Historia Republicana - Ministerio del Poder Popular para la Educación

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En la noche de ese mismo día 6 de febrero se
realizó en el Teatro Municipal el acto más hermoso
de la Semana del Estudiante: la coronación de
su majestad Beatriz I (Beatriz Peña). Pío Tamayo,
exquisito poeta tocuyano de tendencias comunistas,
recitó un bello poema dedicado a la reina, en el que
hablaba de la mísera vida del estudiante venezolano,
de sus desvelos en las vísperas de los exámenes, de
sus dicultades económicas…
(Hemos seleccionado para ti estrofas del medio
del poema y la parte nal: disfrútalas).
Beatriz del estudiante,
cetro de rebeldías,
corona de futuros;
bajo el patio de auroras de nuestro trono eres
la juvenil canción de amanecer.
El ensueño durmiente al amparo del alma
jubilosa y dinámica de la Federación,
hecho viva esperanza
en tu luz de mujer.
¡Me han quitado mi novia!
La novia que me quiso: ¡mi novia enamorada!
palabras que se dicen con la pena infinita
de quien ya no podrá volverlas a cambiar.
Pero no, Majestad
que he llegado hasta hoy,
y el nombre de esa novia se parece a vos.
se llama: ¡LIBERTAD!
decidle a tus súbditos
tan jóvenes que aún no pueden conocerla
que salgan a buscarla, que la miren en vos,
¡vos, sonriente promesa de escondidos anhelos!
vuestra justicia ordene.
Y yo, enhiesto otra vez,
alegre el junco en silbo de indígena romero
armado de esperanzas como la antigua raza,
proseguiré en marcha.
pues vos, Reina nuestra,
juvenil en su trono, ¡se instala el porvenir!
Esa es la historia reina mía
historia del estudiante venezolano.
Únjalo tu piedad y sé la reina
del optimismo y desengaño.
El discurso de clausura estuvo a cargo de Rómulo
Betancourt (…) La Semana del Estudiante nalizó
el domingo 12 de febrero, con un baile de gala en
los salones del Club Venezuela, prestigiado con la
augusta presencia de Beatriz I (…)
El 13 de febrero se tuvo la noticia de que el
gobernador del Distrito Federal general Rafael María
Velasco había ordenado la detención de Pío Tamayo,
Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Guillermo Prince
Lara (…) Tras tumultuosas reuniones de la Federación
de Estudiantes se resolvió elevar una airada protesta
ante el viejo Dictador, exigiéndole perentoriamente
la libertad de los detenidos, y que, en caso negativo,
redujese a prisión a todos los estudiantes (…)
A semejante reto no estaba acostumbrado el
dictador, de modo que su respuesta no se hizo
esperar. Con rapidez increíble ordenó detener a
cuantos estudiantes encontraran con boina azul y
botón en el ojal. Pero muchos fueron los estudiantes
que no esperaron a que la policía los detuviera, sino
que, voluntariamente, y a pesar de que conocían lo
espantoso y tétrico de las mazmorras, se presentaron
a la puerta de la Comandancia de la Policía de
Caracas, exigiendo que se les aprehendiera (…)
Hasta los chicos de los liceos se incorporaron al
movimiento, aunque muchos no tenían más que
trece o catorce años de edad (…) La actitud desaante
de los estudiantes levantó el ánimo popular,
hasta el punto de que frente a la Comandancia
de Policía, una impresionante multitud tributaba
atronadores aplausos a los bravos estudiantes que
se presentaban (…) En Caracas, Valencia y otras
ciudades se desataron espontáneamente grandes
manifestaciones callejeras del pueblo trabajador
y de las clases medias en abierto desafío a la
dictadura terrorista (…)
Las mujeres desempeñaron un papel importantísimo
en aquel vasto movimiento, agitando y levantando
los espíritus, llamando al pueblo a la lucha
vigorosa. Los nombres de Carmen Clemente Travieso,
Carmen Gil y Aurora Leman; María Luisa, Lola,
Totoña y Rosario Blanco Meaño, María Teresa Mandé