Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

En esto tiempo nacieron 2 nuevas corrientes, 2 nuevas
tendencias, se creó el grupo del terror besmotivny y el grupo de los
komunary. Como veremos, su aparición fue inevitable porque la
propia actividad anarquista les empujó hacia la vida.
La revolución estaba brotando. Sus terribles ruidos se
acercaban. Siniestras y oscuras nubes oscurecían el horizonte
político de Rusia. Justo pasó la victoriosa huelga de Octubre y todo
el país se estaba preparando para otra huelga general más grande.
Su inicio estaba pensado para conmemorar la sangrienta batalla
del 9 de Enero de 1905 en Petersburgo... Con un ruido pomposo
los revolucionarios salieron de la clandestinidad de sus sótanos;
embriagados del éxito, saciados con las esperanzas radiantes,
abrieron sus banderas a lo ancho y sobre ellas lucía la palabra
Democracia. La burguesía eligió el momento con cuidado... Con la
misma alma, de la misma sangre, los hijos fieles de los burgueses se
lanzaron a las reuniones y mítines del pueblo, llenaron los periódicos
y las revistas, por todos lados se pudo escuchar su discurso.
Llamaron a los oprimidos a luchar en nombre de la constitución, en
nombre del poder popular. Empezó el gran engaño histórico de la
burguesía... Todos movieron las olas de la marea democrática allí
arriba, la voz alta de los demócratas -revolucionarios y burgueses-
se escuchó por todas partes. Nada se lo impidió, nada paró su
engaño. Y ellos lo celebraban. La burguesía festejaba con ruido,
segura de su éxito... Y los muertos caían. Fallecían los mejores hijos
del proletariado. Las familias obreras pasaban hambre. Gemieron
las aldeas pidiendo ayuda. Las masas hambrientas vagaron por
el país... La lucha seguía... Sin parar, no conociendo el miedo,
levantando su espalda gigante, el pueblo atacó a sus enemigos. Se
dejó engañar, creyendo en las palabras de los burgueses.
Seguir callado era un crimen. Se tenía que protestar
gritando, desmentir el engaño. Se tenía que mostrar a la burguesía
que entre la gente obrera aún había algunos que entiendían
perfectamente todo el truco y la suciedad de sus planteamientos
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