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08.06.2013 Views

Prólogo Hace ya cinco años, concretamente en el verano de 2006, que empezamos nuestro particular viaje por la naturaleza de la Comarca y las tierras del Jiloca, paso a paso, lentamente, pero con paso firme. Comenzamos de la mano de Fernando Herrero, por la engañosa planicie de Gallocanta, donde las suaves lomas, magníficos refugios ornitológicos, quedan delimitadas y entrecortadas por abruptas sierras pobladas de carrascas y rebollos. Más tarde acompañamos en su paseo a Tomas Sanz, con largas caminatas por las sierras de Cucalón y Oriche, un territorio dominado por el pino, relativamente oculto al viajero, algo más escondido para quien no lo busca y absolutamente desconocido para muchos aragoneses. Con Tomás y Teresa Bellido, acompañados también de José María Cereza, nos encaminamos varios meses después hacia las rojizas montañas de Sierra Menera, coloridas tanto por el abandonado mineral de hierro como por los roquedos de rodeno que marcan, a modo de mudos testigos, el paisaje montañoso. El paseo ha merecido la pena, pues la riqueza naturalista de la Comarca del Jiloca es sorprendente para quien se acerca con ojos curiosos. Hemos subido y bajado muchas cuestas, crestas y cerros, para acabar, con la guía que tienes entre las manos, en medio del valle. Igual que no existe la luz sin oscuridad, ni la altura sin lo raso ni somero, no podríamos entender las serranías del Jiloca sin su valle. El valle del Jiloca da nombre a este vasto territorio y sirve como señal de identidad para todos sus habitantes. Su plana topografía ha facilitado las comunicaciones y ha permitido a sus habitantes cultivar y roturar hasta el más alejado de sus rincones. La agricultura domina el paisaje y a sus hombres, pues juntos han cuidado las largas hileras de chopos cabeceros que protegen las márgenes del río y algunas de sus ramblas, y juntos han delimitado los numerosos ojos donde mana libre y abundantemente el agua, permitiendo una gran biodiversidad en sus proximidades. Nadie mejor que Pilar Edo para acompañarnos en este nuevo viaje, un paseo por nuestra identidad y por las sendas de la tierra que amamos y en la que vivimos, y nadie mejor que esta vecina de Bañón para, desde la perspectiva que ofrece el mirador del Jiloca, valorar y profundizar en el entorno natural de nuestro valle. En último lugar, desde la Consejería de Cultura debo agradecer a todos los compañeros de la Comarca y del Centro de Estudios del Jiloca su buena disposición para llevar adelante durante cinco años este ilusionante proyecto de elaboración de las Guías de la Naturaleza de la Comarca que, finalmente, ha sido una realidad para uso y disfrute de todos. Rosario Ramón Lavilla Consejera de Cultura de la Comarca del Jiloca Río Jiloca Prólogo 7

Prólogo<br />

Hace ya cinco años, concretam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el verano <strong>de</strong> 2006, que empezamos nuestro<br />

particular viaje por la naturaleza <strong>de</strong> la Comarca y las tierras <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong>, paso a paso,<br />

l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te, pero con paso firme. Com<strong>en</strong>zamos <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Fernando Herrero, por la<br />

<strong>en</strong>gañosa planicie <strong>de</strong> Gallocanta, don<strong>de</strong> las suaves lomas, magníficos refugios<br />

ornitológicos, quedan <strong>de</strong>limitadas y <strong>en</strong>trecortadas por abruptas sierras pobladas <strong>de</strong><br />

carrascas y rebollos. Más tar<strong>de</strong> acompañamos <strong>en</strong> su paseo a Tomas Sanz, con largas<br />

caminatas por las sierras <strong>de</strong> Cucalón y Oriche, un territorio dominado por el pino,<br />

relativam<strong>en</strong>te oculto al viajero, algo más escondido para qui<strong>en</strong> no lo busca y<br />

absolutam<strong>en</strong>te <strong>de</strong>sconocido para muchos aragoneses. Con Tomás y Teresa Bellido,<br />

acompañados también <strong>de</strong> José María Cereza, nos <strong>en</strong>caminamos varios meses <strong>de</strong>spués<br />

hacia las rojizas montañas <strong>de</strong> Sierra M<strong>en</strong>era, coloridas tanto por el abandonado mineral<br />

<strong>de</strong> hierro como por los roquedos <strong>de</strong> rod<strong>en</strong>o que marcan, a modo <strong>de</strong> mudos testigos, el<br />

paisaje montañoso.<br />

El paseo ha merecido la p<strong>en</strong>a, pues la riqueza naturalista <strong>de</strong> la Comarca <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong> es<br />

sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te para qui<strong>en</strong> se acerca con ojos curiosos. Hemos subido y bajado muchas<br />

cuestas, crestas y cerros, para acabar, con la guía que ti<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre las manos, <strong>en</strong> medio <strong>de</strong>l<br />

valle. Igual que no existe la luz sin oscuridad, ni la altura sin lo raso ni somero, no<br />

podríamos <strong>en</strong>t<strong>en</strong><strong>de</strong>r las serranías <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong> sin su valle.<br />

El valle <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong> da nombre a este vasto territorio y sirve como señal <strong>de</strong> id<strong>en</strong>tidad para<br />

todos sus habitantes. Su plana topografía ha facilitado las comunicaciones y ha permitido<br />

a sus habitantes cultivar y roturar hasta el más alejado <strong>de</strong> sus rincones. La agricultura<br />

domina el paisaje y a sus hombres, pues juntos han cuidado las largas hileras <strong>de</strong> chopos<br />

cabeceros que proteg<strong>en</strong> las márg<strong>en</strong>es <strong>de</strong>l río y algunas <strong>de</strong> sus ramblas, y juntos han<br />

<strong>de</strong>limitado los numerosos ojos don<strong>de</strong> mana libre y abundantem<strong>en</strong>te el agua, permiti<strong>en</strong>do<br />

una gran biodiversidad <strong>en</strong> sus proximida<strong>de</strong>s.<br />

Nadie mejor que Pilar Edo para acompañarnos <strong>en</strong> este nuevo viaje, un paseo por nuestra<br />

id<strong>en</strong>tidad y por las s<strong>en</strong>das <strong>de</strong> la tierra que amamos y <strong>en</strong> la que vivimos, y nadie mejor que<br />

esta vecina <strong>de</strong> Bañón para, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva que ofrece el mirador <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong>, valorar y<br />

profundizar <strong>en</strong> el <strong>en</strong>torno natural <strong>de</strong> nuestro valle.<br />

En último lugar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Consejería <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong>bo agra<strong>de</strong>cer a todos los compañeros<br />

<strong>de</strong> la Comarca y <strong>de</strong>l C<strong>en</strong>tro <strong>de</strong> <strong>Estudios</strong> <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong> su bu<strong>en</strong>a disposición para llevar<br />

a<strong>de</strong>lante durante cinco años este ilusionante proyecto <strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong> las Guías <strong>de</strong> la<br />

Naturaleza <strong>de</strong> la Comarca que, finalm<strong>en</strong>te, ha sido una realidad para uso y disfrute <strong>de</strong><br />

todos.<br />

Rosario Ramón Lavilla<br />

Consejera <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong> la Comarca <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong><br />

Río <strong>Jiloca</strong><br />

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