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Tras las pistas de los antiguos humedales El valle del Jiloca contaba con muchos más humedales de los que existen en la actualidad. Gran número de ellos desaparecieron fruto de intervenciones hidráulicas, tales como drenajes (ya que hubo épocas en que imperaba la necesidad de desecar los humedales bajo la determinación de eliminar focos de enfermedades), ampliaciones de zonas de cultivo o enderezamientos del cauce del río. Sin embargo, hoy en día conocemos indicios sobre la localización de algunos de esos antiguos humedales. A pesar de los sistemas de drenaje de los humedales, enderezamientos del río, etc., tras episodios de fuertes lluvias comprobamos repetidamente que ciertas zonas permanecen más tiempo encharcadas que otras. Y es que por mucho que se intente drenar, un humedal mantiene su espíritu y, a la mínima ocasión, manifiesta su pasado. Los niveles de terraza travertínica entre Caminreal y Fuentes Claras, por ejemplo, atestiguan ese pasado lacustre. 30 Imagen aérea del valle alto y medio del Jiloca, donde se aprecian las zonas de antiguos humedales, y queda patente el verdadero nacimiento del Jiloca en los Ojos de Monreal del Campo. Al Sur, cerca de Villarquemado, se localiza la laguna del Cañizar y en el centro la antigua laguna de Alba. Es necesario nombrar también la desaparecida laguna de Almohaja (estudiada recientemente por J.C. RUBIO DOBÓN, 2010), aunque está fuera del territorio de estudio Laguna del Cañizar, con la sierra Palomera al fondo. El área inundable supera las 400 Ha.
Vista de la laguna del Cañizar, en primer plano un antiguo camino ocupado por el agua. La recuperación del espacio lagunar ha favorecido la extensión de la superficie inundable Por último y no por ello menos importante, una pista muy reveladora de la antigua presencia de humedales se encuentra en la toponimia. En muchas ocasiones, bajo la denominación de términos como «Las Suertes» o «Los Prados», encontramos la ubicación exacta de humedales. Los terrenos considerados improductivos por la constante presencia de agua, solían tener una propiedad municipal o comunal. Aunque no todos los bienes municipales o comunales eran exclusivamente humedales. Bien por necesidades de salubridad, por ampliación de extensiones de cultivo, por desamortizaciones o bien por incrementar los ingresos del municipio mediante el arriendo o venta, una vez desecados estos humedales, se parcelaban. Cuando las parcelas se adjudicaban mediante sorteo entre los vecinos, a esa partida se le llamaba «Las Suertes». En otras ocasiones, el drenaje se realizaba con el fin de obtener pastos para el ganado, motivo por el cual, a esa partida se denominaba «Los Prados». Existen abundantes ejemplos de esta toponimia, indicadora de antiguos humedales, como el Prado de los Ojos en Monreal del Campo, el Prado de Báguena, o las Suertes Altas en Calamocha. Medio físico 31
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Tras las pistas <strong>de</strong> los antiguos humedales<br />
El valle <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong> contaba con muchos más humedales <strong>de</strong> los que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la actualidad.<br />
Gran número <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>saparecieron fruto <strong>de</strong> interv<strong>en</strong>ciones hidráulicas, tales como<br />
dr<strong>en</strong>ajes (ya que hubo épocas <strong>en</strong> que imperaba la necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>secar los humedales<br />
bajo la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> eliminar focos <strong>de</strong> <strong>en</strong>fermeda<strong>de</strong>s), ampliaciones <strong>de</strong> zonas <strong>de</strong><br />
cultivo o <strong>en</strong><strong>de</strong>rezami<strong>en</strong>tos <strong>de</strong>l cauce <strong>de</strong>l río.<br />
Sin embargo, hoy <strong>en</strong> día conocemos indicios sobre la localización <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> esos<br />
antiguos humedales. A pesar <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> dr<strong>en</strong>aje <strong>de</strong> los humedales,<br />
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manifiesta su pasado. Los niveles <strong>de</strong> terraza travertínica <strong>en</strong>tre Caminreal y Fu<strong>en</strong>tes Claras,<br />
por ejemplo, atestiguan ese pasado lacustre.<br />
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fondo. El área inundable<br />
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