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Lo lamentable relacionado con el sistema nacional de admisión es que el mismo no es aplicado por todas<br />

las instituciones, ni siquiera por las oficiales, por lo cual en la realidad se vive el hecho triste de que<br />

solamente una pequeña proporción de estudiantes de escasos recursos económicos puede acceder a<br />

estudios superiores. El Director de la OPSU (Fuenmayor, 2002), por ejemplo, declaró a la prensa que para<br />

el proceso de admisión de ese año se registraron 382.362 aspirantes, de los cuales 324.442 presentaron la<br />

prueba de aptitud académica y de esta última cantidad las instituciones oficiales sólo aceptaron 48.286<br />

estudiantes, es decir, apenas 12,6% de los aspirantes. ¿Adónde fueron los demás? Lo más seguro es que la<br />

mayoría de ellos no podía pagar los costos de matrícula en instituciones privadas. Ello explica que una de<br />

las políticas que trata de implementar la OPSU es lograr que las instituciones oficiales acepten una<br />

proporción cada vez mayor de estudiantes seleccionados mediante el proceso nacional de admisión.<br />

Desde luego, conviene tener en cuenta que además del proceso nacional de admisión y las llamadas<br />

pruebas internas, existen otras formas marginales de acceso que, a veces, generan injusticias. Tal es el<br />

caso de la aplicación de ciertos privilegios derivados de convenios establecidos con los gremios<br />

universitarios --mediante los cuales hay acceso preferencial para los hijos de profesores y empleados de<br />

algunas instituciones--, a lo cual se agregan privilegios, posiblemente justos, para hijos de diplomáticos<br />

acreditados en el país, deportistas de alto rendimiento, artistas de reconocida trayectoria y minusválidos.<br />

5.3. COBERTURA Y EVOLUCION DEL SISTEMA<br />

En Venezuela, la tasa de escolaridad del grupo etario de 18 a 24 años, es decir, el porcentaje de jóvenes<br />

que normalmente deben estar realizando estudios superiores, se ubicó durante la década 1990-99, entre<br />

18,9% (en 1991) y 22,9% (en el año 1998) con un promedio de 21,2% (Cuadro 6.B). Esta cantidad es una<br />

tasa relativamente alta en comparación con otros países del continente. Es más, si se toma en cuenta la<br />

política definida por el gobierno actual, lo más probable es que en los próximos años siga creciendo el<br />

porcentaje que ingrese a la educación superior por parte del grupo etario mencionado<br />

Por su parte la tasa de escolarización del grupo de edad de 20 a 24 años, presenta para los años de la serie<br />

estudiada, un incremento bastante alto en términos internacionales, hasta el punto de que, como se asienta<br />

en un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 1997) en la mayoría de los países de<br />

América Latina (particularmente en Argentina, Venezuela, Costa Rica y Uruguay) este índice ha<br />

sobrepasado el umbral del 15%, el cual, internacionalmente se considera como característico de países con<br />

“educación superior masiva”, ubicándose entre 27,22 en 1991 y 33,47 en 1997, a diferencia de lo que<br />

sucedía en 1950 que era de 2%, en 1960 de 3% y 13 % en 1975.<br />

En el caso Venezuela, adoptando la clasificación de Trow, se puede decir que estamos ante el denominado<br />

“modelo de acceso de masas”, cuyos porcentajes de escolarización están entre 15% y 35%.<br />

Una ligera observación de los Cuadros 5.A y 5.F permite constatar la evolución e incremento del número<br />

de instituciones de educación superior en Venezuela, tanto desde el punto de vista global como también su<br />

diversificación según la tipología de instituciones. En efecto, allí se observa que mientras para 1953<br />

existían en el país seis de estas casas de estudio (una por cada millón de habitantes) se ha llegado a 150 en<br />

el 2001, es decir, seis (6) por cada millón de habitantes, lo cual es significativo, a lo cual se agrega el gran<br />

crecimiento de la educación privada y que en general las instituciones se han diversificado y absorben una<br />

cantidad mayor de estudiantes. En efecto, las universidades públicas aumentaron de 4 a 21 mientras las<br />

privadas pasaron de 2 a 20; y el total de instituciones oficiales creció de 4 que eran en 1953 a 44 en el<br />

2001, mientras las privadas pasaron de 2 en 1953 a 56 en el 2001. El otro hecho que debe destacarse es<br />

que el sector de mayor crecimiento no ha sido el universitario sino el de otras instituciones de educación<br />

superior (colegios, institutos y politécnicos) y que la educación superior presencial ha llegado a 90<br />

ciudades en el año 2001.<br />

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