LAS CONSONANTES OCLUSIVAS DEL ESPAI\rOL Y ... - Contrastiva
LAS CONSONANTES OCLUSIVAS DEL ESPAI\rOL Y ... - Contrastiva LAS CONSONANTES OCLUSIVAS DEL ESPAI\rOL Y ... - Contrastiva
Università degli studi di Trieste José Mi! Saussol LAS CONSONANTES OCLUSIVAS DEL ESPAI\rOL Y EL ITALIANO Estudio contrastivo Dipartimento di scienze del linguaggio dell'interpretazione e della traduzione Trieste 2001
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Università degli studi di Trieste<br />
José Mi! Saussol<br />
<strong>LAS</strong> <strong>CONSONANTES</strong> <strong>OCLUSIVAS</strong> <strong>DEL</strong><br />
<strong>ESPAI\rOL</strong> Y EL ITALIANO<br />
Estudio contrastivo<br />
Dipartimento di scienze del linguaggio<br />
dell'interpretazione e della traduzione<br />
Trieste 2001
Dipartimento di scienze del linguaggio, dell'interpretazione e della traduzione<br />
via F. Filzi, 14<br />
34132 Trieste<br />
Tel. 040 6762300<br />
Fax 040 6762301<br />
Impaginazione: Alberto Severi<br />
Stampato nel mese di giugno 2001 presso il Centro Stampa del Dipartimento<br />
In copertina: Palazzo Balkan, sede della SSLMIT, come appariva agli ImZI del<br />
secolo. Disegno di Doriano Grison, tratto da foto d'epoca.
Indice<br />
O. Confrontacion fonematica: premisas y objetivos<br />
1. Plano fonologico<br />
1.1. Las unidades y sus rasgos esenciales<br />
1.2. Geminaciones<br />
1.3. Archifonemas<br />
1.4. Divergencias fonematicas en vocablos de<br />
etimologia comun<br />
2. Plano fonético<br />
2.1. Oclusivas sordas<br />
2.2. Oclusivas sonoras<br />
2.3. Al6fonos de !bI, Id/,y Ig/ en distribuci6n<br />
complementaria<br />
3. Consideraciones finales<br />
Bibliografia citada<br />
1<br />
15<br />
15<br />
19<br />
22<br />
29<br />
35<br />
35<br />
39<br />
40<br />
51<br />
55
o. Confrontaci6n fonematica: premisas y objetivos<br />
Si seguimos la indicaci6n fundamental que nos proporcionan<br />
tanto la lingUistica te6rica como la aplicada, relativa a la prioridad del<br />
cankter oral de las lenguas con respecto a la escritura, llegamos a<br />
una conclusi6n obvia: la opci6n de fondo que debe caracterizar las<br />
investigaciones y, como consecuencia, la realizaci6n metodol6gica<br />
de las mismas en la did::ictica, no puede prescindir de los sectores<br />
fonol6gico, fonético y pros6dico; fonol6gico porque, en el plano de<br />
la lengua, el fonema constituye la base del sistema; fonético porque,<br />
en el plano del habla, los al6fonos estan ligados a la lengua realizada<br />
oral, vista como una estructura que se manifiesta por medio de una<br />
sustancia, objeto este ultimo de la fonética (Malmberg 1977: 6);<br />
pros6dico porque las unidades tonaIes, acentuales y cuantitativas, o<br />
fonemas suprasegmentales, junto con los fonemas segmentales,<br />
forman un todo organico en la producci6n del mensaje lingUistico,<br />
cuya interpretaci6n semantica y funcional tendra un sentido u otro,<br />
en dependencia de las caracteristicas de una determinada<br />
combinaci6n con todos y cada uno de estos elementos.<br />
Pero tal opci6n de fondo (el sonido como instrumento primero),<br />
deberia tener caracteristicas y enfoques diversos, segun la tipologia<br />
de las lenguas que entran en contacto y el menor o mayor grado de<br />
afinidad entre ellas. En efecto, un estudiante inglés que intenta<br />
aprender francés, tropezara con escollos de distinta matriz de los que<br />
se encontraria si se dispusiera al estudio y a la practica del aleman,<br />
dado que, con toda probabilidad, las interferencias negativas de su<br />
lengua madre serian mas patentes en la segunda situaci6n que en la<br />
primera.<br />
El caso del espanol para italianos y viceversa ofrece una<br />
perspectiva particular. Como se trata de lenguas romanicas afines,<br />
mas superficial que profundamente semejantes, el proceso inicial
2 Las consonantes oclusivas del espaiiol y el italiano<br />
que lleva a los alumnos principiantes a la comprension y produccion<br />
de enunciados simples en una y otra lengua, se ve favorecido por<br />
una serie de rasgos fonicos que, a primera vista y por causa de una<br />
interpretacion apresurada - bajo el signo de impresiones auditivas<br />
percibidas con ausencia de criterio analitico -, aparecen como<br />
idénticos en ambas, aunque un juicio menos precipitado revele que<br />
no lo son.<br />
Tales "analogfas" crean en la conciencia de espafioles e italianos<br />
una confianza en la facilidad del aprendizaje que, de no salir al paso<br />
a tiempo para ahuyentar fantasmas de ilusiones tan poco fundadas,<br />
desembocanl en la pnktica de un espafiol o de un italiano que a<br />
interlocutores poco exigentes puede parecer pintoresca, aunque en<br />
realidad sean ofensivas desde el plano de la ortoepfa; fenomeno tan<br />
comun, debido con frecuencia a este exceso de confianza, que llega<br />
a caracterizar no solo a aprendices sino a "técnicos" del aprendizaje.<br />
Me refiero mas especfficamente a los autores de los métodos<br />
didacticos que han llegado a mis manos, dedicados al espafiol para<br />
italianos y viceversa, en los que el delicado sector que nos ocupa o<br />
brilla por su ausencia o merece el calificativo de desdichado (Saussol<br />
1998). Y esto a pesar de que las exigencias de calidad sean cada vez<br />
mayores, no solo por el continuo aumento de alumnos de espafiol en<br />
las universidades italianas, sino también por el creciente numero de<br />
facultades donde se preparan los futuros intérpretes, quienes deben<br />
familiarizarse tanto con la pronunciacion del espafiol normativo<br />
como con sus variantes, regionales y americanas incluidas (todas<br />
ellas consideradas como variedades de una misma lengua espafiola),<br />
sin perder de vista los diversos usos mas caracterfsticos en los<br />
distintos niveles de lengua.<br />
Lo expuesto es relativamente aplicable al italiano, mucho mas<br />
reducido en el espacio, y con variantes relacionadas a menudo con la<br />
diversidad y abundancia de sus dialectos - verdaderos sistemas<br />
independientes -, que pueden reflejarse e incidir en el uso del<br />
estandar con mayor o menor intensidad, segun las regiones.
Confrontaci6n fonematica: premisas y objetivos 3<br />
La situaci6n, referida a la lengua espafiola, es bien diversa. A este<br />
respecto me inclino a apoyar la tesis de A. Llorente Maldonado de<br />
Guevara (1995: 87):<br />
«[...] dentro del dominio linguistico espanol [...] s610 hay<br />
dos auténticos dialectos o, quizas mejor, dos conjuntos de<br />
hablas dialectales: el conjunto de hablas dialectales<br />
leonesas o asturleonesas, por una parte, y el conjunto de<br />
las hablas dialectales aragonesas o, mejor dicho,<br />
altoaragonesas, por otra.»<br />
Afiadimos que ambos conjuntos presentan notable reducci6n en el<br />
espacio, con un irrelevante numero de usuarios.<br />
Por otro lado, tanto las hablas meridionales y las del oeste de<br />
Espafia, como las de Canarias y el espafiol de América, a pesar de<br />
estar marcadas por caracteristicas propias, carecen de una bien<br />
definida personalidad morfosintactica, condici6n imprescindible para<br />
el uso propio de la denorninaci6n de "dialectos". Las caracteristicas<br />
mas sobresalientes que presentan estas modalidades regionales del<br />
espanol son, sobre todo, de indole fonética (con alguna repercusi6n<br />
en el plano fono16gico, como es el caso del seismo, el yeismo y la<br />
abertura vocalica meridional como marca de plural), motivo por el<br />
que su observaci6n constituye continuo punto de referencia en este<br />
estudio.<br />
Se sabe que una de las dificultades mayores que caracteriza el<br />
aprendizaje de las lenguas extranjeras proviene de la superposici6n<br />
de habitos mentales y articulatorios, pues esta demostrado que el<br />
sistema vernaculo del locutor (u otros ya adquiridos) actua como<br />
inevitable punto de referencia frente al que se desea adquirir, dando<br />
lugar a un sin fin de interferencias positivas y negativas en los<br />
diversos sectores. De modo que la tarea de detectar convergencias y,<br />
sobre todo, divergencias entre las lenguas en contacto, objeto de la
4 Las consonantes oclusivas del espaiioly el italiano<br />
linguistica contrastiva, es requisito, si no imprescindible, de mucha<br />
utilidad para la programaci6n cientffica de un curso.<br />
La conveniencia de dicho recurso metodo16gico aparece<br />
manifiesta en el caso especifico del espanol y el italiano, extremo por<br />
tratarse de sistemas en contacto que, como apuntaba arriba,<br />
presentan un alto grado de afinidad de superficie. No cabe duda de<br />
que por medio del examen contrastivo individualizamos los campos<br />
de acci6n de las interferencias negativas. De modo que, una vez<br />
detectadas, recurriremos a ejemplos y ejercicios que tiendan a<br />
eliminarlas, viniéndose a crear asi una clara conciencia de las<br />
asechanzas que actuan, generando errores sin fin, bajo la mascara de<br />
amigos que se revelan como falsos, y que afectan a todas las partes<br />
de la gramatica, a todas las unidades lingiifsticas, desde la base <br />
fonemas, al6fonos y rasgos pros6dicos - a la cuspide: el texto.<br />
Como apoyo de las anteriores apreciaciones, recurro a las<br />
estadisticas realizadas en la "Università Italiana per Stranieri di<br />
Perugia" por K. Katerinov y M.C. Boriosi (1976: VII-VIII)<br />
recogidas por quien escribe (1979: § 4.1.4.). En ellas, mediante el<br />
ana1isis de los examenes escritos y los ejercicios de miles de<br />
estudiantes de diversas nacionalidades (cursos medio y superior), se<br />
siguen evidenciando hoy con exactitud los errores mas frecuentes de<br />
los alumnos de cada uno de los grupos lingiiisticos en relaci6n con<br />
la lengua objeto del aprendizaje: el italiano. Pongo en consideraci6n<br />
algunos de los datos parciales obtenidos:<br />
NQ de estudiantes: 100 lengua madre: aleman n Q de errores 696<br />
» » inglés » 928<br />
» » espanoI » 1.693<br />
» » francés » 712<br />
» » griego » 1.126<br />
» lenguas eslavas » 875
Confrontacion fonematica: premisas y objetivos 5<br />
Los errores mas frecuentes son morfol6gicos, sintacticos, léxicos<br />
y ortograficos. Entre estos ultimos, y en consonancia con la<br />
naturaleza del analisis que nos ocupa, nos interesa destacar el que se<br />
refiere al uso apropiado de los grafemas dobles del italiano: es<br />
evidente que el alto numero de errores de los estudiantes espanoles,<br />
que llega a 135 (superado s610 por los 190 de los griegos, frente a<br />
una media de 50 para las demas lenguas) se debe al hecho de que la<br />
ausencia de consonantes geminadas en espanol ocasiona una<br />
interpretaci6n auditiva err6nea de las mismas que les induce a<br />
identificarlas como simples "muy bien pronunciadas" (ver aqui §<br />
1.2.)<br />
Si consideramos que, a causa de las interferencias negativas, las<br />
dificultades que encuentra un estudiante italiano para aprender<br />
espanol vienen a ser poco mas o menos las mismas en cuanto al<br />
numero - segun tengo oportunidad de comprobar en el ejercicio de<br />
mi labor docente -, y a la vista de unos datos que hablan por si<br />
mismos, la conclusi6n que se obtiene del analisis objetivo del hecho,<br />
justifica nuestras apreciaciones sobre la importancia de detectar tales<br />
interferencias y su diversa tipologia, aunque seamos conscientes de<br />
que los resultados de la confrontaci6n de los sistemas en contacto<br />
constituye s610 un conveniente requisito entre los que forman el<br />
bagaje cientifico de los técnicos de la ensenanza.<br />
Recurro a una nota mia (1993: XIII) en la que me referfa al<br />
interés de los estudios contrastivos de sectores espedficos. En el ya<br />
lejano 1977, un grupo de socios de la AISPI (Associazione Ispanisti<br />
Italiani) present6 un proyecto para una Gramatica contrastiva del<br />
espaiiol y el italiano, tal vez a causa del estlmulo que representaba el<br />
notable corpus de estudios aparecidos sobre la observaci6n<br />
contrastiva de las estructuras lingiiisticas del espanol y el inglés. El<br />
resultado del proyecto se concret6 en la publicaci6n de una serie de<br />
trabajos aislados: breves monograffas de corto alcance sobre<br />
problemas gramaticales y semanticos (cfr. M.V. Calvi 1983: 9-16).
Confrontacion fonematica: premisas y objetivos 7<br />
si consideramos el rasgo tenso como un aumento de la cantidad total<br />
de energia y de su expansi6n en el tiempo - por la articulaci6n - y,<br />
en fonética acustica, como zonas de resonancia mas netamente<br />
definidas en el espectro (ver aqui § 1.1.), al aplicar estas premisas al<br />
italiano también, obtenemos que la base articulatoria de sus<br />
consonantes, sobre todo en determinadas posiciones, suele ser mas<br />
tensa que la del espanol, cuya tensi6n articulatoria, en su realizaci6n<br />
normal, apareceria como relativa, menor de todos modos que la que<br />
puede registrarse en otras lenguas, lo que origina una serie de<br />
cambios fonéticos, a veces con reflejo en la fonologia (consultar<br />
aqui § 1.3.).<br />
Con el examen contrastivo del sector que seguidamente<br />
realizamos, me propongo diversos objetivos:<br />
a) Ofrecer los resultados de mi investigaci6n a una nueva y<br />
actualizada Fonologia y fonética contrastivas del espanol y el<br />
italiano, para cuya elaboraci6n, segun los posibles enfoques,<br />
pueden ser de utilidad algunos estudios a los que nos referiremos<br />
mas adelante.<br />
b) Analizar una serie de situaciones contrastivas, vistas ya desde la<br />
fonologia hist6rica, ya desde la sincronia contemporanea, en los<br />
planos fono16gico y fonético de ambas lenguas que, hasta el<br />
momento, o no se han tratado con rigor cientifico o no se han<br />
expuesto.<br />
c) Aplicar los resultados de dicho anlliisis a una didactica mas<br />
correcta del sector con indicaci6n de aspectos que, hasta ahora,<br />
han mostrado mayores dificultades para la ensenanza-aprendizaje.<br />
d) Hacer notar c6mo tales dificultades o no existen, o se ven<br />
considerablemente disminuidas si llevam08 a la practica 108 frutos<br />
de las investigaciones cientfficas.
8 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
e) Poner de relieve c6mo la extendida opini6n que el espanol y el<br />
italiano para italo- e hispanohablantes respectivamente, son las<br />
lenguas extranjeras mas faciles, tanto que no merece la pena<br />
perder tiempo con su estudio, no es mas que un t6pico <br />
extendido no s610 entre personas de escasa cultura -, que pone de<br />
manifiesto una buena dosis de ligereza e infundado optimismo.<br />
Por lo que respecta al objetivo a), es oportuna la referencia a<br />
algunos de los trabajos especificos dedicados a los estudios<br />
aludidos, cuyo conocimiento puede 'ser de utilidad para los<br />
estudiosos; en ellos, ademas, se refleja el estado de las<br />
investigaciones relacionadas con el sector, a partir de finales de la<br />
primera mitad del siglo XX hasta el momento.<br />
Es de interés el artfculo de H. Lausberg (1947). A pesar de<br />
obedecer su analisis descriptivo de los sistemas comparados a<br />
criterios hoy superados, en las 16 paginas que lo componen se halla<br />
mas de una nota de valor (sobre todo en lo concerniente a su<br />
investigaci6n sobre los orfgenes hist6ricos de las divergencias<br />
fundamentales entre los sistemas en contraste), aunque aquf y alla<br />
las personales impresiones auditivas le lleven a discutibles<br />
apreciaciones, que hoy pudieran parecer poco cientfficas.<br />
Otros artfculos de C. Tagliavini (1947, 1949-1950), con<br />
abundantes notas contrastivas, se situan, como el anterior, en el<br />
ambito de los estudios del momento, en el que los investigadores no<br />
tenfan a disposici6n ni los materiales ni los datos con los que hoy<br />
contamos, ademas de apelar a criterios restrictivos, con frecuente<br />
descuido de las realizaciones consideradas entonces como<br />
"vulgares". Sigue Tagliavini el Manual, ya c1asico, de T. Navarro<br />
Tomas, publicado en 1918 (citado aquf en la 10" ed. de 1961). En<br />
trabajos mfos anteriores (1978: 20, 33, 66,70, 137; 1983: 39, 48<br />
49, 58, 70, 139) me ocupo de comentar y perfilar las aportaciones<br />
de este ilustre exponente de la filologia romanica, dignas todavfa de<br />
consideraci6n y examen atento.
Confrontacion fonematica: premisas y objetivos 9<br />
En el ambito de la linguistica comparativa y la fonética historica,<br />
es asimismo de interés 'el articulo de G. Pellegrini (1950), cuya<br />
fuente de informacion para la fonética del espafiol es el citado<br />
Manual de Navarro Tomas, vigente aun bajo muchos aspectos,<br />
sobre todo si consideramos que en el plano fonico, durante el siglo<br />
XX, la lengua no ha presentado cambios sensibles. Una vez<br />
conc1uidos los avatares del final de la Edad Media y las<br />
transfonologizaciones y reajustes del Siglo de Oro, se puede afirmar<br />
que «Hoy en dia - variedades regionales o dialectales aparte - e1<br />
sistema fonologico del espafiol esta bien asentado y no se perciben<br />
cambios de importancia a corto y medio plazo» (Gomez Torrego<br />
1998: 23); en todo caso, los cambios han tenido lugar en la<br />
metodologia de las investigaciones y en los instrumentos, con<br />
notable desarrollo de la fonética acustica.<br />
Aunque la comparacion linguistica efectuada por Pellegrini se<br />
refiera al espafiol y a los dialectos vénetos (pronunciacion rural de<br />
Padua, Vicenza y Treviso), este trabajo proporciona notas de<br />
indudable valor. Ciertamente, en el lector contemporaneo podra<br />
surgir alguna perplejidad ante algunas de sus afirmaciones, debidas<br />
sin duda a una interpretacion equivocada de algunas de las<br />
apreciaciones de Navarro Tomas en su Manual; asi, cuando se<br />
refiere a la «scarsa differenziazione fonologica fra le/-/EI ed 10/-/2>1»<br />
en espafiol (cfr. cito p. 115 Y nota n Q<br />
1 en p. 116). Y es que, como<br />
bien se sabe, en el subsistema vocilico del castellano no existe<br />
diferenciacion fonologica alguna entre las posibles realizaciones<br />
abiertas o cerradas de sus unidades, pues tanto la apertura - minima<br />
si la comparamos con la que se observa en italiano -, como el cierre<br />
de las vocales se identifican en todo caso con usos fonéticos<br />
ocasionales e inestables. Mas excusable es su erronea alusion a Irl y<br />
(rl como unico ejemplo en espafiol de distincion entre «consonante<br />
scempia: consonante geminata» (sic. p. 116), por moverse en el<br />
ambito de la fonologia tradicional, anterior a la definitiva<br />
c1asificacion de Alarcos (1961: §§ 104-106). Pienso que hubiera<br />
sido mejor mencionar en tal caso la unica oposicion existente: In! <br />
Inni, a pesar de su muy reducido rendimiento funcional, aunque ya
lO Las cansonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
vigente en el ano de la redaccion de su trabajo, de todos modos<br />
ejemplar.<br />
Con una muy habil aplicacion de los resultados obtenidos por E.<br />
Alarcos en sus estudios sobre fonologia, asi como del fruto de las<br />
investigaciones de fonologos de prestigio como B. Malmberg, P.<br />
Fiorelli, B. Migliorini, A. Castellani y otros, el articulo de J. Arce<br />
(1962-1984), en el ambito de la lingUistica contrastiva, es, a mi<br />
parecer, el que mas garantfas cientificas ofrece, de cara al examen<br />
sincronico contrastivo de los sistemas fbnologicos del espanol y el<br />
italiano contemporaneos. Aunque en él, por obvios motivos de<br />
método, las realizaciones fonéticas son colaterales de acuerdo con el<br />
tema tratado y, por lo tanto, no pueden constituir materia centraI de<br />
anaIisis, estimo que se trata de una fuente de referencia obligada para<br />
los estudiosos de fonologia y fonética contrastivas del espanol y el<br />
italiano. Por mi parte, amplio y perfilo los resultados de Arce en mi<br />
articulo sobre las unidades fonematicas de ambas lenguas (1986).<br />
AM. Mioni, en su Fonematica contrastiva (1973) y en e1 capitulo<br />
dedicado al espanol (pp. 111-126), nos ofrece un muy sucinto<br />
panorama contrastivo en el que, junto a las notas de valor, conviven<br />
otras exentas de propiedad y que, por lo tanto, pueden aparecer<br />
como desviantes. Tal es el caso - por dar un solo ejemplo -, de las<br />
realizaciones de /bI, Idi y Ig! postnuc1eares (p. 113), cuya<br />
desonorizacion en [p], [t] Y [k], segun él, es corriente, por lo que<br />
nos presenta las siguientes transcripciones:<br />
[atxe' ti{3o] adjetiva y [' sikno] signa<br />
como ejemplos de pronunciacion nOlmativa y sin ac1aracion alguna<br />
sobre e1 niveI o estilo de lengua en que podrian aparecer tales<br />
primores.<br />
Caractensticas analogas presenta el volumen de G. Mazzotta<br />
(1984) en la parte dedicada al examen contrastivo del italiano y el
Confrontacion fonematica: premisas y objetivos 11<br />
espanol (pp. 170-192). No deja de causar una eielta perplejidad que<br />
su autor siga dando por vigentes en 1984 los postulados de T.<br />
Navarro Tomas de 1918 (cfr. la edicion de su Manual de 1961: §§<br />
52, 59) con referencia a las posibles realizaciones abiertas de las<br />
vocales espanolas, a pesar de su demostrada irrelevancia y la<br />
marcada inestabilidad de un uso cuya pertinencia pedagogica para<br />
alumnos italianos es mas que discutible, sobre todo si consideramos<br />
que para el espanol universal los fonologos contemporaneos<br />
reconocen, en distribucion complementaria, solo cinco alOfonos<br />
orales y einco nasales a sus fonemas vocaIicos (cfr. Mazzotta, cit.,<br />
p. 175). Por otra parte, Wor qué reduce el numero de los fonemas<br />
consonanticos espanoles de 19 a 18? Nada dice sobre los criterios<br />
que le inducen a desterrar a uno de ellos, privandonos asi nada<br />
menos que del fricativo palatal sonoro IJI en, p.e., /baJa/vaya (cfr.<br />
ibid., p. 181), bien presente, desde hace siglos, en todas las<br />
numerosas regiones de habla hispana.<br />
Por lo que a mis posibles aportaeiones se refiere, en la<br />
bibliografia que completa este trabajo se indican los estudios que he<br />
ido dedicando a esta parte esencial de la disciplina que conocemos<br />
como Lengua espafiola. Sobre ellos es mejor que eluda comentarios,<br />
pues prefiero dejarlos al curioso, discreto y, sobre todo, paeiente<br />
lector.<br />
***<br />
En consonancia con los objetivos de este estudio, ya expuestos,<br />
las presentes anotaciones se refieren a los sistemas fonologicos<br />
actuales del espanol ibérico (variantes regionales incluidas, con<br />
referencias de rigor al espanol de América), y del italiano estandar y<br />
sus "dialectos", denominacion esta ultima, como sugeria arriba, no<br />
exenta de riesgos, pues a menudo encontramos en ellos una acusada<br />
personalidad tanto fonologica como morfosintactica, con manifiesta<br />
independeneia de lo que hoy conocemos como "italiano estandar"<br />
(ver aqui § 3.)
12 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
Este trabajo se identifica con los presupuestos te6ricos basilares<br />
de la linguistica contrastiva, expresados ampliamente en las obras de<br />
R. Lado (1957) y R.l. Di Pietro (1977) entre otros. Como<br />
consecuencia, en él la confrontaci6n entre ambos sistemas - y sus<br />
respectivas realizaciones orales -, tiene como finalidad principal<br />
senalar y analizar las divergencias que suelen constituir las bases de<br />
sus respectivas caracterizaciones fono16gicas y fonéticas, relegando<br />
a un segundo plano de la investigaci6n sus aspectos comunes,<br />
coincidencias y paralelismos, objeto de la linguistica comparativa,<br />
diversa también por sus objetivos, centrados en la busqueda de la<br />
regularidad de los fen6menos lingiiisticos entre lenguas diversas,<br />
explicados como consecuencia del cumplimiento de leyes fonéticas<br />
universales.<br />
El enfoque seguido es estructural y funciona1. En cuanto a los<br />
al6fonos, su observaci6n se situa en el plano de la fonética<br />
articulatoria y sintactica. A pesar de las escuetas y esenciales<br />
referencias a la fonética acustica, en todo momento he tenido<br />
presente sus aportaciones.<br />
En este trabajo he seguido el cIiterio imprescindible (ya<br />
tradicional en los tratados de fonética, aunque en los métodos de<br />
ensenanza del espanol y del italiano se trate, si llega a tratarse, en<br />
modo parcial e insuficiente) de no anotar s6lo las realizaciones<br />
cultas, cuidadas o normativas de los fonemas, planteamiento que<br />
equivale a presentar una visi6n unilateral, incompleta y desviante de<br />
los hechos del habla. Por lo tanto, las realizaciones del niveI medio<br />
seran un punto obligado de referencia, sin dejar a un lado las del<br />
niveI popular y las regionales mas destacadas (usos denominados<br />
por los puristas como vulgares o periféricos), pues es en ellos donde<br />
las tendencias de la lengua realizada oral a veces se manifiestan con<br />
mas vigor.<br />
Con el fin de aclarar algunas situaciones e individuar el origen de<br />
los contrastes de base, se recurre a la fonologia hist6rica, siempre
Confrontaci6n fonematica: premisas y objetivos 13<br />
que la diacronia ayude ,a una mejor comprensi6n del sistema, las<br />
normas y el uso, observados en sus manifestaciones actuales.<br />
En este estudio se usan los simbolos del Alfabeto Fonético<br />
Internacional, con las siguientes aclaraciones:<br />
Con el simbolo [5] me refiero al alOfono fricativo en distribuci6n<br />
complementaria de Idi, y también, con las oportunas indicaciones, a<br />
su posible pronunciaci6n como interdental.<br />
Uso el simbolo IJI para indicar el fonema del espanol palatal,<br />
fricativo, sonoro y a su al6fono fricativo, reflejado en las grafias y,<br />
hi-, en p.e. ImaJol mayo o IJéRbal hierba, con el fin de distinguirlo<br />
de la semiconsonante [j], alOfono de Iii en Ikiéro/, ['kjero] quiero.<br />
Con el simbolo (J] represento el al6fono africado palatal sonoro<br />
del fonema IJ/, como en<br />
['JulJke] yunke, [tam'bjet;t 'Jo] también yo, [e,l 'Juyo] el yugo<br />
Ante la conveniencia de utilizar un unico simbolo en el plano<br />
fonol6gico, uso Ic/ch para el africado palatal sordo en, p.e. Imucacol<br />
muchacho, y [lf] para su alOfono en el plano fonético, como en<br />
[mu'lfalfo] muchacho, soluci6n que no hemos podido adoptar en el<br />
caso de los fonemas del italiano Itsl y Idzl (en, p.e., Ivitsil vizi y<br />
Idzandzara/ zanzara), por no disponer de simbolos unicos para<br />
representarlos.<br />
Tanto los fonemas como las transcripciones fonol6gicas se<br />
representan entre barras oblicuas (j l); los alOfonos y transcripciones<br />
fonéticas se senalan entre corchetes ([ ]). Los archifonemas se<br />
transcriben con mayusculas.
1. Plano fonologico<br />
1.1. Las unidades y sus rasgos esenciales<br />
Tanto en el sistema fono16gico del espanol ibérico y americano,<br />
como en el del italiano, aparecen seis fonemàs oclusivos: los sordos:<br />
Ipl labial, Itl dental, Ik! velar, y sus correspondientes sonoros /bI, Idi<br />
y Ig/.<br />
En ambas lenguas, por su articulaci6n, las seis unidades anotadas<br />
se producen mediante el cierre u oclusi6n de los 6rganos<br />
articulatorios. Esta oclusi6n tiene lugar en la cavidad bucal: Ip/, en<br />
los labios; It/, presi6n de la lengua contra los dientes incisivos<br />
superiores y, con relaci6n a Ik/, en la acci6n del velo del paladar<br />
contra la pared faringea. En los mismos lugares se realizan los<br />
correspondientes sonoros: respectivamente /bI, Idi y Igi.<br />
Con respecto a estos tres ultimos, para el espanol el rasgo<br />
"oclusivo" no es pertinente, pues en posici6n sihibica prenuclear y<br />
en dependencia de las pausas, los contactos nexuales o el énfasis, se<br />
realizan sus a16fonos fricativos en distribuci6n complementaria [(3],<br />
[5] Y [y], o los oclusivos [b], [d] y [g]. Se trata pues de un primer<br />
contraste que en el plano fono16gico hallamos entre el espanol y el<br />
italiano, lengua donde a estos fonemas consonanticos orales se les<br />
reconoce un unico alMono, oclusivo siempre (véase MuljaCié 1972:<br />
§ 23; cfr. Canepari 1999). No obstante, puesto que en el area<br />
italiana, en zonas no bien delimitadas, puede aparecer también el<br />
fen6meno de la fricaci6n debido al influjo de sus dialectos, tomamos<br />
la anterior constataci6n de los fon6logos con alguna reserva (ver<br />
aqui §§ 2.2., 2.3.)
16 Las consonantes oclusivas del espanol y et italiano<br />
En fonética acustica estas consonantes se denominan explosivas o<br />
momentaneas; "explosivas" porque su fase audible es la que<br />
coincide con la apertura de los 6rganos articulatorios con<br />
consiguiente liberaci6n del aire comprimido en la cavidad bucaI; las<br />
denominamos "momentaneas" porque en la percepci6n de estos<br />
sonidos se produce una interrupci6n que constituye una<br />
caracteristica basilar de la serie. Estas dos caracteristicas son<br />
comunes a las dos lenguas que comparamos.<br />
Tanto en espafiol como en italiano, el rasgo tenso (mayor presi6n<br />
de aire y deformaci6n del aparato fonador), inherente al rasgo sordo,<br />
y el rasgo laxo o flojo (menor presi6n de aire en la cavidad, cietTe<br />
total de la glotis, deformaci6n mas leve del aparato fonador y<br />
relajamiento mas rapido de la constricci6n), inherente al rasgo<br />
sonoro, son redundantes; no como en aleman, francés e inglés<br />
donde constituyen rasgos pertinentes (véase Jakobson 1963: 150<br />
157).<br />
Debe tenerse presente, por lo tanto, que las consonantes<br />
explosivas sordas /p/, /t/, /k/ del castellano, son «mas tensas, mas<br />
enérgicas» y presentan «un contacto mas amplio que las<br />
correspondientes sonoras; por lo tanto, nuestras explosivas sordas<br />
[del espafiol] seran nonnalmente tensas, y su correspondiente serie<br />
sonora, débil. » (A. Quilis 1993: § 6.6.), aserci6n que es asimismo<br />
aplicable a las oclusivas del italiano, sin perder de vista lo anotado<br />
en § o.: como tendencia generaI, el grado de tensi6n, de energia<br />
articulatoria tiene un mayor margen de uso en italiano estandar, con<br />
particular relevancia en la realizaci6n de los fonemas oclusivos.<br />
De modo que a pesar de la redundancia del rasgo tenso-débil, en<br />
nuestro examen contrastivo estimo que interesa recurrir a él para<br />
poder sefialar divergencias fonéticas caracterizantes de las lenguas en<br />
contraste.<br />
A la mayor tensi6n y energia de las consonantes del italiano - de<br />
manifiesto sobre todo cuando éstas se encuentran en posici6n<br />
postnuclear, con formaci6n de silabas cerradas, en el caso de las
Plano fonologico 17<br />
numerosas geminaciones y en final de palabra - debe anadirse otro<br />
factor: la frecuencia de las oclusivas, sordas y sonoras en su efectiva<br />
realizaci6n, del que pasamos a ocuparnos.<br />
Sigo, para el espanol, el recuento efectuado por A. Quilis y M.<br />
Esgueva (1980) sobre la lengua hablada; para el italiano, el de R.<br />
Busa, C. Croatto-Martinolli, L. Croatto, C. Tagliavini y A.<br />
Zampolli, recogido por Z. Muljacié (1972: § 49). Las cifras se<br />
refieren a la frecuencia relativa de ocurrencia, con base en %:<br />
Ipl - Esp. 2, 77 H.2,98 + Ippl 0,16<br />
N - Esp. 4, 53 H.5,67 + Itt/ 0,67<br />
/kI - Esp. 3,98 H.4, lO + Ikkl 0,20<br />
/bI - Esp. 2, 37 H. 0,52 + /bbl 0,25<br />
Idi - Esp. 4, 24 It. 3, 31 + Iddl 0,006<br />
Igj - Esp. 0,94 H.0,38 + Igg/ 0,004<br />
A la vista de estos datos podemos deducir:<br />
1) Las oclusivas sordas (rasgo tenso), tienen en italiano mayor<br />
ocurrencia que en espanol, sobre todo con respecto a IV y IkI.<br />
2) Las oclusivas sonoras (rasgo fiojo), tienen en espanol una mayor<br />
ocurrencia que en italiano. Destacan las ocurrencias de /bI en<br />
espanol, en relaci6n con las del italiano.<br />
Vienen a incrementar la frecuencia de uso del rasgo fiojo de la<br />
serie de las sonoras hispanas, los extendidos y abundantes casos de<br />
sonorizaci6n de las sordas en posici6n prenuclear (ver aquf § 2.1.),<br />
no considerados en las estadfsticas porque no son ni normativos ni<br />
estables. De modo que, con respecto a las consonantes oclusivas, se<br />
da una mayor frecuencia de uso del rasgo tenso en italiano. Por el<br />
contrario, el espanol muestra mayor preponderancia del rasgo fiojo,
18 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
una mayor tendencia a la sonorizaci6n que, en relaci6n con las zonas<br />
geograficas y los niveles de lengua, va mas alla de la serie que nos<br />
ocupa; en efecto, el 77,41 % de la totalidad de sus sonidos son<br />
sonoros (A. Quilis 1993: § 2.9.1.)<br />
En cuanto al italiano, no me es posible dar un porcentaje con<br />
todas las garantfas, para realizar una precisa confrontaci6n con el<br />
espafiol. En el momento actual, es conocida la disparidad de puntos<br />
de vista de los fon610gos en el sector dé su consonantismo, por lo<br />
que se refiere a una aceptaci6n general de sus unidades y<br />
consiguiente inclusi6n respectiva en los inventarios de los fonemas y<br />
a16fonos, como normalmente ocurre en castellano.<br />
Esta circunstancia me aconseja presentar la cifra del recuento,<br />
efectuado por mi, con la debida cautela. Su resultado, obtenido de<br />
los cuadros de los fonemas vocalicos y consonanticos con sus<br />
a16fonos mas importantes, segun Canepari (1979: §§ 13.1., 13.25;<br />
cfr. 1999), es el siguiente: el 71,4 % de los sonidos del italiano son<br />
sonoros. Consciente de la aventura que presupone dar como ciertas<br />
cifras sobre recuentos de sonidos, aun en espera de una clara y<br />
univoca sistematizaci6n, me limito a afirmar que también en italiano<br />
los sonidos sonoros superan a los sordos, aunque no en porcentaje<br />
tan elevado como ocune con el espafiol.<br />
Puesto que, por la articulaci6n, el cierre del canal bucaI es comun<br />
a las consonantes orales p, t, k, b, d, g, y a las nasales m, n, ii,<br />
habria que incluirlas todas bajo el mismo epigrafe, mas con esta<br />
oportuna puntualizaci6n: como oclusivas orales y oclusivas nasales.<br />
Sin embargo, a causa de la diversidad de rasgos ya fisio16gicos entre<br />
ambas series - abertura del canal rinofaringeo en las nasales -, ya<br />
acusticos - componentes formanticos bien acusados -, preferimos<br />
separar ambas series en secciones diversas.
20 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
/k5pja/ copia Cespo abundancia) -/k5ppja/ coppia Cesp.pareja)<br />
/puto/ de putire Cespo heder) - /putto/ putto Cespo amorcillo)<br />
/bako/ baco Cespo gusano) -/bakko/ Bacco Cespo Baco)<br />
/Hbra/ Libra Cesp. Libra) - /lfbbra/ libbra Cesp. libra, peso)<br />
/ad5 tto/ de adottare Cesp. adoptar) - /add5 tto/ de addurre Cesp.<br />
procurar)<br />
/ségo/ sego Cesp. sebo) - /séggo/ de sedere Cesp. sentar)<br />
La conservaci6n de las consonantes sordas geminadas es generaI<br />
en la Romania orientaI, y su reducci6n a simples abarca toda la<br />
occidental (ver aqui § 1.4.); fen6meno que podemos observar hoy<br />
también en los dialectos vénetos, asi como en triestino. N6tese que<br />
las posiciones geograficas de los territorios lingiiisticos sefialados<br />
son periféricas. Se trata de areas laterales de un dominio lingiiistico<br />
mas amplio: el de la "Romania Occidental" (G. Pellegrini 1950: 118<br />
119, 122); en el caso del triestino conviene destacar su ascendencia<br />
véneta.<br />
El denominado refuerzo sintactico, que caracterÌza al italiano<br />
estandar- toscano y centro-meridional (véase L. Canepari 1980: §<br />
2.3.), tiene su origen en la asimilaci6n regresiva (
Plano fonologico 21<br />
El refuerzo sintactico es un principio interno a la estructura fonica<br />
del italiano y, por lo tanto, forma parte integrante de éL No se puede<br />
aplicar lo mismo para el fenomeno analogo que se observa en el area<br />
hispanica, por el que se producen también emisiones de consonantes<br />
dobles, o muy cercanas a ellas, como resultado de la asimilacion<br />
regresiva de [h] aspirada - variante alofonica de /s/ - a la consonante<br />
que la sigue, del tipo<br />
/obispo/ - [o' 13ippo] qbispo<br />
/m6sto/ - Cm:)tto] mosto<br />
/peskaR/ - [pek 'kaI] pescar<br />
/mismo/ - ['mimmo] mismo<br />
Son corrientes en las zonas de espafiol meridional, en el habla<br />
popular de Madrid y hasta en las mas amplias regiones de yefsmo, y<br />
no solo en registros vulgares o marcadamente regionales (consultese<br />
Lapesa 1985: § 121, 3).<br />
M. Alvar (1996: 243) refiere el fenomeno solo al contacto /s/<br />
aspirada + consonante sonora, y da, entre otros, los ejemplos que<br />
siguen, referidos no ya al interior de la palabra sino a la fonética<br />
sintactica (transcripciones fonéticas mias):<br />
[la13 '13rayah] las bragas<br />
['bwen :)()'()ia] buenos dias<br />
[bxxa13 i'lane ]los gabilanes<br />
[lab'bij1ah] las viiias<br />
[bg' gweJ3:) ] los huevos<br />
[lam' m:) hka h ] las moscas<br />
Estas variantes, como las anotadas arriba con respecto al refuerzo<br />
sintactico del italiano, tienen interés en el plano fonético, sin que<br />
lleguen a repercutir en el cuadro de los fonemas de las respectivas<br />
lenguas. Pero frente a la diversidad y consistencia del fenomeno en<br />
italiano, las variantes hispanicas anotadas son inestables. Ademas,<br />
mientras que en italiano se advierte daramente la gerninacion de las<br />
consonantes - con sus fases compresion del aire / explosion,
24 Las consonantes oclusivas del espaiiol y el italiano<br />
ocupa, los al6fonos de /bI, Idi y Ig/ (con mayor ocurrencia de los<br />
fricativos) que aparecen en distribuci6n complementaria, de los que<br />
nos ocuparemos en § 2.3.; de modo que asi se cumple una vez mas<br />
en la lengua espafiola el universal lingiiistico del minimo esfuerzo o<br />
economia lingUistica. En este caso, con menor energia articulatoria<br />
puede obtenerse el mismo resultado comunicativo. Las anteriores<br />
emisiones que acabo de transcribir, ya caracterizantes de la lengua,<br />
son normativas y conviven con las consideradas por los ort610gos<br />
como "mas cuidadas", esto es:<br />
['apto] - [at'mosfera] - [ak'tor]<br />
Asi es que en posici6n silabica postnuclear o implosiva se<br />
produce una neutralizaci6n entre los fonemas oclusivos sordos y los<br />
oclusivos sonoros, pues las oposiciones fono16gicas entre Ipl - /bI,<br />
Itl - Idi y /k/ - Ig/ pierden su caracter distintivo, dejan de ser<br />
pertinentes. Resultado de esta neutralizaci6n son los archifonemas<br />
correspondientes que se indican con los simbolos !BI, IDI y IG/, de<br />
donde las transcripciones fonol6gicas:<br />
/aBto/ - /aDm6sfera/ - /aGt6R/<br />
Con los archifonemas sefialamos el rasgo comun de los fonemas<br />
neutralizados, relativo al lugar de articulaci6n. Asi, con (BI<br />
indicamos bilabial; con /DI, dental y con IG/, velar.<br />
Tanto en realizaciones enfaticas como en expresiones ocasionales<br />
del niveI culto, incluso por influjo de la memoria de la ortografia y<br />
de modo no continuo, hemos visto que se conservan [p], [t], [k],<br />
a16fonos prodigados también en los medios de informaci6n<br />
espafioles - radio y sobre todo televisi6n -, quiza porque nuestros<br />
locutores suelen leer lo que dicen, o piensan que pronunciando de tal<br />
modo, lo dicho adquiere mayor lustro cultural... En mi opini6n se<br />
trata de realizaciones, a menudo forzadas, que no son indicativas de
Plano fonologico 25<br />
las reales tendencias de la lengua en su estado actual, por las que,<br />
como hemos visto, se'llega no s610 a la modificaci6n de estas<br />
consonantes postnucleares, sino a su normal omisi6n en otras voces<br />
como septiembre y séptimo, registradas en el Diccionario de la Real<br />
Academia (1992) también como setiembre y sétimo.<br />
En el ambito del archifonema /DI del espanol incluimos las<br />
frecuentes realizaciones del oclusivo dental sonoro Idi que, en<br />
posici6n implosiva postnuclear, suele desonorizar llegandose a<br />
producir [8] relajado en final de palabra en formas nominales<br />
(Madrid), verbales (id) y en interior, sobre todo si le sigue una<br />
consonante sorda (adquirir); de modo que se da neutralizaci6n entre<br />
Idi (> al6fono [5] interdental, fricativo, sonoro) y 181 (interdental,<br />
fricativo, sordo) en infinidad de vocablos como<br />
/aDxetibo/ adjetivo<br />
lbeRdaD/ verdad<br />
lkoréD/ corred<br />
que en la realizaci6n de un espanol conversacional, en el niveI<br />
medio, se pueden transcribir:<br />
[a8xe'ti{3o] - [ber'òa8] - [ko'fe8]<br />
Esta tendencia fonética desde Valladolid, Salamanca, Madrid y<br />
Castilla la Vieja, se extiende por buena parte del territorio nacional,<br />
aunque de modo discontinuo y, segun puede observarse, hasta en el<br />
habla de un mismo informante, en altemancia con [d] Y [5] en<br />
registros cultos, o en producciones mas cuidadas:<br />
[adxe'ti{3o] - [ber'.daò] - [ko'fed]<br />
[aòxe'ti{3o] - [ber'òaò] - [ko'feò]
26 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
o bien con la supresi6n de la consonante, muy generalizada en todos<br />
los niveles del habla, tanto en Espana como en Hispanoamérica, y<br />
que, como en el primer vocablo que transcribo, puede ocasionar,<br />
por compensaci6n, el refuerzo de [x]:<br />
[ax:e'ti(3o] - [ber'5a] - [ko'fe:]<br />
y en el ultimo, una posible mayor duraci6n de [e], y un eventual<br />
margen silabico con [5] o [8], tan leve que, en caso de<br />
desonorizaci6n ([8]), puede negar a ser poco perceptible.<br />
Pero las realizaciones anotadas, con matices de producci6n<br />
fonética mas o menos marcados, por influjo de los diversos<br />
contextos operantes en la interacci6n comunicativa, no s6lo se<br />
registran en todos los niveles, sino que negan a afectar, ya en<br />
emisiones mas abiertamente vulgares, a términos como atmosfera,<br />
atlas, étnico, pronunciados<br />
[a8'mo h fera] - ['a81as] - ['e8niko]<br />
a causa del paso de [t] > [d] > [5], con normal desonorizaci6n del<br />
al6fono fricativo dental, que nega, en esta posici6n, al interdental<br />
[8], pues segun anota T. Navarro Tomas (1961: §100), [5] se<br />
produce frecuentemente como "dentointerdental", teniendo en cuenta<br />
que la posici6n dental o la interdental, con mayor o menor grado de<br />
fricaci6n, es vacilante.<br />
Una presencia menos justificable de [8] en silaba cerrada se<br />
advierte en otro contexto f6nico: en el grupo /-Gt-/, como tendencia<br />
del espanol conversacional en registros de los niveles mas bajos <br />
aunque frecuentes incluso entre personas cultivadas -, y en términos<br />
cultos como
paGto/<br />
Plano fonologico 27<br />
/doGt6R/<br />
/aGtibidaD/<br />
pacto<br />
doctor<br />
actividad<br />
ya en el ambito del archifonema /G/, realizados no con las<br />
pronunciaciones mas comunmente adoptadas, normativas; esto es:<br />
sino:<br />
['pakto]<br />
['pagto]<br />
['payto]<br />
- [dok'tor]<br />
- [dog'tor]<br />
- [doy'tor]<br />
- [akti13 i'oao]<br />
- [agti13 i'oao ]<br />
- [ayti13 i'oao]<br />
['paSto], [doS'tor], [aSti13i'oaS]<br />
uso linguistico que denotarla una escasa preparaci6n fonética por<br />
parte de los hablantes, pero que, de todos modos, revela también, y<br />
mas que nada, frecuentes realizaciones de la lengua en su estado<br />
actual.<br />
En la situaci6n que acabamos de observar, estimo que los<br />
contrastes de relieve entre ambas lenguas son los siguientes:<br />
En espanol se conservan los grupos latinos y griegos de origen,<br />
en interior de palabra, en una amplia serie de vocablos que suelen<br />
ser de reposici6n culta tardia, pues de haber seguido éstos desde<br />
antiguo las tendencias f6nicas de la lengua, hubieran llegado a las<br />
normales soluciones que se advierten en las demas derivaciones.<br />
Para ejemplificar brevemente, de los vocablos latinos scriptura y<br />
lac, lactis se ha llegado a escritura y leche respectivamente, y no a<br />
*escriptura y *lecte.
28 Las consonantes oclusivas del espaflOl y el italiano<br />
De modo que la aparente fidelidad fonica del espafiol a los<br />
modelos griego y latino, .en los casos anotados, aparece con las<br />
caracteristicas de elemento de superficie, impuesto desde el niveI<br />
mas docto, pero que luego las tendencias fonéticas de la lengua se<br />
encargan de modificar o de hacer desaparecer - como acabamos de<br />
ver en el apartado anterior -, segun sus tendencias propias de<br />
fonacion, o por influjo de sustratos prelatinos; tal es el caso de<br />
leche, visto arriba, en el que en el nexo -kt- se produce la<br />
vocalizacion - en [y] (yod) - de la implosiva !kI (Wor influjo del<br />
substrato celta?), y a través de [-yt-], se' llega al actual [lf] ch, como<br />
también en lechuga, hecho, techo (cfr. R. Menéndez Pidal 1962: §<br />
50; C. Tagliavini 1982: § 24; M. Ariza 1990: § 3.1.)<br />
De manera semejante, el italiano, en la situacion especffica apenas<br />
esbozada - y otras anMogas -, registra solo parcialmente adopciones<br />
paralelas. Con menor constancia de fidelidad a los grupos de origen,<br />
suele aplicar a estos térrninos la ley de evolucion fonética normal,<br />
por la que, en generaI, se produce asimilacion regresiva del fonema<br />
en posicion silabica postnuclear al prenuclear que lo sigue, con<br />
geminacion del mismo; asi tenemos voces como scrittura, latte,<br />
atto, attore, ammirabile; aunque, como en el caso del espafiol, haga<br />
convivir con estas formas cultismos sobre todo del griego<br />
(atmosfera, atlante, -ectomia), y menos dellatin, como optare (cfr.<br />
ottare), atleta (tornado del griego), ictus (Saussol 1987: 42-43),<br />
cuyo numero es considerablemente menor que e1 que se registra en<br />
espafiol. Notese que cuando en italiano estandar aparecen /p/, /ti y<br />
!kI postnucleares, en su pronunciacion se advierten con toda claridad<br />
los rasgos con que se definen estos fonemas en el plano fonologico,<br />
sin alteracion alguna.<br />
Es en el plano fonético donde, en mi opinion, se ha ido forjando<br />
esta divergencia fundamental, con evidente reflejo en el fonologico.<br />
En espafiolla consonante oclusiva que constituye el margen sihibico<br />
- recordemos: a causa de la debilitacion de la energia articulatoria
Plano fonologico 29<br />
después de su acmé en el nucleo - hemos comprobado que esta<br />
sujeta a modificaciones 'o desaparece sin que estas posibilidades se<br />
reflejen en la escritura, donde se conserva. En italiano, si tenemos<br />
como referencia el estandar, el resultado general de la asimilacion<br />
incrementa su sistema de consonantes dobles, pronunciadas tal y<br />
como aparecen en la lengua escrita, esto es, con respetok, todos los<br />
rasgos de los fonemas, segun se registran en el inventario<br />
fonologico, hecho que excluye la posibilidad de la presencia en su<br />
sistema de los archifonemas observados en espafiol, y aun menos de<br />
los fenomenos fonéticos inherentes a la situa'cion analizada.<br />
1.4. Divergencias fonematicas en vocablos de etimologia comun<br />
A causa de las tendencias diversas de ambas lenguas con base en<br />
motivaciones historicas - en las que a menudo no es de descartar la<br />
influencia de los substratos lingiiisticos ibéricos prerromanos -, con<br />
frecuencia alguna unidad de la secuencia fonematica de numerosos<br />
vocablos, derivados de una fuente etimologica comun, por lo<br />
generaI latina, presenta sensibles divergencias, fenomeno del que me<br />
he ocupado en otro lugar (1987). Me limitaré aqui a anotar y<br />
comentar sucintamente algunos ejemplos del sector que considero<br />
mas relevantes.<br />
El grupo latino Ipl-I (en, p.e., plaga), a causa de la generaI<br />
palatalizacion de /1/ después de consonante sorda, llega al lateral<br />
palatal sonoro lAI en espafiol. En italiano lo mas normal es la<br />
conservacion de Ip/. La forma actual en Ipi-I deriva de una primitiva<br />
palatalizacion en/pA-I. Véanse los ejemplos en contraste:<br />
esp. llaga - il. piàga<br />
esp. llano - il. piàno<br />
esp. Uover - il. piòvere
30 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
Es de senalar en espanolla presencia de numerosos cultismos que<br />
conservan los grupos de origen:<br />
esp. plebeyo - it. plebèo<br />
esp. pianeta - it. pianeta<br />
esp. plano - it. piano<br />
El término plebeo del italiano con toda probabilidad es un<br />
préstamo del latin en época mas reciente,' junto a placare, placenta,<br />
placca, platano y alguno mas (Véase G. Rohlfs 1966: § 186). En<br />
otros casos, como en los vocablos espanoles placer, plaza, plomo,<br />
etc. (en italiano con Ipi-/), la conservaci6n de Ipl-I se debe a una<br />
soluci6n conservadora, en convivencia con la soluci6n evolucionada<br />
([AD en una misma sincronia, segun la hip6tesis de A. Badia<br />
(1972).<br />
Menos constante es el resultado IAI en espanol del grupo latino<br />
/kl-/:<br />
lat. damare > esp. flamar, it. chiamare<br />
lat. clavis > esp. flave, it. chiave<br />
abundantemente conservado, como en esp. claro, clavo, claustro; y<br />
en italiano con /ld-/: chiaro, chiodo « lato davns, dando),<br />
chiostro.<br />
En poslclOn intervocalica, frente a la tendencia del espanol a<br />
sonorizar los fonemas oclusivos sordos latinos Ip/, It/, Ik/ en !bI, Idi,<br />
Ig/, el italiano muestra una amplia, aunque parcial conservaci6n de<br />
los mismos:
Plano fonologico 31<br />
lat. tardo capanna > esp. cabaiia - it. capanna<br />
lat. amatus > esp. amado - it. amato<br />
lat. amlcus > esp. amigo - it. amico<br />
La parcialidad del italiano se refiere a los ejemplos en que<br />
observamos la tipica lenici6n septentrional: por lo que a /p/ se<br />
refiere, es de sefialar su paso a /v/ en una docena de vocablos del<br />
tipo<br />
lat. pauper, -eris > it. pòvero,<br />
lat. recipere > it. ricevere,<br />
esp. pobre<br />
esp. recibir<br />
sin paralelismo con el espafiol. Pero son de anotar algunas<br />
coincidencias con el italiano en pocos casos de sonorizaci6n de /ti<br />
dellatfn (it. spada, strada) e incluso de /k/, como en it. lattuga, lago<br />
y en espafiol también con /g/: lechuga, lago.<br />
La sonorizaci6n de las consonantes oclusivas sordas latinas en<br />
posici6n intervoc:ilica se produce en el occidente de la Romania<br />
(Penfnsula Ibérica, Francia, regi6n suiza de Retia con el gris6n y los<br />
dialectos afines: ladino y friulano) y en el norte de Italia. Dicho<br />
fen6meno de sonorizaci6n es de capital importancia, pues a él se<br />
debe, entre otros motivos, la divisi6n de la Romania en dos grandes<br />
zonas: la occidental, en que tiene lugar, y la orientaI, con tendencia a<br />
conservar las sordas.<br />
La causa fundamental del fen6meno de la sonorizaci6n es<br />
fonética: la consonante intervoc:ilica se contamina paulatinamente de<br />
la sonoridad de las dos vocales entre las que se encuentra. El hecho<br />
de que en unas lenguas se simplifiquen las consonantes dobles<br />
latinas, con sucesiva sonorizaci6n de la simple y su posterior<br />
fricaci6n, y en otras no, es el que mejor explica la diversificaci6n de<br />
las zonas mencionadas (cfr. C. Tagliavini 1986: § 24; A. Tovar<br />
1952; R. Lapesa 1985: 42-43; M. Ariza 1990: § 4.3.)
Plano fonologico 33<br />
dobles del latino Pero no se trata de casos aislados, pues hay otros<br />
ejemplos, que se remontan a la época dellatin imperial: perpeduo<br />
por perpetuo. Y en la inscripci6n de Aguilar de Camp6 leemos<br />
ceUigu por celticum.<br />
Una especial atenci6n merece el analisis de las derivaciones de<br />
ambas lenguas de los fonemas oclusivos sonoros intervocilicos del<br />
latin, sobre todo por lo que a I-b-I se refiere y al desaparecido Iwl<br />
(en p.e. ['diwus] divvus) pues ambos se sincretizan en el actual!bl<br />
del espafiol, cuyo alOfono mas comun en i posici6n intervocaIica<br />
tiende a ser el fricativo [13]. Si afiadimos a esta situaci6n el caso<br />
anterior (paso de lat. I-p-I intervocalico a esp. !b/), obtenemos que la<br />
ocurrencia del fonema !bI - n6tese: rasgo sonoro que presupone el<br />
rasgo flojo o Zaxo - es superior en espafiol (cfr. aqui § 1.1.)<br />
Tanto los vocablos provenientes de I-b-I primitiva del latin (en<br />
latin vulgar U3]), del tipo<br />
como de I-w-I primitiva:<br />
lat. faba > it. fava, esp. haba<br />
lat. tardio OVUS > it. uòvo, esp. ['weBo] huevo<br />
y algunos que presentan la lenici6n septentrional de lat. I-p-I en I-v-I<br />
a que aludiamos arriba, como<br />
lat. vulg. *adripare > it. arrivare,<br />
lat. capitium > it. cavezza,<br />
lat. scopula > it. scovolo,<br />
esp. arribar<br />
esp. cabeza<br />
esp. escoba<br />
aparecen con !bI en espafiol y IvI en italiano, fonema este Ultimo<br />
inexistente en el sistema generalizado del castellano ya desde el siglo<br />
XVI. El grafema v en la escritura del espafiol universal, por lo tanto,<br />
representa asimismo a !bI; otro ejemplo mas de los desajustes de la
34 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
simbolizaci6n, como consecuencia de la falta de reciprocidad de<br />
correspondencia total entre fonema y grafema.<br />
La presencia de v en la escritura es consecuencia del intento con<br />
el que, desde el siglo XVIII, se pretendi6 reflejar poco<br />
satisfactoriamente la etimologia latina, traicionada en un buen<br />
numero de voces, entre las que figuran:<br />
lat. ven:-ere > esp. barrer<br />
lat. advocatus > esp. abogado<br />
lato avi61a > esp. abuela<br />
Otras divergencias se deben a las diversas derivaciones de grupos<br />
interiores con fonemas oclusivos sordos. El grupo latino I-ult-I<br />
produce Ici en espafiol, frente al italiano que lo conserva con<br />
variaci6n vocaIica. Véanse, p.e.:<br />
lat. cultellus > esp. cuchillo, it. coltèllo<br />
lato multus > esp. rnucho, it. molto<br />
La conservaci6n del grupo en espafiol se debe a reposlclOnes<br />
cultas, como en otros casos: culto, ultimo, ultra, etc. Recordemos<br />
que partiendo también del grupo latino I-kt-I se produce Ici en<br />
espafiol (leche, techo), y que sus vocablos acto, defecto, docto, etc.<br />
son cultismos.<br />
Con la anterior ejemplificaci6n apenas se ha trazado un esbozo<br />
significativo - a pesar de ser incompleto por los limites que la<br />
tipologia de este trabajo impone - de un sector de la fonematica<br />
comparativa del espafiol y el italiano, en espera aun de una<br />
monografia especifica y completa.
2. Plano fonético<br />
2.1. Oclusivas sordas<br />
Hay coincidencia, por la articulaci6n, de Ip/, Itl y /kI en ambas<br />
lenguas, excepto en el caso de las realizaciones hispanicas de los<br />
mismos en posici6n silabica implosiva como oclusivos sonoros y,<br />
sobre todo, como fricativos sonoros, como en los ejemplos del<br />
espafiol<br />
[eJHayo'nal] eptagonal, [aò 'leta] atleta, [oy'tu(3 re] octubre<br />
con posible conservaci6n de Ip/, It/, /kI mas que nada en el niveI<br />
culto y expresiones enfaticas) y que en italiano estandar se<br />
pronuncian como oclusivos sordos:<br />
['lapsus] lapsus, ['8 tna] Etna, [iks] ics<br />
contraste al que nos referiamos en § 1.3. Asi mismo, se advierte que<br />
en italiano, hasta en estilo conversacional medio, dichas consonantes<br />
suelen producirse con mayor energia articulatoria que en espafiol,<br />
costumbre de dicci6n que caracteriza la realizaci6n fonética de su<br />
subsistema consonantico, en evidente contraste con el espafiol, y<br />
que afecta al aprendizaje correcto de ambas lenguas.<br />
Las anteriores constataciones me obligan a insistir (quiza no<br />
siempre con el énfasis requerido) sobre la mayor atenuaci6n con que<br />
los fonemas consonanticos del castellano se realizan en el uso<br />
medio, exclusi6n hecha de expresiones enfaticas y registros cultos o<br />
pretenciosamente cuidados. En tales circunstancias, el mayor grado
36 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
de energia que en la lengua realizada pueda advertirse, no es<br />
indicativo con respecto a las normales manifestaciones del espanoI.<br />
En efecto, su sonoridad fonética (frente a la musicalidad<br />
pros6dica del italiano) se apoya precisamente en el timbre medio, la<br />
nitidez, la firmeza y regularidad de sus vocales sonidos puros -,<br />
que resaltan sobre la frecuente relajaci6n, la laxitud con que sus<br />
hablantes suelen producir, en interacciones comunicativas naturales,<br />
las consonantes - ruidos - sobre todo en posici6n silabica<br />
postnuclear y en final de palabra, llegando a veces a su desaparici6n,<br />
en evidente contraste con la realizaci6n media del italiano estandar.<br />
Dicha tendencia se pone de manifiesto en la extendida<br />
sonorizaci6n de Ip/, It/, /kl en posici6n prenuclear (paso del rasgo<br />
tenso de las consonantes sordas allaxo o flojo de las sonoras), tanto<br />
en inicio de palabra como en interior. Véanse los ejemplos:<br />
/te digo ke no/ te digo que no - [te'òiyo ge'no]- [te'òiyo ye'no]<br />
/se k6me las altac6fas/ se come las alcachofas<br />
- [se'yomelasalga'1;fofas]<br />
/és de pOR8ehina/ es de porcelana - [es òe bor8e'lana]<br />
/SON de mi tiéra/ son de mi tierra - [son de mi'(') jera]<br />
Los ejemplos mas abundantes de que disponemos se refieren a la<br />
sonorizaci6n de /kI- ya detectada por Menéndez Pidal (1964: § 59)<br />
en documentos de los siglos X y Xl -, cuya ocurrencia aventaja a la<br />
sonorizaci6n de Ipl y It/. En los tres casos, junto a la emisi6n de<br />
al6fonos oclusivos sonoros, se da también la fricaci6n. Se trata de<br />
un fen6meno que se registra s610 en el uso, dado que su inclusi6n<br />
en la norma no es posible a causa del caracter inestable, ocasional,<br />
de dichas realizaciones, aunque su difusi6n sea generaI, mas o<br />
menos marcada, como en el centro y occidente de Cuba y en<br />
Canarias, con un numero elevadisimo de ocurrencias. Segun explica<br />
A. Quilis (1993: § 6.8.4.), «es evidente que esta sonorizaci6n<br />
proviene de un proceso de lenici6n, que puede originar luego en el
Plano fonético 37<br />
sistema fen6menos de neutralizaci6n.» Salta a la vista la analogia<br />
con los archifonemas IBi, !DI y 10/, ya considerados aqui en § 1.3.<br />
En contraste con esta tendencia generalizada en el habla comun y<br />
familiar hispana, no me consta que en italiano estandar se registren<br />
sonorizaciones de este tipo, como variantes de lo que aparece en la<br />
norma y en el sistema actual. En esta y otras ocasiones, es necesario<br />
recurrir a los dialect6s para encontrar analogias, si no paralelismos<br />
evidentes (véase al réspecto la amplia ejemplificaci6n de O. Rohlfs<br />
1966: §§ 151, 194-204). De todos modos, es oportuno constatar<br />
que el rasgo flojo en la realizaci6n de las consonantes oclusivas tiene<br />
un campo de acci6n superior en el habla hispana que no en italiano<br />
estandar, usos dialectales aparte.<br />
Una posible divergencia articulatoria pudiera hallarse en la<br />
producci6n del oclusivo dental sordo It/, realizado en italiano en un<br />
punto de los incisivos superiores mas anterior que en espafiol,<br />
obteniéndose asi alguna diferencia de timbre. Llegué a esta<br />
apreciaci6n (1983: 20-21) al confrontar las figuras que nos<br />
proporcionan A. Quilis (1979: 78-79) y L. Canepari (1980: 57). Por<br />
mi parte, estimo que el contraste de los efectos acusticos y auditivos<br />
producidos como resultado de una y otra posici6n del apice de la<br />
lengua, son minimos y poco relevantes. Es oportuna al respecto la<br />
apreciaci6n de B. Malmberg, recogida por Quilis (1993: § 3.7.):<br />
«Ya no es cuesti6n de indicar en milimetros la posici6n de<br />
la lengua [...] Lo que es esencial no es saber d6nde se<br />
encuentra exactamente el punto mas alto del dorso de la<br />
lengua en un momento determinado. Se trata de conocer<br />
las diferentes posibilidades de producir los efectos<br />
acusticos deseados.»<br />
He podido comprobar también, por lo que al italiano estandar se<br />
refiere, que la pronunciaci6n de Itl es mas o menos anterior segun<br />
las costumbres articulatorias de los hablantes, a menudo
38 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
condicionadas por los substratos regionales, tan numerosos en Italia<br />
como diversos entre sI. Recordemos al respecto que en los dialectos<br />
meridionales (Calabria, Salento y Sicilia), se da una articulacion de<br />
/t/ cacuminal o retrofleja en el grupo tautosilabico /tr-/, presente<br />
incluso cuando los naturales de estas zonas usan el estandar,<br />
fenomeno que también se registra en el area ibérica (Asturias).<br />
Un contraste de interés: en espafiol /p/ de las secuencias iniciales<br />
/ps-/ y mas raramente /pt-/ (en cultismos'de origen griego: psicosis,<br />
pterodactilo), por tratarse de una estructura fonica extrafia a los<br />
habitos de pronunciacion del castellano - en los que se advierte un<br />
rechazo de las posiciones incomodas para los organos<br />
articulatorios -, en generai se omite en todos los niveles, y esto<br />
hasta el punto de que su produccion suele tomarse como signo de<br />
afectacion, siendo cada vez mas comunes las grafias seud6nimo,<br />
sicologfa, etc., registradas también sin p en el ultimo Diccionario de<br />
la ReaI Academia Espafiola (1992). El contraste con el italiano es<br />
revelador: no solo conserva estos nexos en la escritura, sino que en<br />
la lengua realizada oraI es continua la presencia de [p], pronunciada<br />
con toda claridad.<br />
La anterior constatacion nos hace reflexionar una vez mas sobre<br />
el caracter de lengua literaria que presenta el italiano - la fonia fiel a<br />
la grafia -, bien diverso del mas popular del espafiol, lengua en que<br />
como hemos visto, su caracterizaci6n fonética generai se basa en la<br />
regularidad y firmeza de sus vocales, frente a la relajacion con que<br />
sus consonantes oclusivas suelen emitirse en la conversacion media<br />
y natural, llegando a veces a desaparecer; relajacion mas patente <br />
conviene insistir - cuando éstas se encuentran en posicion silabica<br />
implosiva (mayor uso del rasgo flojo), con las consecuencias en los<br />
planos fonologico y fonético ya anotadas en § 1.3., sin olvidar las<br />
inestables sonorizaciones de las oclusivas sordas en posicion<br />
prenuclear, de las que nos hemos ocupado arriba.
Plano fonético 39<br />
Pero sobre los fen6menos fonéticos enunciados deberemos<br />
seguir haciendo hincapié en adelante, cuando tengamos que<br />
relacionarlos con situaciones contrastivas amilogas, porque<br />
constituyen contrastes de importancia para el estudio de ambas<br />
lenguas e incluso ante su obselvaci6n en el ambito de la lingUistica<br />
aplicada.<br />
2.2. Oclusivas sonoras<br />
Por medio de la cotidiana y directa observaci6n de la lengua<br />
italiana, noto que también las realizaciones de los oclusivos sonoros<br />
/bI, Idi, Ig/ en todas las posiciones, sobre todo en el niveI medio-alto<br />
del italiano, suelen producirse con mayor energia articulatoria que en<br />
espafiol. Las interferencias mutuas entre una y otra lengua, se hacen<br />
mas patentes cuando espafioles o italianos usan vocablos de<br />
estructura f6nica aparentemente idéntica o analoga en ambas<br />
lenguas. En modo mas especifico, me referiré a los al6fonos<br />
fricativos de los fonemas oclusivos sonoros del espafiol (véase aquf<br />
§ 2.3.), interpretados y emitidos s6lo como oclusivos por los<br />
italianos, mientras que en los espafioles, al intentar usar la lengua<br />
italiana, notamos el fen6meno inverso: indebida fricaci6n de los<br />
mismos. Consideremos los ejemplos:<br />
esp. [a13e'raI)te] aberrante - iL [aber'raI)te] aberrante<br />
esp. [eé') ifi'kaI)te] edificante - iL [edifi'kaI)te] edificante<br />
esp. [e'Y0'ista] egoista - iL [ego'ista] egoista<br />
La interferencia sera mas vistosa si en el vocablo italiano aparece<br />
una consonante doble o geminada, como en<br />
esp. [a'13ono] abono<br />
esp. [a'é')jos] adios<br />
esp. [a''Ywaro o] aguardo<br />
- iL [ab'b:mo] abbono<br />
- it. [ad'dio] addio<br />
- iL [rag'gwardo] ragguardo
Plano fonético 43<br />
La pérdida de Idi intervoca.lica esta muy generalizada en espanol<br />
ibérico, en todos los niveles. La conservan algunos hablantes, aSI<br />
como aparece en registros aulicos de manifestaciones ptiblicas<br />
(discursos, confereneias etc.), de modo que no deja de parecerme<br />
excesivo que se hable de su "desaparici6n". Por lo menos quien<br />
escribe la oye con eierta frecuencia en los niveles medio y alto.<br />
La misma tendencia se advierte en espanol de América, con<br />
algunos casos de conservaci6n: en Guatemala, Nicaragua y Costa<br />
Rica (constiltese A. Quilis 1993: § 682). La situaci6n contrastiva<br />
con el italiano se comenta por SI misma: el correlato sordo<br />
intervocalico de Idi del espanol (it. It!) se mantiene sin alteraei6n<br />
alguna en el estandar.<br />
Menos frecuente, y ya en registros coloquiales mas bien<br />
vulgares, es el uso de -io por -ido y -a por -ada: Lo comio por lo<br />
servio ("Lo comido por lo servido"). Son abiertamente vulgares<br />
cansa por cansada, ehtoy toa suda, por estoy toda sudada, etc.;<br />
formas, en fin, que, a pesar de ser poco recomendables en<br />
deterIninados contextos sociales, no dejan de tener interés para la<br />
observaci6n cientlfica de la lengua, en la que sus expresiones<br />
vulgares, tan a menudo reflejadas en la literatura, forman parte<br />
integrante de su caudal expresivo.<br />
/g/ - [y]<br />
[le'yusta'iroe'xwerya] le gusta il' de juel'ga<br />
[mi'yel yanaj3 a:I"e'ylaQdoyi'taI"as]Miguel ganaba al'l'eglando<br />
guital'l'as<br />
La emisi6n de este a16fono velar fricativo sonoro se realiza<br />
elevando el postdorso de la lengua hacia el velo del paladar, sin que<br />
llegue a tener lugar un contacto completo; por la constricci6n aSI<br />
formada pasa el aire espirado, produciéndose una fricaci6n suave.<br />
Como en los demas a16fonos de los fonemas oclusivos sonoros<br />
vistos, es necesario hacer hincapié en su rasgo flojo como elemento<br />
determinante.
Plano fonético 45<br />
El planteamiento sobre el uso de los alOfonos fricativos de /bI, Idi<br />
y Ig/, de utilidad por inotivos pedag6gicos y que los ort610gos<br />
suelen indicar como normativo, no debiera tomarse como regla fija,<br />
sino mas bien a modo de indicaei6n sobre las tendeneias de los<br />
hablantes del mundo hispanico.<br />
Si es bien eierto que, por una parte, la pausa anterior y los<br />
contactos nexuales, pueden causar la oclusi6n (mas espontanea por<br />
motivos fisio16gicos después de nasal o de lateral, pues la<br />
producci6n de una fricativa en tales casos presupone una posiei6n<br />
inc6moda de los 6rganos, un esfuerzo articulatorio contrario a la<br />
tendencia de la lengua), por otra estimo que el énfasis, la energia<br />
articulatoria ligada a la tipologia sico16gica del locutor, a su posible<br />
intenei6n de utilizar el rasgo con fines de realce expresivo, o mas<br />
simplemente, a factores contextuales, son los que determinan<br />
también los diversos grados de fricci6n que aparecen en los<br />
sonogramas, a los que aludiamos arriba: desde la constricci6n<br />
pr6xima a la oclusi6n (a16fonos enérgicos), a la fricaci6n débil, con<br />
abertura pr6xima a la vocalizaei6n (alOfonos flojos).<br />
Por mi parte, estimo que en la conversaci6n natural y ordinaria se<br />
constata una clara tendencia a la fricaci6n, a veces con emisi6n de<br />
alOfonos enérgicos, fricativos fuertes, de articulaci6n intermedia<br />
entre sorda y sonora, estrechamente vinculada a la velocidad del<br />
discurso y al niveI y estilo de lengua; otras, por el contrario, se<br />
advierte con claridad la abertura casi vocalica, puesta de manifiesto<br />
en los sonogramas. Entre una posibilidad y otra se da una amplia<br />
gama de realizaciones con diversos grados de fricci6n; variantes en<br />
fin que, junto con otras posibles, podrian constituir asunto para una<br />
amplia monografia.
Plano fonético 47<br />
frecuente es que se produzca hiperdiferenciacion de fonemas<br />
(Weimeich 1974: 21-43), esto es, que los ita16fonos poco<br />
avezados en fonética hispanica interpreten [13] como *[v]. Se<br />
impone, por lo tanto, la explicacion del fenomeno el cnal, segun<br />
noto, no ofrece dificultad alguna de rapida asimilacion.<br />
3) Si la finalidad que nos proponemos es la de alcanzar un niveI<br />
discreto en la lengua objeto de estudio, esta fuera de discusi6n<br />
que el conocimiento y la practica arai de esta particularidad f6nica<br />
caracteristica del espanol, ha de ser objeto de oportuno anaIisis<br />
fonético, sobre todo en un caso como el del espanol para<br />
italianos, en que la interferencia negativa consiste en aplicar a la<br />
segunda lengua las caracteristicas fonéticas de la primera, con<br />
base en la oclusi6n, a veces enérgica, de estas tres consonantes<br />
en italiano, dando asi a la cadena hablada un aspecto fonico<br />
extrano a los habitos articulatorios hispanicos. Me apoyo,<br />
ademas, en las premisas esenciales expuestas en § O. Y en otras,<br />
de las que me he ocupado con anterioridad (1983: 135-146).<br />
Una vez concluidas estas observaciones sobre los alOfonos de<br />
!bI, Idi, Ig/ en espanol, aparece con evidencia el contraste con el<br />
italiano estandar, por la ausencia en él no solo de los fricativos [13],<br />
[o], [y], sino también por las habituales realizaciones de sus<br />
correspondientes oclusivos, sobre todo en los abundantes casos de<br />
geminacion, con una energia articulatoria - incluso en producciones<br />
no enfaticas -, superior a la que normalmente se registra en<br />
castellano.<br />
Mas ante el analisis del fenomeno, no me parece del todo<br />
adecuado declarar con B. Malmberg (1965: 51-52) que tal fricacion<br />
hispanica se trata de una caracteristica «sorprendente» frente a las<br />
lenguas romanicas no ibéricas, como tampoco nos parece<br />
satisfactorio el aserto de A.M. Mioni (1973: 113), quien sostiene<br />
que los alOfonos en cuestion son «[...] a noi [italiani] del tutto
48 Las consonantes oclusivas del espaiiol y el italiano<br />
sconosciuti.» Y es que precisamente en el area italiana y en el<br />
complejo cuadro de sus dialectos, cuyas caracteristicas f6nicas se<br />
hacen notar en las manifestaciones regionales del estandar, en éste<br />
como en los otros casos ya vistos, también aparece dicha tendencia a<br />
la fricaci6n de los oc1usivos sonoros, sobre todo en posici6n<br />
intervocaIica. Recordemos al respecto las formas que MuljaCié<br />
(1972: 15) recoge del"fiorentino bécero" (fIorentino vulgar):<br />
['ru13a] ruba, ['veòe] vede, ['diya] diga<br />
y otras anaIogas comprobadas por quien escribe en la zona de Campi<br />
Bisenzio. En Italia meridional (L'Aquila, sur de Lacio, Ausonia,<br />
Abruzos), aparece como posible continuaci6n de las realizaciones<br />
dellatin vulgar; asi en los ejemplos:<br />
['013 o] ovo, it. uòvo, ['ne13e] it. néve<br />
Mas amplio es el paso de [d] a [5] fricativo interdental (como en<br />
el caso referido al espafiol en § 1.3., cuando anotabamos la<br />
posibilidad de realizar IDI con el a16fono fricativo [5]<br />
dentointerdental: lilliasiatlas), comun en extensas zonas del sur, en<br />
Cerdefia, Sicilia, Calabria, Lucania, Campania..., como en calabrés:<br />
['suòa] it. suda, ['kuòa] it. coda, ['peòe] it. piède<br />
En las mismas Calabria, Lucania y Campania, y en Abruzos, Ig/<br />
intervocaIico se conserva por lo generaI, realizado con su a16fono<br />
fricativo [y], segun puede observarse en las formas que propongo,<br />
tomadas igualmente del calabrés:<br />
[a'yustu] it. agosto, ['layu] it. lago, [pa'yare] it. pagare<br />
Tampoco es extrafia en el norte la realizaci6n de /bI intervocaIico<br />
como [13] fricativo: ['a13ito] abito. En los dialectos vénetos se da la
Plano fonético 49<br />
fricacion de los sonoros intervocalicos Idi y Ig/ ([5] Y [y]) con una<br />
pronunciacion «perfettamente analoga alla spagnola» (Pellegrini<br />
1951: 117); aunque /bI en posicion intervocilica se realiza en ellos<br />
como fricativo labiodental sordo [v], no como fricativo bilabial<br />
sonoro [13].<br />
Los ejemplos podrfan continuar, pues el fenomeno de la fricacion<br />
de los oclusivos sonoros - y sonorizacion de los sordos<br />
acompafiada de fricacion -, en posicion tanto mediaI como inicial,<br />
atafie a diversas regiones de Italia septentrional, centraI y meridional<br />
(véanse Rohlfs 1966: §§150-218 y Canepari 1980: 53; de interés las<br />
grabaciones que completan su Manuale de 1999).
3. Consideraciones finales<br />
Hemos tenido ocasi6n de comprobar a lo largo de este trabajo<br />
c6mo las realizaciones de los fonemas oclusivos del espafiol, estan<br />
sujetas a abundantes e importantes modificaciones, que se extienden<br />
a buena parte de su subsistema consonantico. Tales modificaciones<br />
son extrafias en el italiano estandar, aunque algunas de ellas<br />
aparecen en sus dialectos que en diversas zonas pueden actuar como<br />
substratos activos, condicionando la pronunciaci6n del italiano<br />
estandar actual.<br />
Frente a la uniformidad y firmeza del subsistema vocalico del<br />
espafiol, la articulaci6n y el timbre de sus consonantes resultan<br />
mucho menos uniformes y menos firmes, circunstancia de mayor<br />
relieve en el caso de las oclusivas, por cumplirse en ellas una serie<br />
de fen6menos fonéticos, incrementados por la base de articulaci6n<br />
creciente del castellano, con disminuci6n de la energia articulatoria<br />
después del nucleo silabico (§§ 1.2., 1.3. y 2.1.) Dichas tendencias<br />
inciden particularmente en la pronunciaci6n del espafiol universal, y<br />
se reflejan en el plano fono16gico. Las tendencias fonéticas del<br />
italiano estandar en este sector, como se ha visto en el transcurso de<br />
este trabajo, presentan caracteristicas no s6lo diversas, sino a<br />
menudo opuestas, dada la consistencia y la estabilidad de sus<br />
consonantes oclusivas.<br />
Las modificaciones observadas con respecto a la realizaci6n de<br />
los fonemas oclusivos del espafiol, no son ni seguras ni consistentes<br />
- es el caso, entre otros, de la frecuente sonorizaci6n de las<br />
oclusivas sordas (§ 2.1.) del todo extrafia al italiano -, y aparecen en<br />
los diversos y posibles modos de dicci6n que los ort6logos suelen<br />
dejar al arbitrio de los usuarios. Se trata, pues, de elecciones del
52 Las consonantes oclusivas del espaiiol y el italiano<br />
locutor, con frecuencia condicionadas no s610 por el énfasis, sino<br />
también por el niveI y el estilo de lengua. En ellas se ponen de<br />
manifiesto las tendencias fonéticas del espafiol, por lo que su<br />
conocimiento es util para entenderlo y hablarlo con propiedad, pues<br />
aunque se nos presentan a veces como variantes populares o<br />
regionales, su uso se manifiesta con amplia extensi6n en el espacio.<br />
Una situaci6n contrastiva donde el canlcter diverso de ambas<br />
lenguas aparece con particular evidencia, es la relativa a la<br />
pronunciaci6n inestable de las oclusivas espafiolas en posici6n<br />
postnuclear (§ 1.3.), cuyo tratarniento fonético en italiano estandar<br />
es bien distinto; entre otras razones porque de la efectiva realizaci6n<br />
de todos los rasgos de dichas consonantes, depende nada menos que<br />
la estabilidad de su sistema fonol6gico, marcado por la geminaci6n,<br />
que llega a extenderse al plano de la fonética con el refuerzo<br />
sintactico, principio interno de la estructura f6nica del italiano, en<br />
contraste con el caracter de variante inestable que presenta en<br />
espafiol el caso analogo y parcial de asimilaci6n regresiva de [h] +<br />
consonante (§ 1.2.)<br />
También los al6fonos fricativos en distribuci6n complementaria<br />
de !bI, Idi y Ig/, - inexistentes en italiano estandar, segun los<br />
fon610gos, y con numero considerable de ocurrencias en espafiol a<br />
causa de la sonorizaci6n hist6rica (§ 1.4.) Y fonética (§§ 1.3. Y<br />
2.1.) -, presentan variantes imprevisibles: desde su emisi6n como<br />
fricativos fuertes, a realizaciones cercanas a la vocalizaci6n.<br />
Fen6menos analogos se hallan en tantas otras situaciones<br />
comparativas analizadas, en las que advertimos c6mo la tendenda<br />
economica de los sistemas fonol6gicos, paralela a los universales<br />
economia linguistica y ley del minimo esfuerzo, se manifiesta con<br />
mas vigor en castellano. Desde sus origenes, esHi caracterizado por<br />
una mayor incidencia del influjo de su tradici6n arai y popular, y su<br />
vitalidad en la diacronia, manifiesta en la sincronia actual, contrasta<br />
con el desarrollo mas estatico del italiano, lengua de matriz literaria,
Consideraciones finales 53<br />
y, como consecuencia, de tradici6n con predominio de la expresi6n<br />
escrita, frente al dinamIsmo de las demas lenguas romanicas, de<br />
tradici6n tanto oral como literaria. A las circunstancias hist6ricas que<br />
determinan los contrastes lingliisticos de base a los que aludo, me he<br />
referido en otras publicaciones (1983: 8-12; 1989: 431-433). Para<br />
concluir, paso a perfilarlas escuetamente:<br />
La motivaci6n profunda de los contrastes anotados se debe al<br />
diverso caracter de ambas lenguas, cuya especffica personalidad es<br />
fruto de avatares hist6ricos, culturales y sociales bien diferenciados.<br />
Como resultado de ellos, en el desarrollo diacr6nico del espanol,<br />
lengua de tradici6n tanto oral como literaria, destaca el proceso de<br />
continuidad de la cadena sonora, ya que el castellano es instrumento<br />
de comunicaci6n de un pais unido, desde la consolidaci6n en el<br />
trono de Fernando de Arag6n e Isabel de Castilla, en 1479. Pero<br />
antes de esta fecha, baste con recordar al respecto las fijaciones<br />
internas alfonsies en el siglo XIII - el "castellano drecho" segun los<br />
usos de Burgos, Le6n y Toledo -, y después los reajustes<br />
fono16gicos de los siglos XVI y XVII.<br />
Por otra parte, en la sincronia del italiano actual se pone en<br />
evidencia su desarrollo mas conservador en la diacronia, de<br />
manifiesto en el plano fono16gico: los fonemas y casi todos sus<br />
al6fonos de la mitad del siglo XX son los mismos que los del<br />
fiorentino arcaico, sin que en el momento actualla situaci6n presente<br />
cambios de relieve.<br />
La realidad anotada me lleva a esta conclusi6n: en la lengua<br />
italiana se puede observar un proceso marcado por la discontinuidad<br />
de la cadena sonora, inherente a las lenguas de caracter<br />
preferentemente literario (la fonia fiel a la graffa), fen6meno que se<br />
excluye en sus "dialectos", vehfculo de comunicaci6n ordinaria en la<br />
peninsula italiana e islas (véase T. De Mauro 1976, I: 23-28). En<br />
efecto, a menudo hemos visto aqui c6mo entre ellos y el castellano -
54 Las consonantes oclusivas del espanol y el italiano<br />
aunque no solo en el ambito especifico de las consonantes oclusivas<br />
- se dan elocuentes analogias de soluciones fonéticas, fruto del<br />
continuum de la cadena sonora; camino seguido por los dialectos, y<br />
que la lengua italiana, por su trayectoria historica, inicia siglos m:is<br />
tarde en relacion con las demas lenguas romanicas.<br />
Solo después de la unidad italiana de 1870, y sobre todo a partir<br />
de la primera guelTa mundial (1915), comienza a abrirse paso lo que<br />
T. De Mauro denomina un "italiano popular", subalterno al uso de<br />
los dialectos, hasta entonces unico vehiculo de expresion en la vida<br />
privada y semiprivada. Es preciso llegar a la segunda mitad del siglo<br />
XX para que se advierta un cambio consistente en tan compleja<br />
situacion linguistica: el uso a niveI nacional del italiano estandar, en<br />
el que junto al habla de los buenos locutores de la RAI, convive el<br />
modelo fiorentino-romano, con la infiuencia de los grandes centros<br />
economicos, demograficos, politicos e intelectuales del norte del<br />
pais, sin que por elIo deje de mantenerse alzada, y esperemos que<br />
asi permanezca, la variopinta cresta de sus numerosos dialectos.
Bibliografia citada<br />
Alarcos Llorach E. (1961): Fonologia espanola, Madrid, Gredos.<br />
Alarcos Llorach E. (1995): Gramatica de la lengua espanola,<br />
Madrid, Espasa Calpe.<br />
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con lo spagnolo", enLinguaNostra, XXIII, 2, pp. 48-52,<br />
recogido también en el volumen de J. Arce (con otros<br />
autores), Italiano y espanol -estudios lingiiisticos-, Sevilla,<br />
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Alvar M. (Ed., con otros autores) (1996): Manual de dialectologia<br />
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Ariza Viguera M. (1990): Manual de Fonologia Hist6rica del<br />
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56 Las consonantes oclusivas del espaiiol y el italiano<br />
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Bibliografia citada 57<br />
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58 Las consonantes oclusivas del espaiiol y el italiano<br />
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Quilis A., Fermindez J.A. (1979): Curso de fonética y fonologia<br />
espanolas para estudiantes angloamericanos (9 g<br />
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Madrid, CSIC (hay una 13 g ed. de 1990).<br />
Quilis A. (1993): Tratado de fonologia y fonética espaiiolas,<br />
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Saussol J.M. (1978): Glotodidactica del espaiiol con especial<br />
referencia a ital6fonos, Padova, Liviana.<br />
Saussol J.M. (1979): La glotodidactica, "energeia y ergon", Imola,<br />
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Saussol J.M. (1983): Fonologia y fonética del espanol para<br />
ital6fonos, Padova, Liviana.<br />
Saussol J.M. (1986): "Espafiol e italiano: las unidades<br />
fonematicas", en Le lingue del mondo LI, 5/6, pp. 247<br />
251.
Nella stessa collana S.e R.T. sono già stati pubblicati:<br />
1 Arbitrarietà e motivazione - un panorama della linguistica<br />
cognitiva<br />
Andrea Bonazza<br />
2 Aspetti della qualità in interpretazione<br />
Maurizio Viezzi<br />
3 Parallelismi intersettoriali nella traduzione dal tedesco<br />
Piergiulio Taino<br />
4 Tradurre
10 Elementi di grammatica per l'interpretazione consecutiva<br />
Sergio Allioni<br />
11 Lineamenti di storia della traduzione in Spagna<br />
Mfl del Carmen Sémchez Montero<br />
12 La "Langue verte" di J. Vallès<br />
Dizionarietto del "francese non convenzionale" nella trilogia<br />
Luciana Alocco Bianco<br />
13 Quality Forum 1997. Esperienze, problemi, prospettive<br />
Atti della giornata di studi sulla qualità in interpretazione,<br />
Trieste 14 novembre 1997<br />
Maurizio Viezzi (a cura di)<br />
14 Strategie per la preparazione di una riunione assembleare:<br />
aspetti professionali, finanziari, giuridici e linguistici<br />
Maria Cristina Palazzi<br />
15 La radiocronaca calcistica:<br />
dall'analisi di un corpus alla descrizione di un genere<br />
Manola Peschieri<br />
16 Hungarian Loanwords in the Slovak Language<br />
Luciano Rocchi<br />
17 Introduzione alla lingua del diritto: Italia - Francia<br />
Parte prima - li diritto in Italia<br />
Gigliola Giannini<br />
18 Introduzione alla lingua del diritto: Italia - Francia<br />
Deuxième Partie - Le Droix en France<br />
Clara DePace