Anarquistas de Bialystok - Nodo 50
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manera) <strong>de</strong> su país natal. Dichos personajes fueron incluso a veces<br />
forzadxs a aportar algo <strong>de</strong> dinero a través <strong>de</strong> amenazas más o menos<br />
suaves, que provenían <strong>de</strong> lxs solidarixs comprometidxs.<br />
En la misma Rusia, lxs presxs políticxs social<strong>de</strong>mócratas<br />
y hasta algunxs esery tenían bastante apoyo, cuanto más célebres<br />
mejor: en muchos casos los abogados <strong>de</strong> fama ofrecían gratuitamente<br />
su servicio en los procesos. Después <strong>de</strong> la revolución <strong>de</strong> 1905 y la<br />
masiva represión que le siguió, la ex-esposa <strong>de</strong>l escritor Maxim<br />
Gorkiy, Pieshkova, organizó la Cruz Roja que <strong>de</strong>bía apoyar a todxs<br />
lxs presxs políticxs sin discriminación.<br />
Al mismo tiempo, lxs presxs políticxs iniciaron una serie <strong>de</strong><br />
luchas, alcanzando sus objetivos: fueron reconocidxs oficialmente<br />
por el Estado como un grupo particular y separadxs <strong>de</strong> lxs presxs<br />
comunes; no tenían que llevar el uniforme presidiario y tenían<br />
<strong>de</strong>recho a poseer libros, materiales para escribir, etc.; se les permitía<br />
autogestionarse las celdas colectivas y elegir representantes que<br />
pudieran tanto tratar con la administración carcelaria, como recibir<br />
paquetes <strong>de</strong> fuera. Y allí empezó el problema: en la mayoría <strong>de</strong> casos<br />
fueron lxs social<strong>de</strong>mócratas quienes se apo<strong>de</strong>raron <strong>de</strong> esta función y<br />
obviamente distribuyeron el dinero recibido sólo entre los miembros<br />
<strong>de</strong> su propia organización.<br />
A pesar <strong>de</strong> que antes, a parte <strong>de</strong> que todxs lxs socialistas, en<br />
menor o mayor medida, no perdieron tiempo para calumniar y echar<br />
mierda sobre lxs anarquistas, nuestrxs compañerxs, durante bastante<br />
tiempo, no se percataron <strong>de</strong> lo que sucedía, no pudiendo creer que a<br />
pesar <strong>de</strong> estar en la misma condición <strong>de</strong> presxs, también ahora lxs<br />
otrxs revolucionarixs se les íban a comer vivxs, cortándoles el apoyo<br />
substancial que venía <strong>de</strong> fuera, a menudo reunido con enormes<br />
dificulta<strong>de</strong>s y peligros por lxs mismxs anarquistas. Los verda<strong>de</strong>ros<br />
hechos fueron conocidos sólo cuando algunxs <strong>de</strong> lxs anarquistas<br />
consiguieron huir <strong>de</strong> la cárcel o <strong>de</strong> la katorga y contar sus historias<br />
entre lxs compañerxs en el exilio. Así lo <strong>de</strong>scribe H. Weinstein : “En<br />
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