Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

Niomke dijo que él mismo tiró la bomba y que los testigos
le defienden solamente porque temen la venganza de su hermano y
luego gritó ‘¡Viva la revolución social!’. Por ser menor no se le pudo
aplicar pena de muerte. Tenía tan solo 16 años. Fue condenado a 8
años de katorga en Siberia”.
Luego Friedman escapó junto con otros compañeros (ver
La fuga de Slonim). Aunque lxs compañerxs le ofrecieron el dinero
suficiente para huir al extranjero, él rechazó esa posibilidad y volvió
a Grodno para vengarse: justo después de su captura en Krynki,
encarcelado en Grodno, escuchó allí como un carcelero pegaba a las
jóvenes obreras de la fábrica de tabaco arrestadas por una huelga.
Una de ellas fue la chica con cual Niomke salía y escuchando sus
gritos juró la venganza. Entonces, después de su fuga se plantó
enfrente de la cárcel esperando al carcelero. Cuando éste salió,
Niomke lo mató y en una persecución posterior se defendió a tiros,
matando a varios policías más, guardándose la última bala para si
mismo. La enfurecida Policía le cortó su cabeza con una hacha.
En Krynki hubo también algunas pocas demostraciones
anarquistas : “Los manifestantes salían a la calle vestidos con
camisas negras, pantalones negros, botas negras de fieltro y
gorras de forraje negras. Iban hacía la iglesia polaca cantando
canciones anarquistas, su himno inclusive. Cuando nuestra
tranquila población provincial sentía que los anarquistas se hacían
‘demasiado alegres’, los dueños cerraban sus tiendas, paseantes se
encerraban en sus casas y los notables de shtetl, encabezados por
Najum Anschel, intentaban calmar la juventud rabiosa”.
Los razones para juntarse con lxs anarquistas fueron las
mismas que para muchxs de lxs de Bialystok: pragmatismo. Un
miembro de Bund, Yankl Tsjaine, fue invitado por el anarquista
Yisroel Iser a la reunión en Bialystok. Allí alguien le dio el folleto
ABC del anarquismo. La Policía asaltó el lugar y reconoció a Yankl:
“¡Tú, eres uno de los rebeldes de Krynki!”, dándole una paliza
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