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Conservación medioambiental y desarrollo en el valle del Jiloca El Jiloca es hábitat temporal y refugio de muchas especies vegetales y animales. No solo el valle, también sus montañas aledañas ofrecen paisaje y biodiversidad. La agricultura (y en menor medida, la ganadería) ha sido un sector importantísimo que ha transformado desde hace siglos los valles de los grandes ríos. El Jiloca es uno de esos ejemplos, y con el tiempo, se ha ido convirtiendo también en un lugar donde industria y servicios han entrado poco a poco aprovechando un territorio clave en las comunicaciones entre el levante y el norte de España. La ganadería extensiva y el pastoreo, han modelado y creado tanto paisajes como elementos culturales en nuestro territorio. Hoy en día son actividades amenazadas de desaparición. Pese a ello, los beneficios sociales y ambientales que aportan hacen que sean necesarias medidas y acciones para garantizar su continuidad. Pastor en los campos del Jiloca Todo ello ha llevado a ser una zona muy antropizada, con muy pocos rincones sin explotar. En el río, ya desde antiguo, la banda de vegetación natural que se extiende linealmente a ambos lados del cauce fluvial (y acequias) ocupa mucha menos superficie de lo esperable y deseable. De esta forma, las crecidas suelen hacer acto de presencia y anegan campos, demasiado cercanos al cauce desprotegido y estrecho. Algo similar ha ocurrido a medida que nos acercamos a las zonas más elevadas. Los cultivos ocupan prácticamente toda la superficie, aunque aun podemos ver una pequeña representación de los bosques de carrascas y sabinas que poblarían estas tierras en las laderas de las montañas que nos acompañan. En muchas de estas zonas es la ganadería la que ha tenido un papel muy importante en el desarrollo de los pueblos y en el paisaje actual de los montes, faltos de vegetación arbórea y arbustiva. En estas tierras deprimidas, donde la población se va perdiendo lentamente y la agricultura y ganadería ha moldeado un paisaje desde hace siglos, hacen falta iniciativas empresariales que no siempre son acordes con la conservación del territorio: los reiterados anuncios de cementeras que quieren instalarse en el valle se suman a una gran cantidad de canteras y graveras que funcionan durante años y cuyas medidas de restauración ecológica han de ser reales y sostenibles. 122
Una vez se ha construido un colector solar, el impacto ambiental de la planta no es grave. Únicamente hay que señalar que requiere de un gran espacio para instalarla, pero también es cierto que donde mas potencial tiene no es a gran escala, sustituyendo a la energía nuclear, sino en pequeña escala, sustituyendo a otros sistemas de producción de energía. Se puede instalar sobre tejados u otros espacios construidos, sin necesidad de ocupar terreno fértil o útil para otros fines. Planta en el término de El Poyo del Cid Algo parecido ocurre con la proliferación de los parques eólicos en multitud de zonas montañosas o las numerosas plantas de energía solar. Pese a ser una zona geográfica no protegida en su mayor parte por sus valores ambientales, el objetivo del desarrollo sostenible no debería faltar en estos territorios. Convendría definir proyectos viables y reconciliar los aspectos económico, social y ambiental de las actividades humanas, «tres pilares» que deben tenerse en cuenta por parte de las comunidades, tanto empresas como personas: Económico: funcionamiento financiero «clásico», pero también capacidad para contribuir al desarrollo económico en el ámbito de creación de empresas de todos los niveles. Social: consecuencias sociales de la actividad de la empresa en todos los niveles: los trabajadores (condiciones de trabajo, nivel salarial, etc.), los proveedores, los clientes, las comunidades locales y la sociedad en general, necesidades humanas básicas. Ambiental: compatibilidad entre la actividad social de la empresa y la preservación de la biodiversidad y de los ecosistemas. Incluye un análisis de los impactos del desarrollo social de las empresas y de sus productos en términos de flujos, consumo de recursos difícil o lentamente renovables, así como en términos de generación de residuos y emisiones... Este último pilar es necesario para que los otros dos sean estables. Conservación 123
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Conservación medioambi<strong>en</strong>tal y <strong>de</strong>sarrollo <strong>en</strong> el valle <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong><br />
El <strong>Jiloca</strong> es hábitat temporal y refugio <strong>de</strong> muchas especies vegetales y animales. No solo el<br />
valle, también sus montañas aledañas ofrec<strong>en</strong> paisaje y biodiversidad.<br />
La agricultura (y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida, la gana<strong>de</strong>ría) ha sido un sector importantísimo que ha<br />
transformado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace siglos los valles <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s ríos. El <strong>Jiloca</strong> es uno <strong>de</strong> esos<br />
ejemplos, y con el tiempo, se ha ido convirti<strong>en</strong>do también <strong>en</strong> un lugar don<strong>de</strong> industria y<br />
servicios han <strong>en</strong>trado poco a poco aprovechando un territorio clave <strong>en</strong> las<br />
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La gana<strong>de</strong>ría ext<strong>en</strong>siva<br />
y el pastoreo, han<br />
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medidas y acciones<br />
para garantizar su<br />
continuidad. Pastor <strong>en</strong><br />
los campos <strong>de</strong>l <strong>Jiloca</strong><br />
Todo ello ha llevado a ser una zona muy antropizada, con muy pocos rincones sin explotar.<br />
En el río, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antiguo, la banda <strong>de</strong> vegetación natural que se exti<strong>en</strong><strong>de</strong> linealm<strong>en</strong>te a<br />
ambos lados <strong>de</strong>l cauce fluvial (y acequias) ocupa mucha m<strong>en</strong>os superficie <strong>de</strong> lo esperable<br />
y <strong>de</strong>seable. De esta forma, las crecidas suel<strong>en</strong> hacer acto <strong>de</strong> pres<strong>en</strong>cia y anegan campos,<br />
<strong>de</strong>masiado cercanos al cauce <strong>de</strong>sprotegido y estrecho.<br />
Algo similar ha ocurrido a medida que nos acercamos a las zonas más elevadas. Los<br />
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repres<strong>en</strong>tación <strong>de</strong> los bosques <strong>de</strong> carrascas y sabinas que poblarían estas tierras <strong>en</strong> las<br />
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que ha t<strong>en</strong>ido un papel muy importante <strong>en</strong> el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los pueblos y <strong>en</strong> el paisaje<br />
actual <strong>de</strong> los montes, faltos <strong>de</strong> vegetación arbórea y arbustiva.<br />
En estas tierras <strong>de</strong>primidas, don<strong>de</strong> la población se va perdi<strong>en</strong>do l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te y la<br />
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empresariales que no siempre son acor<strong>de</strong>s con la conservación <strong>de</strong>l territorio: los reiterados<br />
anuncios <strong>de</strong> cem<strong>en</strong>teras que quier<strong>en</strong> instalarse <strong>en</strong> el valle se suman a una gran cantidad<br />
<strong>de</strong> canteras y graveras que funcionan durante años y cuyas medidas <strong>de</strong> restauración<br />
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