Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

algunos del Bund tiraron unos petardos en plan provocación en la
marcha ortodoxa -evidentemente, casi todxs los rusxs presentes allí eran
oficiales o derechistas-. Puede ser que nadie hiciera esto o que hubiera
de verdad algunas bombas. Los soldados en un instante aparecieron
disparando a diestro y siniestro y corrió la voz de que los judíos tiraron
bombas a los cristianos. Puede que las heridas de un par de creyentes
fueran solamente de balas de fusil y no de la bomba, pero el rumor fue
suficiente para hacer estallar un odio racial. Inmediatamente los grupos
formados por policías, soldados, Centurias Negras y simples antisemitas
corrientes entraron en toda la ciudad. Los guardias urbanos junto con los
ciudadanos patriotas armados con palos, hachas y cuchillos saqueaban
las tiendas judías mientras los soldados disparaban a cualquiera que les
parecía judío. Lxs anarquistas y otrxs rebeldes organizaron la defensa. El
núcleo más obrero de la ciudad, cerca de la birzha fue defendido durante
los tres días siguientes con bombas y balas. Lo primero que intentaron
los soldados fue entrar con la caballería en la calle Surazhskaya, pero
las bombas que tiraron los anarquistas asustaron a los caballos y así se
salvó esta zona. El 2 de Junio empezó a participar también la Policía
más activamente en el pogrom. Los secretas sabían más o menos donde
vivían los revolucionarios y guiaron hacia allí a las hordas. En la mayoría
de los casos, no pudieron con ellos porque se defendían a tiros, al final,
sin embargo, sacaban a la calle a cualquier familia judía y la asesinaban.
Algunos se divertían insertando clavos en los ojos de sus víctimas,
poniendo las plumas de los edredones rotos en los vientres cortados,
extirpando los órganos, descuartizando los cuerpos, etc.
A la ciudad llegaron más unidades del ejército. En la estación de
tren se reunió una muchedumbre de judíos, especialmente los que eran
un poco más ricos, queriendo huir de Bialystok. Después de matar a
algunos de ellos a palos en la sala de espera, el oficial de gendarmería
reunió la horda y les ordenó que se fueran a la ciudad a saquear y a
matar solamente a los pobres. Otro oficial decía que se tenía que cazar
especialmente a todos los que lleven camisas negras porque según la
Policía los anarquistas siempre visten de negro. Fue ya corriente, no
solamente durante el pogrom, que el grito ¡Judío! se mezclara con el
de ¡Anarquista!. La matanza y los tiroteos con la autodefensa judía
siguieron hasta el 3 de Junio. Se intentó atacar a las comisarias y a la
estación de tren, se logró matar a varios soldados y policías, utilizando
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