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Algunos institutos de formación eclesiástica han adquirido el rango universitario. Ellos son el Seminario<br />
Interdiocesano Santa Rosa de Lima, con cinco siglos de historia, el cual dio origen a la primera<br />
Universidad eclesiástica venezolana, y el Seminario Santo Tomás de Aquino, que funciona en la ciudad de<br />
San Cristóbal. El primero fue transformado en instituto universitario en el año 1980 (y en Universidad de<br />
Santa Rosa, en 1999) y el segundo en 1981. Ellos ofrecen estudios en Teología, Filosofía Religiosa y<br />
Pedagogía Religiosa y otorgan los títulos de Licenciado en Teología, Filosofía y Educación en carreras<br />
con cinco años de estudios.<br />
j) LOS ESTUDIOS DE POSTGRADO<br />
El sistema de estudios de postgrado en Venezuela, por su complejidad y heterogeneidad hace que no<br />
sea posible presentar, en un estudio como el presente, una visión adecuada de este nivel educativo. Sobre<br />
todo si se tiene en cuenta que este nivel de la educación superior es el que mejor refleja los fines y<br />
funciones de la universidad y el que se ha desarrollado más aceleradamente en el último medio siglo. Lo<br />
más adecuado es hacer un estudio específico sobre esta materia. Pero de manera muy sintética se puede<br />
decir que en este país funcionan para el año 2001, en 35 instituciones y 24 ciudades, unos 1.550 cursos de<br />
postgrado, con unos 49.300estudiantes (Cuadro 3.A).<br />
5.2. EL SISTEMA NACIONAL DE ADMISIÓN<br />
En 1973 el Consejo Nacional de Universidades tomó la decisión de centralizar a nivel nacional el proceso<br />
de preinscripción de los aspirantes a estudiar pregrado en las instituciones oficiales y en 1984 decidió que<br />
dicho proceso fuese obligatorio y estuviese bajo responsabilidad de la Oficina de Planificación del Sector<br />
Universitario (OPSU). En el caso de los estudios de postgrado cada institución y programa establece sus<br />
requisitos, siendo la posesión de una Licenciatura, o grado equivalente, la única exigencia común.<br />
El sistema nacional de admisión se creó porque se pensó que el mismo permitiría cuantificar con precisión<br />
la demanda real de oportunidades de estudio --que no es lo mismo que la necesidad de profesionales del<br />
país-- y controlar el fenómeno de la preinscripción múltiple que acostumbraba hacer un número<br />
indeterminado de bachilleres, no solamente en varias instituciones sino también en varias carreras. Ello,<br />
además podría facilitar la distribución más equitativa de los estudiantes en las instituciones oficiales.<br />
El primer proceso de preinscripción nacional demostró que la capacidad del sistema era insuficiente para<br />
complacer a la totalidad de los aspirantes y que la mayor proporción de esa demanda se orientaba hacia las<br />
carreras tradicionales y hacia las universidades nacionales autónomas, lo cual demostraba una evidente<br />
discordancia entre la estructura de la oferta y las necesidades del mercado laboral.<br />
Como consecuencia, la preinscripción nacional se convirtió entonces en un proceso de distribución o<br />
ubicación de estudiantes en las instituciones y en las carreras de educación superior, utilizando criterios<br />
que han ido siendo modificados para tratar de lograr mayor equidad y pertinencia.<br />
Lamentablemente, por razones muy diversas --entre ellas el carácter autónomo de las principales<br />
universidades--, el sistema nacional de preinscripción no se aplica en todas las instituciones ni en la misma<br />
forma y, como consecuencia de ello, lo cierto es que para los efectos del proceso nacional de admisión de<br />
los bachilleres, las instituciones de educación superior se dividen en tres grandes grupos:<br />
a) Instituciones. que utilizan plenamente los criterios del sistema nacional de admisión;<br />
b) Instituciones que, como ocurre con todas las instituciones del sector privado, realizan sus procesos<br />
internos de admisión con base en criterios propios; y,<br />
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