Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

Este inesperado y rápido crecimiento del movimiento
anarquista llevó aún más a la desesperación a los burgueses y a los
policías. Se presentía que la explosión llegaría pronto, se arrastraba
desde la matanza en la bolsa.
A finales de Julio notamos que los soldados en vez de
aparecer a las 7 de la tarde, como de costumbre, empezaban a llegar
a las 10 o las 11 de la mañana. Algo se está preparando, decíamos
entre nosotros y decidimos tener más cuidado. En pocos días supimos
que para finales de Julio el Bund preparaba una manifestación
pacífica. Sin lugar a dudas, la Policía había decidido bañar nuestro
movimiento en sangre ese día. De todas maneras sabían que no
podrían hacerlo tan fácilmente, y prepararon el espectáculo poco a
poco. El 31 de Julio, las patrullas aparecieron por la bolsa antes de
las 10 de la mañana. Los trabajadores se reunían lentamente y al
mediodía en los corros de la calle no habría más de mil personas.
Los soldados empezaron a dispersar, pero la gente no quería irse.
Un soldado se acercó a Mulia Shuster (obrero y también soldado de
reserva) y le mandó que se fuera:
“-¿Y qué pasará si no me voy?
-Te voy a matar.
-Dispara -dijo Shuster, tomándolo por una amenaza vacía.”
El soldado se retiró un par de pasos y lo mató de un disparo
en el pecho. Inmediatamente se oyeron otros disparos y además
del cadáver de Shuster varios cuerpos de trabajadores heridos se
amontonaron. La calle se vació en un instante, pero a los 10 minutos
se llenó de gente enfurecida. Los anarquistas pasaron por la calle
pidiendo a los obreros que se fueran mientras que uno de los nuestros
iba al piso franco para buscar una bomba. Pensaba que al volver la
bolsa estaría vacía. Desgraciadamente no fue así.
“-Se pide que marchéis de aquí, pronto llegará la bomba -corría de
boca en boca, pero nadie se movía-.”
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