por los interesados y por la institución<br />

correspondiente.<br />

En síntesis, se puede decir que por disposiciones legales y factores de tipo social y político las<br />

instituciones de educación superior del sector oficial dependen para su funcionamiento de tres fuentes de<br />

financiamiento: los aportes del Estado, las donaciones de entes privados y los llamados ingresos propios.<br />

Pero, en general, más del 90% del presupuesto de las instituciones de educación superior oficial proviene<br />

del presupuesto nacional. Desde luego, la mayoría de las instituciones tienen algunos ingresos propios,<br />

producto principalmente de investigaciones, bienes y servicios especializados, cursos de extensión y de<br />

postgrado, pero el monto de estos ingresos es poco significativo. En efecto, ellos representan apenas un<br />

porcentaje del presupuesto total que nunca llega al 10% del aporte estatal. Las donaciones por personas<br />

privadas o empresas son casos excepcionales.<br />

En las instituciones privadas las fuentes de financiamiento son los aportes que hacen fundaciones<br />

empresariales o religiosas, el cobro de matrícula (cuyo monto es muy variado, dependiendo de la calidad,<br />

prestigio o sector social al cual sirven las Instituciones) y los subsidios que hace el Estado a algunas<br />

instituciones, sobre todo a las de origen religioso católico. En el año 2001, por ejemplo, el Estado otorgó<br />

subsidios a instituciones privadas de educación superior por Bs. 1.450.500.000, esto es unos USD<br />

800.000.<br />

8.2. PROCEDIMIENTOS PARA LA ASIGNACIÓN Y GESTION DE<br />

RECURSOS FINANCIEROS<br />

En lo que se refiere a cómo se asignan los recursos a las universidades públicas por parte del Estado, lo<br />

cierto es que hasta hace pocos años, la misma se basaba simplemente en la participación que<br />

históricamente se había dado a cada institución, lo cual significaba que los montos asignados por el<br />

Ministerio de Educación eran más el producto de la capacidad de negociación de los rectores, o de sus<br />

afinidades políticas, que de factores de mayor validez. A partir de 1995, sin embargo, se inicia un proceso<br />

de ajuste con la introducción de indicadores de gestión, a efectos de evaluar la relación costos-beneficios.<br />

En este sentido el CNU adoptó la decisión de asignar los presupuestos en función de un conjunto de<br />

indicadores tales como los de: números de estudiantes y graduados, actividad de investigación, proyectos<br />

especiales y actividad de postgrado. Y a partir del año 2000, se incorporan otros indicadores, como el<br />

número de jubilados programados por la institución y la relación empleado-profesor.<br />

El procedimiento de asignaciones de recursos para el resto de las instituciones de educación superior<br />

pública, esto es, colegios e institutos universitarios, es todavía muy deficiente.<br />

Para definir los procedimientos para el gasto de las instituciones de educación superior lo normal es la<br />

elaboración de presupuestos anuales que aprueban los Consejos Universitarios o el Ministerio de<br />

Educación Superior, según el caso, en los cuales se definen diez programas, los tres primeros relacionados<br />

directamente con las misiones fundamentales de enseñanza, investigación y extensión y los siete restantes<br />

con acciones de dirección y apoyo. Estos programas definen los tipos u objetos de los ingresos y gastos de<br />

la institución, los cuales se clasifican en varias categorías: gastos de personal, materiales, servicios<br />

generales, activos reales y transferencias. De modo que por una parte se establece lo que se va a gastar y<br />

por la otra, el origen de su financiación.<br />

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