Universidad de Chile. Facultad de Ciencias Sociales. Departamento ...

excesivo consumo televisivo, la poca interacción con la familia, el descenso de la
actividad física, la imitación de conductas agresivas como medio para solucionar
problemas, el leer poco, el fomentar malos hábitos alimenticios, o bien, una
distorsionada construcción de modelos sociales y culturales, en lo que se refiere a la
adquisición de conductas o modos de comportamiento aceptados por el grupo social,
es decir, los roles designados para cada individuo de éste. Lo anterior hace mención
al concepto de “Género”, entendido este como: El conjunto de conductas aprendidas
que la propia cultura asocia con el hecho de ser hombre o mujer. A cada uno de estos
se les indica el ideal de masculinidad, o bien, femeneidad, puesto que es este
concepto al cual la televisión, a través de sus diferentes programas, incluidos los
dibujos animados, relaciona y pone en constante análisis.
Como ya es sabido el primer mecanismo de
aprendizaje que realizan los niños es la imitación, y en el caso del consumo
televisivo, esto no es una excepción; sin embargo hay que destacar que ésta no es
una acción que se realiza sin selección alguna, puesto que los niños/ as solo imitan e
interiorizan, aquellos modelos o formas de comportamientos que le son realmente
significativos, lo que en el caso de la televisión y en especial, los dibujos animados,
se traduce en la imitación de personajes o actitudes de ciertos hechos observados,
que se identifican con sus propias experiencias y gustos. Sin embargo, los distintos
programas de televisión, y los dibujos animados entre ellos, tema principal de este
estudio, pese a ser del gusto de los individuos, como consumidores de semejante
servicio, muchas veces muestran modelos erróneos o hechos contradictorios que
confunden a los niños y niñas, aspecto que se ve reflejado una vez más en el rol de
lo masculino y femenino dentro de la sociedad en la cual están insertos. El incentivar
una jerarquerización de géneros mostrando, por ejemplo, a un niño siempre como el
protagonista y héroe de una historieta, no hace más que provocar una distorsionada
construcción identidad y valoración de la misma, es decir, las niñas pueden asimilar
como algo natural e inmutable , gracias a una inofensiva escena, que el rol
masculino es el mas importante o bien, el que domina. Reacciones como la anterior,
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