Historia Republicana - Ministerio del Poder Popular para la Educación
Historia Republicana - Ministerio del Poder Popular para la Educación
Historia Republicana - Ministerio del Poder Popular para la Educación
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
a través de Juan José Pa<strong>la</strong>cios, proponernos que<br />
nos uniéramos al movimiento militar que ellos<br />
estaban pre<strong>para</strong>ndo (…) En el interregno hubo<br />
nuevas elecciones <strong>para</strong> <strong>la</strong> junta directiva de <strong>la</strong><br />
Federación (…) yo resulté electo y me encargué de<br />
<strong>la</strong> presidencia de <strong>la</strong> Federación de Estudiantes de<br />
Venezue<strong>la</strong>. Llegó <strong>la</strong> Semana Santa y de repente se<br />
dijo que el golpe estaba más o menos descubierto<br />
y que era necesario avanzarlo. En <strong>la</strong> noche <strong>del</strong> 6<br />
de abril me dieron orden a mí de que reuniera a<br />
los estudiantes en el local de <strong>la</strong> Federación (…) Y<br />
así lo hice, les hice una convocatoria <strong>para</strong> darles<br />
instrucciones y tal (…) Allí fue donde se les hizo<br />
saber a todos que existía un golpe y que de allí<br />
íbamos a salir al Panteón <strong>para</strong> esperar allí <strong>la</strong><br />
presencia <strong>del</strong> capitán Alvarado, que nos llevaría<br />
al Cuartel San Carlos. Se nos dijo que el golpe<br />
consistiría en un asalto a <strong>la</strong>s fuerzas en Miraflores<br />
(…) y que saldrían <strong>la</strong>s tropas comandadas por el<br />
teniente Barrios y algunos estudiantes que estaban<br />
dentro <strong>del</strong> golpe, hacia el Cuartel San Carlos (…)<br />
Nosotros estábamos desperdigados en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za <strong>del</strong><br />
Panteón (…) cuando se nos dijo que ya el capitán<br />
Alvarado había salido <strong>para</strong> el Cuartel, a adueñarse<br />
<strong>del</strong> Cuartel, y que saliéramos a reunirnos con él.<br />
Salimos todos, yo por supuesto como presidente<br />
de <strong>la</strong> Federación iba <strong>del</strong>ante, cuando llegué a <strong>la</strong>s<br />
esquina <strong>del</strong> Panteón (…) de repente veo venir<br />
corriendo hacia mí al capitán Alvarado, que se<br />
agarra <strong>del</strong> poste <strong>para</strong> no caerse y me dice: “estamos<br />
debe<strong>la</strong>dos” (…) El teniente Barrios llegó un poco<br />
después de este suceso con el capitán Alvarado y<br />
allí se peleó un rato; le hicieron unos disparos de<br />
<strong>la</strong> azotea <strong>del</strong> Cuartel; él disparó también hasta<br />
que cada quien cogió por su <strong>la</strong>do. Las quebradas<br />
cercanas sirvieron de ruta. Nos metimos en <strong>la</strong>s<br />
casas, mi casa estaba frente al Panteón, yo me<br />
metí en mi casa y entonces por los techos me fui a<br />
otra y por ahí salí (…) Muchos de nosotros fueron<br />
hechos presos; a muchos se les torturó junto con<br />
el capitán Alvarado; torturas morales y físicas que<br />
trajeron <strong>la</strong> muerte de Alvarado y <strong>la</strong> inutilidad de<br />
algunos de nosotros.<br />
Fueron tras<strong>la</strong>dados a Puerto Cabello. Hay que<br />
advertirte que muchos de esos muchachos que<br />
cayeron en esa época estuvieron presos hasta el 36,<br />
algunas veces con grillos y otras sin grillos.<br />
Hab<strong>la</strong> Manuel Acosta Silva: La vida en prisión.<br />
Bueno…debo decir que yo tengo muchas<br />
informaciones como está escrito en mi libro <strong>Historia</strong><br />
<strong>del</strong> 28, porque en el mismo momento coincidimos<br />
presos mi hermano Raúl Acosta Silva y mi padre<br />
Manuel Acosta Merlo, que también estuvo preso<br />
varios años en La Rotunda. De modo que por ahí es<br />
que yo tengo bastante información.<br />
Ahora, sobre <strong>la</strong> prisión mía: yo estuve primero<br />
preso en La Rotunda. Estábamos presos Andrés Eloy<br />
B<strong>la</strong>nco, Ramón Hurtado el escritor, el doctor Salvador<br />
Córdova y muchos otros abogados que estuvieron<br />
presos en esa época y un grupo de estudiantes<br />
entre los que estaba Carlos Eduardo Frías, estaba<br />
Luis Enrique O<strong>la</strong>rte, estaba Rafael Zamora Pérez;<br />
bueno, total que éramos un grupo grande que<br />
primero estuvimos en La Rotunda y eso fue en cierta<br />
manera benecioso por haber estado con Andrés<br />
Eloy que siempre nos daba conferencias, char<strong>la</strong>s<br />
y versos, lo que fue sumamente interesante <strong>para</strong><br />
nosotros. Después de ahí nos pasaron a pie desde<br />
La Rotunda hasta <strong>la</strong>s Colonias de Araira, que es más<br />
allá de Guatire. Por cada uno de nosotros había un<br />
soldado y un chácharo, que era como le decíamos a<br />
una guardia andina, que dependía de Rafael María<br />
Ve<strong>la</strong>sco, que era el gobernador. En <strong>la</strong>s Colonias de<br />
Araira teníamos que ha<strong>la</strong>r pico y pa<strong>la</strong> haciendo una<br />
carretera. (…) allá había unas casas destarta<strong>la</strong>das<br />
donde nos alojaban y unas tiendas de campaña.<br />
De ahí salíamos a trabajar después <strong>del</strong> desayuno,<br />
a <strong>la</strong>s ocho de <strong>la</strong> mañana y estábamos trabajando<br />
como hasta <strong>la</strong>s doce o una de <strong>la</strong> tarde. Esa cosa ahí<br />
tiene varios re<strong>la</strong>tos, varias cosas que contar, porque<br />
los chácharos estaban pendientes de que nosotros<br />
estuviéramos o ha<strong>la</strong>ndo pico, o echando <strong>la</strong> pa<strong>la</strong><br />
haciendo <strong>la</strong> carretera, de modo que cuando ellos<br />
veían que algún estudiante no estaba trabajando, le<br />
tiraban un peñonazo. (…)<br />
Bueno, (…), ahí estuvimos varios meses; pero esa<br />
región de Guatire, Guarenas, Araira se inunda mucho<br />
en <strong>la</strong> época de lluvias. El río Araira inunda y lo cubre<br />
todo. En vista de que eso se iba a inundar, cuando ya se<br />
acercaban <strong>la</strong>s lluvias, nos pasaron en camiones <strong>para</strong><br />
el Castillo de Puerto Cabello. Al llegar al Castillo a cada<br />
uno de nosotros, nos pusieron nuestro par de grillos<br />
setentones ¿no? Ahí en el Castillo nos encontramos<br />
79