PLANTAS Y FRUTOS SILVESTRES COMESTIBLES
PLANTAS Y FRUTOS SILVESTRES COMESTIBLES
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Plantas y frutos silvestres crecen de forma natural y espontánea y aportan a nuestro<br />
organismo elementos nutritivos de alto valor biológico, vitaminas, sales minerales y otras<br />
muchas sustancias activas de propiedades preventivas y curativas, que en su inmensa<br />
mayoría, están todavía por descubrir.<br />
Las plantas silvestres tienen más vitalidad y mejor calidad biológica además de poseer mejor<br />
capacidad de adaptación al medio, que las de cultivo. Esta cualidad de la que gozan los<br />
vegetales consiste en que se adaptan a las condiciones especiales y ambientales del habitad<br />
donde crecen. Ofreciendo los nutrientes y los elementos protectores más adecuados para los<br />
lugareños de su zona, siempre que crezcan sin sufrir grandes daños a causa de los<br />
fertilizantes químicos y fumigaciones tóxicas, como los pesticidas.<br />
Las plantas y otros alimentos autóctonos nos protegen de todas las influencias negativas<br />
debilitadoras (bacterias patógenas, radiación y contaminación ambiental etc.)<br />
Pero especialmente las plantas silvestres y también las de cultivo ecológico conservan<br />
además de mejor calidad nutricional y terapéutica una huella energética propia de cada<br />
especie (esto es, su radiación específica, que como se demostró con la fotografía Kirlian,<br />
poseen todos los seres vivos) Esta radiación especial no se destruye, aun después de haber<br />
cocinado los alimentos y es mayor y de mejor calidad cuanto más silvestre y menos<br />
manipulada es la planta.<br />
Por otro lado las plantas de nuestra zona tienen un rastro de los tóxicos absorbidos del<br />
ambiente y del suelo que puede actuar como información útil para el sistema inmunitario de<br />
manera similar a la medicina homeopática, generando los anticuerpos necesarios para<br />
protegerse de esos tóxicos que proceden de las inmediaciones (Fabricas, vertidos, fumigación<br />
etc.) Siempre que no estén expuestas a focos contaminantes directos, como por ejemplo una<br />
planta que crece en un reguero de vertidos industriales.<br />
En relación con este asunto, “recientes descubrimientos sobre los efectos de la exposición<br />
oral sobre las funciones inmunológicas sugieren que los grandes cambios en la producción,<br />
transporte, preparación y consumo de alimentos en el mundo, en los últimos 50 años, pueden<br />
estar incrementando la evidencia y la gravedad de los desórdenes del Sistema Inmunitario.<br />
Investigaciones sobre la conexión de la dieta y la función inmunológica (inmuno-nutrición)<br />
sugieren maneras de reducir desórdenes inmunológicos mediante cambios en la dieta como<br />
consumir alimentos completos, preferentemente no procesados, lo más naturales posible y<br />
procedentes de los alrededores de donde se vive”. (Richard A. Cone: es biofísico en el<br />
Departamento de Biofísica de la Universidad de John Hopkins de Baltimore, USA).<br />
Por todo ello, es interesantísimo consumir lo más posible vegetales de la zona donde vivimos.<br />
Lo mismo o parecido ocurre con los alimentos de origen animal.<br />
A modo de ejemplo mostramos un análisis nutricional comparativo entre una planta silvestre<br />
como el Diente de León (Taraxacum officinale) y la Lechuga cultivada (Lactuca sativa).<br />
Destacar, que la Ciencia “oficial” reduce sus investigaciones a tres conceptos: contar, pesar y<br />
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