SUPONGAMOS - Teatro x la identidad
SUPONGAMOS - Teatro x la identidad
SUPONGAMOS - Teatro x la identidad
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>SUPONGAMOS</strong><br />
OBRA EN UN ACTO<br />
PERSONAJES:<br />
MERCEDES<br />
NORA<br />
LUCIANA (VOZ)<br />
AMBITO: Sa<strong>la</strong> de una casa antigua en un barrio de Buenos Aires.<br />
EPOCA ACTUAL (año 2000)<br />
PROTAGONISTAS: Dos mujeres de entre 65 y 70 años.<br />
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *<br />
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
De: ALICIA MUÑOZ<br />
1
ACTO UNICO<br />
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
SUENA UN TIMBRE DE CALLE. PAUSA. VUELVE A SONAR. CRUZA NORA<br />
DISPUESTA A ABRIR. UN MOMENTO ANTES SE DETIENE COMO PARA TOMAR<br />
FUERZA Y ABRE. SE PRESENTA MERCEDES. POR UN INSTANTE AMBAS SE MI-<br />
DEN COMO EN UN RECONOCIMIENTO PREVIO. MERCEDES SE PRESENTA.<br />
MERCEDES.- Soy Mercedes...<br />
NORA.- Sí, pase. La estaba esperando. Ade<strong>la</strong>nte.<br />
MERCEDES ENTRA EXPECTANTE. MIRA DISCRETAMENTE EL<br />
LUGAR BUSCANDO ALGO. NORA SE MUESTRA CORDIAL PERO<br />
PREVENIDA.<br />
NORA.- Tome asiento. Póngase cómoda.<br />
MERCEDES.- (PERMANECE DE PIE) ¿Su nieta no está?<br />
NORA.- No. Está trabajando. Vuelve 8 y media recién. Así que tenemos tiempo<br />
de hab<strong>la</strong>r tranqui<strong>la</strong>s.<br />
MERCEDES.- Yo hubiera preferido que estuviera.<br />
NORA.- Es mejor así. No sabe lo que es Luciana. Un terremoto.<br />
MERCEDES.- ¿Es el<strong>la</strong>?<br />
NORA.- Sí.<br />
SE PRODUCE UN MOMENTO EMBARAZOSO. MERCEDES SIGUE<br />
BUSCANDO ALGUN INDICIO DE LUCIANA. VE UNA FOTO EN-<br />
MARCADA.<br />
LE MOLESTA LA ACTITUD DE MERCEDES.<br />
Pero siéntese, no se quede ahí como un gendarme. ¿O quiere impresionarme?<br />
MERCEDES.- (ACCEDE A SENTARSE) No, no vine a eso.<br />
NORA.- ¿Toma un té, café, algo fresco?<br />
2
MERCEDES.- Le agradezco, pero tampoco vine a jugar a <strong>la</strong>s visitas.<br />
NORA.- Está bien. Entonces dígame a qué vino.<br />
MERCEDES.- ¿No lo sabe?<br />
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
POR UN MOMENTO AMBAS SE MIRAN ALERTAS. NORA, PREVE-<br />
NIDA Y DISPUESTA A NO DEJARSE GANAR LA DELANTERA,<br />
LANZA SUS AGRESIONES TRAS UNA SONRISA QUE EN VEZ DE<br />
ATENUARLAS LAS ACENTÚA.<br />
NORA.- Bueno... Por teléfono usted me dijo que quería hab<strong>la</strong>r personalmente.<br />
Y yo no tengo inconveniente. Siempre que sea con altura, c<strong>la</strong>ro. Porque<br />
veo que está un poco nerviosa.<br />
MERCEDES.- También le dije que era abue<strong>la</strong> de P<strong>la</strong>za de Mayo.<br />
NORA.- Ah, sí. Pero yo no tengo ningún desaparecido, gracias a Dios, así que<br />
no sé qué tiene que ver conmigo.<br />
MERCEDES.- (INTERRUMPE IMPACIENTE) Por favor, Nora, no nos gastemos en<br />
rodeos innecesarios y vayamos al tema. ¿Le parece?<br />
NORA.- Me parece bien. Usted dirá cuál es el tema.<br />
MERCEDES.- Perdone si soy demasiado frontal, pero a esta altura no puedo andar<br />
con delicadezas.<br />
NORA.- Comprendo, no se preocupe.<br />
MERCEDES.- ¿Qué es lo que comprende?<br />
NORA.- Que usted debe tener una de esas historias terribles de <strong>la</strong> época de<br />
los militares. Me imagino que andará buscando algún nieto o algo así.<br />
MERCEDES.- Exactamente. Busco a mi nieta Mariana.<br />
NORA.- La compadezco. Oí contar algunos casos espantosos. Todavía no me<br />
entra en <strong>la</strong> cabeza que en este país hayan pasado esas cosas. Y que<br />
uno no se haya enterado siquiera. No tienen perdón de Dios realmente.<br />
MERCEDES.- Escúcheme Nora...<br />
NORA.- De sólo pensar que alguien me hubiera quitado a mi Luciana... no sé.<br />
No sé lo que sería capaz de hacer. Como para no comprender<strong>la</strong>. C<strong>la</strong>ro<br />
que <strong>la</strong> comprendo. Comprendo perfectamente que esté llena de resentimiento<br />
y deseos de venganza.<br />
MERCEDES.- ¡De qué está hab<strong>la</strong>ndo!<br />
NORA.- Es lógico. No digo que esté bien, porque el resentimiento le pone una<br />
venda en los ojos y así se cometen injusticias también.<br />
MERCEDES SE EXASPERA ANTE LA CHARLA VERVORRÁGICA<br />
3
DE NORA Y TRATA DE DETENERLA.<br />
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
MERCEDES.- Por favor, le pido que no nos vayamos por <strong>la</strong>s ramas y volvamos a lo<br />
nuestro. ¿Puede ser?<br />
NORA.- Será lo suyo, no lo nuestro.<br />
MERCEDES.- No tenga miedo. No vine a quitarle nada.<br />
NORA.- Más bien. Aunque todavía no sé a qué vino.<br />
MERCEDES.- Si me deja hab<strong>la</strong>r se lo explico. Tranquilícese. Y hablemos como personas<br />
civilizadas. ¿Sí?<br />
NORA.- Si no fuera civilizada no <strong>la</strong> hubiera recibido en mi casa. Porque yo veo<br />
noticieros, sabe, y sé quiénes son ustedes. Y sé que cuando le echan<br />
el ojo a uno...<br />
MERCEDES.- Cuando le echamos el ojo a uno es porque investigamos durante años<br />
el paradero de una criatura robada, y todos los indicios nos llevan<br />
hacia el<strong>la</strong>. Por supuesto después hay que probarlo, y en última instancia<br />
es <strong>la</strong> justicia <strong>la</strong> que...<br />
NORA.- (INTERRUMPE) ¡La justicia! Mire quién.<br />
MERCEDES.- Que haya jueces corruptos no invalida <strong>la</strong> justicia. Es eso o <strong>la</strong> ley de <strong>la</strong><br />
selva, no queda otra.<br />
NORA.- Quiere decir que todo el que tenga un hijo de alrededor de 20 años es<br />
sospechoso de ser <strong>la</strong>drón de bebés.<br />
MERCEDES.- Todos no. Pero si además el chico es adoptado... (MIDE EL EFECTO<br />
DE SUS PALABRAS) como su nieta...<br />
NORA NO PUEDE EVITAR UN SOBRESALTO PERO TRATA DE NO<br />
PERDER PIE. SONRIE IRONICA.<br />
NORA.- ¿No le dije? Ya me parecía que su visita tenía que ver con esa manía<br />
persecutoria que tienen ustedes.<br />
MERCEDES.- (SE INDIGNA) ¡Yo no tengo manía persecutoria! Rec<strong>la</strong>mo lo que me<br />
robaron y lucho honestamente para recuperarlo.<br />
NORA.- Pues esta vez le falló <strong>la</strong> intuición, señora. Porque mi nieta ni siquiera<br />
es adoptada. Es hija de mi hija, que en paz descanse.<br />
SACA DEL BOLSILLO VARIOS PAPELES QUE DESPLIEGA DELAN-<br />
TE DE ELLA.<br />
Aquí tiene: <strong>la</strong> partida de nacimiento, <strong>la</strong> libreta de casamiento, <strong>la</strong> fe de<br />
bautismo, el certificado del médico...<br />
4
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
MERCEDES.- (NO LOS MIRA) ¿Y anda con todos esos papeles encima?<br />
NORA.- Le dije que <strong>la</strong>s conozco. Pero contra esto no hay nada que discutir.<br />
(DOBLA Y GUARDA LOS PAPELES) Sencil<strong>la</strong>mente se equivocó de<br />
persona. Así que va a tener que seguir buscando. Y sinceramente le<br />
deseo que <strong>la</strong> encuentre. En serio se lo digo. Pero bueno, no quiero robarle<br />
más tiempo.<br />
NORA ENCARA HACIA LA SALIDA PARA DAR POR TERMINADA LA<br />
CONVERSACION. MERCEDES NO LA SIGUE Y SE PLANTA INDIG-<br />
NADA.<br />
MERCEDES.- Si es cierto que nos conoce, debe saber que llevo 23 años luchando<br />
contra militares, policías, funcionarios, jueces, apropiadores...<br />
NORA.- Y yo <strong>la</strong> admiro, créame.<br />
MERCEDES.- ¿Y no le parece una ingenuidad suponer que me van a detener con un<br />
papel o una mentira bien armada? ¿Sabe cuántas mentiras escuché<br />
en estos 23 años?<br />
NORA.- ¡No le permito que me l<strong>la</strong>me mentirosa!<br />
MERCEDES.- Perdón. No se ofusque.<br />
NORA.- ¡Yo no tengo nada que ocultar! Y mi nieta...<br />
MERCEDES.- Su nieta nació el mismo día que mi nuera dio a luz, en el mismo hospital<br />
donde su yerno era médico.<br />
NORA.- ¡Mire qué prueba! Habrán nacido tantos chicos ese mismo día en el<br />
mismo hospital...<br />
MERCEDES.- Puede ser. Pero hay otras circunstancias...<br />
NORA.- Las circunstancias <strong>la</strong>s puede acomodar cada uno a su antojo.<br />
MECEDES.- Dígame. ¿Su hija vivía aquí cuando nació <strong>la</strong> nena?<br />
NORA.- ¿Y eso qué importa?<br />
MERCEDES.- Contésteme por favor.<br />
NORA.- (RESPONDE DE MALA GANA PERO SEGURA) No. Se mudaron<br />
cuando el<strong>la</strong> nació, para que yo cuidara <strong>la</strong> beba. Como los dos trabajaban...<br />
MERCEDES.- Vivían en <strong>la</strong> calle Cuenca ¿verdad? Y desaparecieron de <strong>la</strong> noche a <strong>la</strong><br />
mañana. Me costó ubicar<strong>la</strong>.<br />
NORA.- No veo qué tiene que ver.<br />
MERCEDES.- Además conozco a <strong>la</strong> enfermera que se <strong>la</strong> entregó. Hablé con el<strong>la</strong>.<br />
NORA VACILA UN INSTANTE ALARMADA PERO SE REHACE.<br />
5
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
NORA.- ¿Y qué valor puede tener <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra de esa estúpida frente a estos papeles?<br />
MERCEDES.- Hay una prueba más terminante.<br />
NORA.- ¿Cuál?<br />
MERCEDES DEJA CAER CON CUIDADO LAS PALABRAS<br />
DEFINITORIAS.<br />
MERCEDES.- Su hija estaba embarazada de cinco meses y perdió el bebé un mes<br />
antes de nacer Mariana... o Luciana, como quiera l<strong>la</strong>mar<strong>la</strong>. Figura en<br />
los archivos del hospital.<br />
NORA QUEDA ATONITA. SIENTE UN GOLPE DE PÁNICO. MER-<br />
CEDES LE DA SU TIEMPO.<br />
Acepte que su nieta es adoptada, Nora. Ya ve que es muy fácil de<br />
probar.<br />
NORA SE MUEVE DESASOSEGADA. BUSCA REARMARSE PARA<br />
RESPONDER. FINALMENTE ACEPTA DE MALA GANA SIN ABAN-<br />
DONAR SU ARROGANCIA.<br />
NORA.- Vea. Supongamos que sí. “Supongamos” que fuera adoptada. ¿Y con<br />
eso? Hay cientos de chicos adoptados. Miles debe haber.<br />
MERCEDES.- Su nieta no figura como adoptada.<br />
NORA.- ¿Usted sabe el engorro que es un trámite de adopción? ¿La angustia<br />
que hay que pasar antes que se <strong>la</strong> entreguen definitivamente? La ley<br />
es <strong>la</strong> que obliga a hacer <strong>la</strong>s cosas por izquierda. ¿O no lo sabe?<br />
MERCEDES.- Entonces quedamos en que es adoptada.<br />
NORA.- “Supongamos” dije.<br />
MERCEDES.- ¿No le parece que son demasiadas coincidencias?<br />
NORA SE ADAPTA A LA NUEVA CIRCUNSTANCIA Y VUELVE A<br />
SENTIRSE SEGURA.<br />
NORA.- Puede ser. La vida está llena de coincidencias. Justamente esas coincidencias<br />
salvaron a mi hija. Porque es cierto que perdió un bebé de 5<br />
meses. No se lo puedo negar. Pero lo que usted no sabe es que quedó<br />
inutilizada para volver a tener. A los 25 años. ¿Se imagina? Des-<br />
6
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
pués de haber buscado desesperadamente esa criatura durante 6<br />
años. No le puedo explicar lo que fue para el<strong>la</strong>. Quedó como muerta<br />
en vida. Hasta intentó... bueno, el<strong>la</strong> dijo que fue un accidente pero...<br />
En fin. Yo no podía quedarme de brazos cruzados. Así que salí a <strong>la</strong><br />
calle a buscar a mi nieta. Ya ve que en el fondo usted y yo nos parecemos.<br />
MERCEDES, QUE ESCUCHA EN ACTITUD ALERTA, SE CRISPA.<br />
No le voy a contar paso por paso, pero al final hablé con una enfermera<br />
que trabajaba con mi yerno. Cualquiera sabe que en los hospitales<br />
nacen chicos de mujeres que están dispuestas a darlos o venderlos<br />
por unos pesos. Y ahí empiezan <strong>la</strong>s coincidencias ¿ve? En ese mismo<br />
momento una chica soltera tuvo una beba y escapó del hospital sin dejar<br />
ningún dato. Esta enfermera se enteró que <strong>la</strong> iban a llevar a <strong>la</strong> Casa<br />
Cuna justo cuando yo acababa de p<strong>la</strong>ntearle el problema de mi hija.<br />
Todas coincidencias ¿se da cuenta? Pero nada que ver con su nuera<br />
ni con desaparecidos ni con toda esa tragedia.<br />
MERCEDES.- ¿Y su yerno?<br />
NORA.- Al principio no quiso saber nada. Usted sabe lo quisquillosos que son<br />
los hombres con ese tema. Pero cuando vio que mi hija <strong>la</strong> aceptaba y<br />
volvía a vivir...<br />
MERCEDES.- ¿Y siendo médico del mismo hospital no sabía de dónde venía esa<br />
criatura?<br />
NORA.- Por supuesto que lo sabía. Se lo acabo de contar.<br />
MERCEDES.- ¿Y usted cree que va a poder sostener esa historia de<strong>la</strong>nte de un<br />
juez?<br />
NORA.- ¡La voy a sostener de<strong>la</strong>nte de quién sea!<br />
MERCEDES.- ¿Ante un análisis de ADN por ejemplo?<br />
NORA RECIBE UN IMPACTO QUE NO PUEDE DISIMULAR.<br />
Luciana tiene los genes de sus padres biológicos, Nora. Eso es irrefutable.<br />
NORA.- Mi nieta no tiene por qué hacerse ese análisis. Nadie puede obligar<strong>la</strong>.<br />
MERCEDES.- Eso lo tiene que decidir el<strong>la</strong>, no usted.<br />
NORA PIERDE SU APLOMO Y ESTALLA.<br />
7
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
NORA.- ¡Déje<strong>la</strong> en paz! ¿Me oye? ¡No quiero que se entrometa en nuestra vida!<br />
¡No tiene ningún derecho a tratarnos de <strong>la</strong>drones! ¡No somos <strong>la</strong>drones!<br />
Dios sabe que de ser nuestra no le hubiéramos dado más<br />
amor ni más sacrificios. ¡El alma y <strong>la</strong> vida le dimos! Mi yerno murió<br />
pidiendo: Cuídenme <strong>la</strong> nena. Se sacaba <strong>la</strong> máscara de oxígeno y decía:<br />
Cuídenme <strong>la</strong> nena. Ocho años tenía Luciana. Desde entonces yo<br />
fui <strong>la</strong> abue<strong>la</strong> y el padre. Y desde que murió mi hija soy también <strong>la</strong> madre.<br />
Yo soy todo lo que el<strong>la</strong> tiene. ¡Y voy a ser Dios si es necesario para<br />
que nadie le haga daño!<br />
MERCEDES TRATABA DE INTERRUMPIRLA. FINALMENTE DEBE<br />
GRITAR PARA IMPONERSE.<br />
MERCEDES.- ¡Yo no vengo a hacerle ningún daño! No soy policía ni juez ni un secuestrador.<br />
Cálmese, por favor.<br />
NORA HACE UN ESFUERZO POR RECUPERAR SU APLOMO.<br />
MERCEDES APROVECHA PARA FIJAR SU POSICIÓN.<br />
Lo cierto es que si tuviera una prueba terminante, usted estaría<br />
hab<strong>la</strong>ndo con un juez, no conmigo. Pero <strong>la</strong>mentablemente no <strong>la</strong> tengo.<br />
Lo que me trajo hasta aquí es una suma de “coincidencias”. Pero más<br />
de una vez esas coincidencias me llevaron al lugar equivocado. Y esta<br />
puede ser una de el<strong>la</strong>s, no digo que no. Pero no voy a quedarme con<br />
<strong>la</strong> duda, compréndame. Tengo que saber <strong>la</strong> verdad. Pero bueno. “Supongamos”<br />
que otra vez me equivoqué y su nieta no es mi Mariana.<br />
¿Por qué no quiere que hagamos <strong>la</strong> prueba de <strong>identidad</strong>?<br />
NORA.- Porque Luciana no sabe que es adoptada y a esta altura no tiene sentido<br />
darle ese disgusto.<br />
MERCEDES.- ¿Acaso el<strong>la</strong> nunca lo sospechó? Está probado que los adoptados lo intuyen.<br />
NORA.- No sé, nunca habló de eso. Pero no creo. ¿Por qué iba a sospechar?<br />
MERCEDES.- ¿Y usted?<br />
NORA.- ¿Yo qué?<br />
MERCEDES.- ¿Dónde estaba? Me dijo que ve noticieros ¿no? Supo del robo de bebés,<br />
de <strong>la</strong> búsqueda de <strong>la</strong>s abue<strong>la</strong>s...<br />
NORA.- Por supuesto. Pero eso no tiene nada que ver conmigo.<br />
MERCEDES.- Está bien. Supongamos que honestamente creyó esa historia que seguramente<br />
armaron su yerno y <strong>la</strong> enfermera. ¿Nunca se le cruzó por <strong>la</strong><br />
8
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
cabeza, como una remota posibilidad aunque sea, que su nieta fuera<br />
hija de desaparecidos?<br />
NORA.- No.<br />
MERCEDES.- Vamos, Nora, quién se lo va a creer.<br />
NORA.- (SE EXALTA) ¡No, no, no! ¡Jamás me entraría en <strong>la</strong> cabeza semejante<br />
monstruosidad! Esas son cosas que le pasan a otros, y vaya uno a saber<br />
si es cierto.<br />
SE ENCUENTRA CON LA MIRADA ADMONITORIA DE MERCEDES<br />
Y SE SIENTE PRESIONADA. SE APARTA DISGUSTADA.<br />
Por otra parte yo no discuto los designios de Dios.<br />
MERCEDES.- (SE ENARDECE) ¿De Dios o de los asesinos?<br />
NORA.- Las coincidencias vienen de Dios, no de los asesinos.<br />
MERCEDES.- ¿Y usted cómo sabe cuál era el designio de Dios?<br />
NORA.- ¿No está c<strong>la</strong>ro?<br />
MERCEDES.- No, no está nada c<strong>la</strong>ro.<br />
NORA.- ¿Quién puso a Luciana en brazos de mi hija justo cuando acababa de<br />
perder su bebé?<br />
MERCEDES.- Pudo hacerlo para probar el grado de honestidad de ustedes.<br />
NORA.- Está bien. Supongamos que quiso probar eso. ¿Qué podíamos hacer:<br />
devolver<strong>la</strong>? ¿A quién? Esa criatura salvó a mi hija que se dejaba morir,<br />
sabe. Salvó su matrimonio, salvó mi vejez. Qué sería de mí ahora sin<br />
el<strong>la</strong>.<br />
MERCEDES.- ¿Y yo? ¿Y mi vejez?<br />
NORA.- Vea, Mercedes: por más pena que me dé su situación yo no puedo<br />
ofrecerle a mi nieta.<br />
MERCEDES.- Ni yo vine a pedir su compasión. Lo único que quiero es que ante <strong>la</strong><br />
duda el<strong>la</strong> averigüe quién es. Quienes fueron sus padres, sus abuelos...<br />
SUENA EL TELÉFONO. AMBAS SE INTERRUMPEN. NORA SE<br />
ACERCA AL TELÉFONO, INQUIETA, PERO DECIDE ATENDER<br />
DESDE OTRA HABITACIÓN.<br />
NORA.- Disculpe. (SALE)<br />
EL TELEFONO SIGUE SONANDO HASTA QUE ELLA ATIENDE<br />
ADENTRO. AL HALLARSE SOLA MERCEDES APROVECHA PARA<br />
SEGUIR ESTUDIANDO EL LUGAR. SE ACERCA A LA FOTOGRAFÍA<br />
9
NORA.-<br />
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
ENMARCADA Y LA OBSERVA CON MAYOR ATENCIÓN. DE PRON-<br />
TO DESDE INTERIOR SE ESCUCHA A NORA QUE ALZA LA VOZ<br />
ENOJADA.<br />
(OFF) ¡No seas caprichosa, nena! Ya te dije que no quiero.<br />
MERCEDES SE DA CUENTA DE QUE NORA HABLA CON SU NIETA<br />
Y DIRIGE SU ATENCIÓN HACIA EL TELÉFONO. SE ACERCA A ÉL<br />
Y DESCUELGA EL AURICULAR DISPUESTA A ESCUCHAR. NORA<br />
LO HA NOTADO Y CORTA. MERCEDES QUEDA DECEPCIONADA<br />
CON EL AURICULAR EN LA MANO. NORA VUELVE Y SE LA QUE-<br />
DA MIRANDO REPROBÁNDOLA. MERCEDES NO SE INMUTA.<br />
NORA.- Parece que desarrolló vicios de espía.<br />
MERCEDES.- (IGNORA LA IRONÍA) Nunca pude imaginarme <strong>la</strong> voz de Mariana... Lo<br />
demás sí. (VUELVE A OBSERVAR LA FOTO) Los ojos celestes de mi<br />
hijo. Esa arruga de <strong>la</strong> frente cuando quería imponer su voluntad... Durante<br />
23 años Mariana fue creciendo en cada nena que se me cruzaba.<br />
El primer tiempo vivía espiando los bebés en los cochecitos o en<br />
los brazos de <strong>la</strong>s mujeres... Después empecé a vigi<strong>la</strong>r los jardines de<br />
infantes, <strong>la</strong>s hamacas de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>zas, <strong>la</strong>s escue<strong>la</strong>s... ¡Qué rápido pasaba<br />
el tiempo!... Estaba tan segura de que <strong>la</strong> iba a reconocer... O a intuir<br />
por lo menos. Dios mío, qué difícil fue todo.<br />
NORA.- Eso es lo que me rebe<strong>la</strong> de ustedes ¿ve? Ese halo de heroísmo y martirio<br />
que tienen, como si fueran <strong>la</strong>s dueñas de todo el sufrimiento del<br />
mundo.<br />
MERCEDES.- ¡Usted no entiende nada! ¡No entiende absolutamente nada! Para usted<br />
el martirio es sólo una pa<strong>la</strong>bra ampulosa. Para mí es... (NO EN-<br />
CUENTRA LAS PALABRAS) Su hija murió en <strong>la</strong> cama seguramente. A<br />
Gastón me lo arrancaron de los brazos. ¡Me lo arrancaron! Cuando entraron<br />
esas bestias a cu<strong>la</strong>tazos y patadas yo lo abracé con todas mis<br />
fuerzas. El gritaba: ¡Soltame! ¡Soltame! Pero no podía zafarse de estas<br />
tenazas. Yo quería meterlo en mi vientre otra vez para que no me<br />
lo quitaran. Tuvieron que venir dos de esas bestias a abrirme los brazos.<br />
Y me lo arrancaron. Fue un desgarrón físico, como si lo hubiera<br />
parido de nuevo,... Usted creerá que yo salí corriendo detrás de ellos...<br />
No, no salí. Sólo recuerdo <strong>la</strong> voz de mi hijo allá afuera gritando: ¡A el<strong>la</strong><br />
no hijos de puta, a el<strong>la</strong> no!... Pero no pude moverme. Sólo me miraba<br />
el vientre... Sentía que había quedado con los huesos al aire. Me des-<br />
10
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
moronaba... Y de pronto pensé en Laura y en el bebé. Yo había ido a<br />
cuidar<strong>la</strong>, porque esperaba de un momento para el otro... Todavía siento<br />
el desgarrón. Como si fuera <strong>la</strong> cicatriz de una herida que no cerró<br />
nunca.<br />
SE PRODUCE UN DENSO SILENCIO QUE INTERRUMPE NORA.<br />
NORA.- ¿Usted hizo lo posible para que cerrara?<br />
LA MIRADA QUE MERCEDES LE DIRIGE INCOMODA A NORA Y SE<br />
DEFIENDE.<br />
No digo que esté exagerando. No, por Dios. C<strong>la</strong>ro que <strong>la</strong> entiendo.<br />
Que mi hija haya muerto en su cama no fue menos doloroso, créame.<br />
Yo también traté de defender<strong>la</strong>, no de <strong>la</strong>s bestias, pero sí de <strong>la</strong> muerte.<br />
Y perdí, igual que usted. Pero yo trato de olvidarme de ese momento y<br />
recordar<strong>la</strong> mucho antes Cuando se recibió de bioquímica. Cuando<br />
Norberto se le dec<strong>la</strong>ró. Cuando fui a buscar a Luciana y se <strong>la</strong> puse en<br />
los brazos.<br />
MERCEDES.- Mi hijo tenía un terrible dolor de mue<strong>la</strong>s esa noche. Y por mucho tiempo<br />
esa fue mi mayor preocupación. Me lo imaginaba en un ca<strong>la</strong>bozo,<br />
pobrecito, con su dolor de mue<strong>la</strong>s, sin un calmante... Por otro <strong>la</strong>do<br />
sentía tanta ira... No contra los que se los llevaron. Eso era otra cosa.<br />
Contra él ¿me entiende? Cuando lo soltaran le iba a decir tantas cosas...<br />
Porque él sabía lo que estaba pasando. Vio lo que le pasó a<br />
otros. Le pedimos mil veces que se cuidaran, les pusimos en <strong>la</strong>s manos<br />
dos pasajes de avión para que se fueran al Uruguay. Pero ellos<br />
tenían sus ideas, sus convicciones... ¿Y el bebé?, les decía yo. “El<br />
destino del bebé es el nuestro” contestaba mi hijo. Yo estaba tan llena<br />
de ira... Me perdía <strong>la</strong>s noches repasando <strong>la</strong>s discusiones que habíamos<br />
tenido y <strong>la</strong>s que íbamos a tener cuando volvieran... Y en esos<br />
momentos los estaban torturando y asesinando.<br />
NORA.- (INDIGNADA) ¿Y usted pretende meter a Luciana en esa historia tenebrosa?<br />
No, señora, yo no lo voy a permitir. Ni usted puede querer<br />
eso para alguien que supone que puede ser su nieta.<br />
MERCEDES.- ¡Yo sólo quiero que el<strong>la</strong> sepa <strong>la</strong> verdad!<br />
NORA.- ¡Esa es su verdad! La de el<strong>la</strong> es muy distinta.<br />
SUENA EL TELEFONO. MERCEDES SE SOBRESALTA Y AGUARDA<br />
11
MERCEDES.- ¿No atiende?<br />
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
EXPECTANTE QUE NORA ATIENDA. ESTA LO IGNORA. MERCE-<br />
DES SE PONE NERVIOSA Y ESTA TENTADA DE ATENDER ELLA.<br />
DESPUES DE VARIOS LLAMADOS SE CONECTA EL CONTESTA-<br />
DOR Y SE ESCUCHA LA VOZ DE LUCIANA.<br />
LUCIANA.- (OFF) Soy yo abue. ¿Estás por ahí?... Abue<strong>la</strong>...<br />
NORA PERMANECE INMOVIL OBSERVANDO A MERCEDES QUE<br />
SE QUEDA ESCUCHANDO COMO UNA REVELACIÓN.<br />
¿Qué pasó, por qué cortaste de golpe? No te pude l<strong>la</strong>mar enseguida<br />
porque me l<strong>la</strong>mó Sergio. ¿Y a que no sabés qué? ¡Nos reconciliamos!<br />
Sí, ya sé lo que vas a decir, pero no me importa. Yo lo amo y punto.<br />
Me prometió que va a cambiar. Pero tiene razón: él es como es. Lo<br />
que pasa es que yo estoy buscando un hombre como papá, viste, y<br />
eso es imposible. Pero Sergio es honesto y me ama. ¿Sabés otra cosa?<br />
Lorena me consiguió entradas para esa obra que te dije. Son para<br />
esta noche. Así que esperame vestida que paso a buscarte y comemos<br />
pizza por ahí... ¿Qué más?... Ah, te pedí hora para el médico. El<br />
viernes a <strong>la</strong>s siete y media, acordate. Bueno abue. Lo otro lo vamos a<br />
discutir personalmente. Y te aviso que no es un capricho, así que no te<br />
brotes porque...<br />
LA CINTA SE INTERRUMPE ABRUPTAMENTE. MERCEDES QUE<br />
ESCUCHABA CONTENIENDO EL ALIENTO SUSPIRA Y SE VUELVE<br />
HACIA NORA EMOCIONADA. SOLO MURMURA.<br />
MERCEDES.- Gracias.<br />
NORA.- Dígame una cosa, Mercedes. Y trate de entenderme, por favor. ¿No le<br />
parece que es demasiado tarde para rescatar a su nieta? Más allá del<br />
ADN y toda esa historia.<br />
MERCEDES.- Yo creo que nunca es tarde para reparar una injusticia.<br />
NORA.- No digo que no. Lo que digo es que para usted Luciana es esa desconocida<br />
que escuchó recién. Pero en esa chica hay 23 años de mi vida<br />
¿se da cuenta? Veintitrés años de darle un beso cada noche y cada<br />
mañana. De complicarme en sus travesuras para que no <strong>la</strong> retaran. De<br />
12
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
pasarme noches enteras al <strong>la</strong>do de su cama rezando para que le bajara<br />
<strong>la</strong> fiebre. Esta casa está llena de Luciana. Usted no puede llevarse<br />
nada de esto, entiéndalo. Aunque yo quisiera dárselo. Aunque me<br />
obligara un juez y toda <strong>la</strong> Corte Suprema. No puedo. Y no es ma<strong>la</strong> voluntad,<br />
compréndame. Comprenda que nadie puede separar <strong>la</strong>s lágrimas<br />
que lloramos abrazadas cuando murió <strong>la</strong> madre. Todo eso está<br />
grabado en <strong>la</strong> piel ¿me entiende? En el fondo del alma. ¿Quién puede<br />
sacarlo de ahí?<br />
MERCEDES.- ¡Lo que usted no entiende es que todo eso era mío y me lo robaron!<br />
NORA.- El hecho es que mi hija y mi yerno fueron dos padres maravillosos.<br />
MERCEDES.- ¡De una criatura robada! (ATAJA LA RÉPLICA DE NORA) Y si no <strong>la</strong><br />
robaron personalmente, fueron cómplices de una gran infamia. Que<br />
hayan sido buenos padres no los absuelve ante ningún tribunal.<br />
NORA.- ¡A mí me basta y sobra!<br />
MERCEDES.- ¡A mí no!<br />
NORA.- Usted no tiene derecho a confundirnos con <strong>la</strong>drones y asesinos. Aun<br />
suponiendo que Luciana haya sido robada, le juro por <strong>la</strong> memoria de<br />
mi hija que yo recibí a mi nieta de buena fe y no merezco ningún castigo.<br />
MERCEDES.- Yo no hablo de castigo. Por supuesto que usted no merece ningún<br />
castigo. Ni yo merecía pasar por todo lo que pasé. En todo caso <strong>la</strong>s<br />
dos fuimos víctimas de esos canal<strong>la</strong>s. Pero tiene que reconocer que a<br />
mí me tocó <strong>la</strong> peor parte.<br />
NORA.- Yo no puedo hacer nada.<br />
MERCEDES.- Usted le tiene miedo a <strong>la</strong> verdad.<br />
NORA.- ¿De qué verdad me hab<strong>la</strong>? ¿Le va a decir que sus padres fueron dos<br />
delincuentes, ahora que ellos no pueden defenderse?<br />
MERCEDES.- Vea: que ellos supieran o no el origen de Luciana no cambia el centro<br />
de <strong>la</strong> cuestión. Si esa chica es <strong>la</strong> que le robaron a mi hijo y a mi nuera,<br />
yo soy su abue<strong>la</strong>. Partiendo de ahí no hay nada que discutir.<br />
NORA.- ¡La historia de Luciana no puede modificarse! Ya <strong>la</strong> vivió.<br />
MERCEDES.- Pero no está completa. Su historia no empezó el día que llegó a esta<br />
casa. El<strong>la</strong> tiene que conocer sus raíces. Aunque no sea mi nieta. Debe<br />
haber otra abue<strong>la</strong> buscándo<strong>la</strong>, y <strong>la</strong>s dos tienen derecho a encontrarse.<br />
NORA.- Dios mío. Para eso vivimos protegiéndo<strong>la</strong> como un tesoro. Y de pronto<br />
aparece usted como un fantasma que ya nadie esperaba...<br />
MERCEDES.- ¿Quiere decir que en algún momento me esperó?<br />
NORA.- Esperé a <strong>la</strong> madre, por supuesto. No sería <strong>la</strong> primera vez que se arrepienten.<br />
13
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
SE ENCUENTRA CON LA MIRADA INQUISIDORA DE MERCEDES Y<br />
SE ENARDECE.<br />
¡Bueno, sí, <strong>la</strong> esperé! En algún momento <strong>la</strong> esperé. Cuando empezaron<br />
con los juicios y a destapar todo ese horror... Luciana tenía 5 años<br />
y era el sol de esta casa. No es cierto que no me haya pasado por <strong>la</strong><br />
cabeza. C<strong>la</strong>ro que me pasó. Y estuve sobre ascuas mucho tiempo. No<br />
podía dormir pensando que en cualquier momento podían tocar el timbre<br />
y... No sé. De sólo pensar que usted pudo haber venido 20 años<br />
antes... no sé, no sé.<br />
MERCEDES.- Usted recuperó el sueño, Nora. Yo no. Yo sigo en vigilia como el primer<br />
día. Hace 23 años que no sé lo que es dormir.<br />
NORA.- Es que <strong>la</strong> suya es una actitud muy destructiva, querida. No se puede<br />
vivir tantos años con semejante obsesión.<br />
MERCEDES.- Entonces tendría que hacer lo de mi marido: una botel<strong>la</strong> de whisky, varias<br />
horas de televisión y a dormir como un tronco: sin pensar, sin sufrir,<br />
sin luchar y que todo quede impune. No. Yo quiero estar lúcida y<br />
alerta para reconocer a mi nieta cuando <strong>la</strong> tenga de<strong>la</strong>nte. Y nunca estuve<br />
tan cerca.<br />
NORA.- Está bien. Usted haga lo que tenga que hacer. Pero no cuente conmigo.<br />
Luciana ya es una mujer y no puedo impedir que haga su voluntad.<br />
Pero es “mi” nieta, y no espere que yo <strong>la</strong> empuje hacia otra abue<strong>la</strong>.<br />
NORA VA HACIA LA PUERTA DE CALLE DANDO POR TERMINADA<br />
LA ENTREVISTA. MERCEDES SE DIRIGE SIN APURO A LA SALIDA<br />
PERO SE VUELVE ANTES DE SALIR.<br />
MERCEDES.- Yo no tengo nada contra usted, Nora. Al contrario: <strong>la</strong> admiro por <strong>la</strong><br />
forma en que defiende a su nieta.<br />
NORA.- Usted ya no tiene nada que perder. Yo sí.<br />
MERCEDES.- Sólo déjeme decirle esto. Suponiendo que su nieta quiera hacerse el<br />
examen de <strong>identidad</strong> y resultara que efectivamente es mi Mariana, yo<br />
no espero que corra a arrojarse a mis brazos. Tampoco que deje de<br />
ser Luciana ni deje de ser su nieta. A esta altura sólo podemos compartir<strong>la</strong>.<br />
Y ni siquiera eso. Usted me lleva demasiada ventaja, y yo no<br />
busco desp<strong>la</strong>zar<strong>la</strong>. Sólo pretendo ocupar en su vida el lugar que me<br />
corresponde. Nada más. Ni nada menos. Quisiera hab<strong>la</strong>rle de sus padres,<br />
darle los libros de mi hijo, su guitarra, <strong>la</strong>s cartas que se escribie-<br />
14
BIBLIOTECA<br />
VIRTUAL<br />
www.teatrox<strong>la</strong><strong>identidad</strong>.net<br />
ron. Contarle con qué ilusión <strong>la</strong> esperaban. Quiero que sepa cómo vivieron<br />
y cómo murieron. Eso es todo. Lo demás... (CON UNA MIRA-<br />
DA ABARCA EL AMBITO DE LUCIANA) ya no tiene remedio. Adiós<br />
Nora.<br />
NORA.- Adiós.<br />
MERCEDES.- Gracias por recibirme. Y <strong>la</strong>mento que vuelva a perder el sueño.<br />
NORA NO RESPONDE. MERCEDES VA A SALIR CUANDO VUELVE<br />
A SONAR EL TELÉFONO. SE DETIENE Y SE VUELVE A MIRAR EL<br />
APARATO, EXPECTANTE. NORA NO SE MUEVE Y SE MANTIENE<br />
FIRME EN SU ACTITUD DE DESPEDIDA. MERCEDES SE VA. NO-<br />
RA SE QUEDA FRENTE A LA PUERTA MIENTRAS EL TELEFONO<br />
SIGUE SONANDO.<br />
FIN<br />
15